Heraldo-Diario de Soria

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Aviones para todos y sin distinciones

El ingeniero Javier Aracil diseña un vehículo de transporte y elevación de pasajeros hasta las aeronaves, adaptado a personas con movilidad reducida | Permite un acceso «rápido, cómodo y eficaz, eliminando costes y tiempos».

El ingeniero de Diseño Industrial y Desarrollo del Producto de la Universidad de Valladolid Javier Aracil. EL MUNDO

El ingeniero de Diseño Industrial y Desarrollo del Producto de la Universidad de Valladolid Javier Aracil. EL MUNDO

Publicado por
E. LERA
Soria

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Viajar es una afición muy cotizada. Cuando tienes unos días libres, buscas ofertas para desconectar. En ocasiones, optas por llegar a tu destino en avión. Lo primero que haces es informarte de todo para poder disfrutar de un vuelo agradable. Tener conocimiento de hasta el mínimo detalle reduce miedos y fobias. Asumidas y superadas las esperas, uno de los tragos más engorrosos de la experiencia aérea, solo falta subir por la escalera y disfrutar del paisaje.

No todo el mundo puede seguir este ritual. Las personas con movilidad reducida tienen que solicitar el servicio de asistencia, al menos con 48 horas de antelación. A partir de ahí, Aena, la empresa pública española que gestiona los aeropuertos, pondrá en marcha la maquinaría para eliminar las barreras. Una situación que, a veces, se complica y tiene que solventarse de manera manual. Es común ver escenas donde dos trabajadores suben a pulso a la persona en silla de ruedas. Un proceso que no es satisfactorio para ninguna de las partes.

Esa imagen es la que llevó a Javier Aracil, ingeniero de Diseño Industrial y Desarrollo del Producto de la Universidad de Valladolid (UVA), a crear Lift, un vehículo de transporte y elevación de pasajeros hasta las aeronaves, adaptado a personas con movilidad reducida. Una propuesta que suprime la necesidad de tener un vehículo para transportar a los viajeros desde la terminal hasta el avión y otro para elevarlos. De esta forma, se eliminan «las diferencias» entre los usuarios de este medio de transporte.

Un dispositivo «pionero» en el mercado de vehículos aeroportuarios, que ofrece un acceso «efectivo» a todas las personas, con independencia de su condición física. Además, comenta su creador, lo hace de manera «rápida, cómoda y eficaz, eliminando costes y tiempos».

La propuesta presentada sería la de una cabina tractora ya existente; el diseño propio de un chasis modificado, para albergar un espacio para los pasajeros, y el sistema de elevación. «Este vehículo, por tanto, tiene tres partes diferenciadas: la cabeza tractora motorizada, no diseñada por mí; un habitáculo adaptado, donde viajarían los pasajeros, y el sistema de elevación que permite el embarque y desembarque de los pasajeros a la aeronave», detalla Aracil.

La forma del habitáculo corresponde a la necesidad de no tener elementos que dificulten la circulación por él, como pueden ser los ejes transversales del vehículo o el eje de transmisión longitudinal. Es por esto por lo que el eje trasero está libre, sin necesidad de utilizar elementos mecánicos, más que una sujeción del neumático, frenos y otros elementos necesarios.

«Esto posibilita que toda la superficie del suelo esté a la misma altura, por lo que las puertas de acceso desde el exterior y la puerta de acceso a la aeronave quedan a la misma cota, facilitando el tránsito de pasajeros, movimiento de maletas, carros de bebés o sillas de ruedas. Por tanto, la accesibilidad universal está asegurada», celebra.

Esta estancia dispone de 68 plazas, atendiendo a la normativa extraída del documento de Accesibilidad y Supresión de Barreras, donde se incluye espacio para dos personas con movilidad reducida, así como bancos para pasajeros, apunta el ingeniero de la UVA para, más tarde, añadir que el acceso desde el exterior o la terminal se realiza por tres puertas laterales espaciosas, mientras que la entrada a la aeronave se lleva a cabo por la puerta trasera, de tamaño acorde al de las puertas de acceso a los aviones.

El interior ha sido diseñado teniendo en cuenta la comodidad de los pasajeros, mediante el estudio y diseño de mobiliario, específico para este vehículo, como asideros, iluminación y distribución de los muebles. A esto se suma, según comenta Javier Aracil, el sistema de elevación hidráulico, que permite subir el habitáculo hasta una altura de unos seis metros, la máxima a la que se encuentra hoy en día la puerta de acceso al avión más grande de pasajeros, el Airbus A380.

Está compuesto por dos mástiles hidráulicos, similares a los de las carretillas elevadoras, que, junto con el contrapeso, garantizan «una estabilidad absoluta» durante su elevación o descenso. Están colocadas en el lateral opuesto al acceso, posibilitando no situar ningún tipo de elemento bajo el habitáculo –«como ocurre con los sistemas de elevación vertical de tipo tijera», apostilla–, lo que contribuye al tránsito por este espacio.

«La solución es innovadora, puesto que hoy en día no existe un vehículo que compagine las tareas de transporte y acceso hasta aeronaves; que además cumpla con todas las normativas de transporte, seguridad aeroportuaria o accesibilidad, y que esté apoyado por un extenso estudio de costes y tiempos tanto para aerolíneas como para aeropuertos y pasajeros», argumenta el ingeniero, quien tiene claro que esta compra ahorraría costes, que redundarían en el descenso del precio del billete.

El desarrollo de Lift está en la fase de contacto con proveedores para su posible fabricación, financiación y estudios externos para su comercialización. Sin embargo, reconoce que esta es la parte más compleja y que requiere más tiempo y dedicación. Por motivos personales, ha tenido que aparcar la idea que no descarta retomar en un futuro no muy lejano.

Por el momento, se va contento, ya que su iniciativa ha obtenido el premio Prometeo. «Estoy orgulloso de haber podido disfrutar de charlas, cursos y una tutorización continuada por personal muy preparado para poder desarrollar la parte burocrática», admite.

En esta línea, Aracil tiene unas palabras muy calurosas con Nieves Fernández, su tutora, quien dice que apostó por el proyecto desde el minuto uno y guió sus pasos durante el proceso de diseño y desarrollo.

Sus planes futuros son centrar su vida laboral en el extranjero. Lleva unos meses mejorando su inglés y francés, y aprendiendo dos nuevos idiomas: portugués y alemán. Y es que considera que conocer la cultura propia asociada a cada lengua es «enriquecedor» y ayuda a forjarse «una visión más amplia» en muchos aspectos de la vida, además de «abrir muchas puertas» en el mercado laboral. 

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