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BURGOS

La ciencia que no se ve

La ingeniera burgalesa, Blanca Velasco, aporta sus ocho años de experiencia investigadora para ayudar a la consecución de proyectos internacionales formando parte del equipo de la Oficina de Transferencia del Conocimiento de la UBU

Blanca Velasco frente al edificio de Servicios Centrales de la UBU. RAÚL OCHOA

Publicado por
DAVINIA ANDRÉS
Soria

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Detrás de cualquier proyecto de investigación hay un trabajo muy importante para que pueda salir adelante y muchas personas implicadas. La labor de los investigadores que, al fin y al cabo, es la herramienta clave y la esencia misma para el desarrollo de cualquier estudio, tiene que combinarse con una incansable tarea para captar la atención de las instituciones tanto públicas como privadas que finalmente van a propiciar con sus fondos esas investigaciones y, a la vez, dar a conocer la labor que se lleva a cabo. 

En ese trabajo de fondo, que en muchas ocasiones no se da la importancia que tiene, trabaja Blanca Velasco desde la Oficina de Transferencia de Resultados de la Investigación y de Transferencia del Conocimiento (OTRI-OTC) de la Universidad de Burgos.

Esta burgalesa, licenciada en ingeniería técnica agrícola por la UBU y ambientóloga por la USAL, completó sus estudios con un máster en biotecnología aplicada a la agricultura que le llevó a desarrollar su labor como investigadora en el Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas de la Universidad Politécnica de Madrid (CBGP, UPM-INIA). En el centro madrileño desarrolló su tesis doctoral de la mano de la catedrática Isabel Díaz trabajando con variedades de cebada para mejorar la resistencia de este cereal a la sequía o la falta de nutrientes en el campo mediante técnicas de ingeniería genética y biología molecular que completó con sus estancias investigadoras en Inglaterra y Argentina. 

Como explica Blanca Velasco, aunque en un principio no era una apasionada del trabajo de laboratorio, su tesis doctoral le sirvió para darse cuenta de que, en realidad, no sólo le gustaba esta labor, sino que además los trabajos de docencia, comunicación y divulgación científica se le daban bastante bien y le atraían muchísimo.

Al terminar su contrato en el laboratorio madrileño decidió volver a Burgos y formarse como Gestor de I+D+i gracias al programa GESTIDI, específico de Castilla y León y que le sirvió para «conocer todo lo que hay detrás de la investigación». Ahí comenzó su contacto con el mundo de la preparación y gestión de proyectos científicos.

Después de colaborar en el grupo de bioquímica y biotecnología dirigido por las profesoras de la Universidad de Burgos María Dolores Busto y Natividad Ortega, se le presentó la oportunidad de formar parte de la Oficina de Transferencia del Conocimiento de la UBU. Este órgano busca, además de poder dar salida a los resultados de investigación que se generan en la propia institución, dar cobertura a la comunidad científica de la universidad prestando su apoyo e impulsando la presentación de proyectos a diferentes convocatorias nacionales e internacionales.

Precisamente de estas últimas se encarga un equipo multidisciplinar de especialistas entre los que se encuentra Blanca Velasco. Como explica la burgalesa, su trabajo en la OTRI-OTC de la Universidad de Burgos se centra en la redacción de propuestas para convocatorias internacionales como es el programa europeo Horizon 2020, entre otros.

«Además de dar ese servicio de apoyo, también nos encargamos de plasmar la idea de los investigadores y poder convertirla en un proyecto. Buscamos socios potenciales a nivel internacional y luego se presenta a la Comisión Europea en diferentes convocatorias. Así la Universidad de Burgos puede recibir, además de fondos, el prestigio de participar en estos programas».

Para Blanca Velasco trabajar detrás de la investigación le ha hecho darse cuenta del  ingente trabajo y la complejidad que supone para muchos jefes de proyecto tener que presentarse a convocatorias y programas para conseguir financiación. «Los documentos y las memorias que hay que presentar llevan parte técnica, parte de presupuesto, parte de excelencia científica… Ahora me he dado cuenta de todo el trabajo de redacción que lleva detrás tener a una persona contratada. El trabajo que lleva detrás conseguir el dinero necesario para mantener a un equipo de investigación. Para eso los investigadores a veces tienen que hacer auténticos malabares».

Para que todo ello funcione lo más importante es conseguir una buena comunicación entrela comunidad investigadora y el órgano universitario. De esta manera se da cobertura a todos los proyectos que surgen de la institución académica desde sus diferentes facultades, ya sea porque son los propios investigadores los que tienen conocimiento de las convocatorias a las que pueden optar y demandan los servicios de la OTRI-OTC o porque es esta última la que pone en conocimiento tanto de los equipos como de los investigadores las posibilidades que tienen para concurrir a los diferentes programas de instituciones públicas y privadas.

Contar con el perfil de un investigador dentro del equipo de la Oficina de Transferencia del Conocimiento es muy interesante porque puede aportar la visión de estos profesionales, como señala Blanca Velasco. «Quizá me cueste menos escribir algunas ideas concretas o ponerme en el lugar de los investigadores que nos contactan y puedo entender mejor lo que quieren contar».

Además, la burgalesa ve esencial que los propios investigadores conozcan los mecanismos que son necesarios para conseguir llevar adelante una investigación, algo que añade valor al trabajo de estos profesionales. «En el tiempo que llevo he aprendido muchísimo y creo que si alguna vez volviese a la investigación, esta trayectoria me viene fenomenal porque creo que podría preparar a mis investigadores y hacerles ver que no solo es importante estar en el laboratorio que hay que manejar todo desde entender de dónde viene el dinero, cómo se hace un presupuesto, con quién trabajas como socio y la importancia de la labor de comunicación y divulgación, algo que cada vez es más necesario e interesante para los propios investigadores».