INNOVADORES
Tras las pistas de la gravedad de la Covid
Un neuroinmunólogo soriano participa en un estudio en Reino Unido que investiga la respuesta del sistema inmune a la enfermedad y que ayudará a identificar a los pacientes con mayor probabilidad de empeorar
La pandemia mundial a causa del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, que desarrolla problemas respiratorios que pueden llevar a la muerte a algunos enfermos, ha desatado una carrera investigadora contra reloj en numerosos países del planeta para conocer las características de la Covid-19, hallar tratamientos efectivos y fabricar una vacuna, todo ello con el objetivo de controlar la enfermedad. En uno de esos grupos de expertos se encuentra el soriano Isaac Francos Quijorna, doctor en Neuroinmunología, que ha formado parte del equipo multidisciplinar de 20 personas , investigadores del 'King’s College London' y del 'Crick Institute', liderado por el profesor Adrian Hayday, una eminencia en la investigación del sistema inmune. Sus conocimientos y su experiencia en el sistema inmune nato y su respuesta inflamatoria le han hecho candidato para ser elegido a formar parte de este grupo.
Este joven investigador soriano está asentado en Londres desde hace tres años, donde trabaja como investigador post-doctoral en el 'King’s College' y durante estos años ha estado explorando el uso de terapias génicas para tratar patologías neuroinflamatorias del sistema nervioso central, profundizando en la falta de resolución de una respuesta inflamatoria tras un daño de la médula espinal. Durante este periodo ha sido premiado con el 'Early Career Research Award'.
Aunque su campo no es la virología, a mediados de marzo, cuando se tuvo conocimiento de la gravedad de la pandemia, el 'King’s College' le propuso unirse al grupo de expertos que se disponía a trazar una visión detallada de cómo el sistema inmune de los humanos responde a esta infección, «no lo dudé ni un segundo y quise aportar mi granito de arena al bien común», manifiesta Francos.
El trabajo de investigación ha supuesto tres meses de intenso trabajo en el 'Guy’s Hospital' de Londres, donde este grupo de investigadores han colaborado con el personal sanitario, que ha proporcionado las muestras de los pacientes.
El objetivo del estudio ha sido investigar a nivel celular y molecular cómo el sistema inmune de las personas responde a esta infección y encontrar las pistas de por qué algunos pacientes infectados con el virus apenas muestran síntomas, otros necesitan ser hospitalizados y otros fallecen. Estas pistas podrían ser utilizadas para identificar a los pacientes con mayor probabilidad de empeorar y necesitar un tratamiento adicional, de tal manera que será de gran ayuda para los profesionales sanitarios a la hora de tomar decisiones para controlar la enfermedad. El estudio trató de identificar estas pistas del sistema inmune en un grupo de 63 pacientes de Covid-19, tratados en los hospitales 'Guy’s' y 'St Thoma’s Trust', de Londres. También se incluyeron 55 controles sanos, 23 individuos seropositivos que habían estado expuestos al virus pero que no requirieron hospitalización y 10 pacientes hospitalizados por infecciones virales del tracto respiratorio no relacionadas con la Covid, con el objetivo de establecer semejanzas y diferencias del impacto de este virus en el sistema inmune.
El trabajo de Isaac se centró, en primer lugar, en la recogida de muestras, junto a otros compañeros, que remitían desde los hospitales y procesarlas en las instalaciones de bioseguridad. Posteriormente se encargó de evaluar cómo este virus actúa sobre la inmunidad innata, «es decir en la primera barrera de defensa del sistema inmune contra el virus», puntualiza.
Otros compañeros estuvieron centrados en conocer otras áreas del sistema inmune, «para entre todos tener una visión amplia de cómo el sistema inmune responde a esta infección y analizar si existen patrones que permitan de antemano predecir complicaciones con la sintomatología del paciente», explica el investigador.
Los resultados del estudio en el que ha participado Isaac Francos son prometedores en cuanto al conocimiento de los rasgos que componen «la firma inmunológica particular de esta enfermedad y ofrecen una información vital para un futuro mejor tratamiento de los pacientes, potenciando algunos aspectos alterados del sistema inmune», puntualiza Francos.
La mayoría de los pacientes positivos al Covid-19, que formaron parte de este estudio, desarrollaron una acusada linfopenia (falta de células T). Estas células son uno de los principales ‘soldados’ para hacer frente al virus, subraya el experto, quien describe que se ha observado que estas células y otros subgrupos, están disminuidas en número y parecen que están funcionalmente agotadas, eso hace que el sistema inmune sea menos capaz de controlar la infección. Por otra parte, los investigadores han observado que la infección vírica provoca la reducción de la HLA-DR en monocitos, la activación de plasmatos o una acusada bajada de los niveles sanguíneos de células dendríticas plasmacitoides y basófilos.
En cuanto a las pistas encontradas para ayudar a los sanitarios a prever la gravedad de los enfermos, el estudio mostró que un valor a tener en cuenta deben ser los niveles sostenidos de determinadas citoquinas, especialmente la IP10. En los pacientes de Covid se ha observado que los niveles de IP10 suben y se mantienen altos, lo que puede transmitir indicaciones caóticas al cuerpo debilitando al sistema inmune siendo incapaz de controlar la enfermedad. «Nosotros hemos podido comprobar que los niveles altos de esta IP10 en el momento de ingreso de un paciente están correlacionados con el pronóstico, con la progresión de la enfermedad y la duración de la hospitalización», indica Isaac Francos, quien añade que los profesionales sanitarios deberían incluir estos niveles en las pruebas clínicas de rutina y así ayudaría a identificar, en fases tempranas, a los pacientes que pueden desarrollar un cuadro grave de coronavirus, lo que permitiría ajustar los tratamientos para reducir la mortalidad en aquellos pacientes cuyo sistema inmune no es capaz de hacer frente al virus.
En este estudio queda pendiente la realización de ensayos de funcionalidad 'in vitro' en células del sistema inmune de pacientes de Covid-19 que se han congelado durante estos meses para ampliar información, a la espera también de cómo se desarrollen los acontecimiento con brotes y nuevas oleadas de contagios.
Si no hay cambios, Francos dejará la investigación sobre el coronavirus y retomará sus estudios sobre enfermedades neurodegenerativas. Esta patología posiblemente haya sido, a nivel científico, la que haya generado más datos y estudios en corto periodo de tiempo y todos ellos serán de gran utilidad para ayudar a prevenir, detectar y tratar a los pacientes de una manera más eficaz y también para hacer frente a los rebrotes o a futuras infecciones por virus similares.
«Es cierto que en poco tiempo hemos aprendido mucho sobre este virus pero hay muchas cosas que no sabemos» , explica Francos quien destaca que los resultados del estudio en el que ha participado ayudará a controlar mejor la enfermedad, pero indica que todavía se desconoce el grado y el periodo de protección que otorgan los anticuerpos desarrollados por las personas que han superado la enfermedad, «un mayor conocimiento de la cinética y la vida media de esos anticuerpos junto a las posibles mutaciones del virus permitirán definir mejor las políticas de vacunación», significa. Este investigador asentado en Londres defiende una apuesta necesaria del Gobierno español por la ciencia, donde se debe de dejar de ver la I+D como un gasto en el que recortar en cada crisis. Subraya que la inversión de España está alejada de la de otros países europeos y además lo presupuestado no se ejecuta, asimismo se lamenta de la falta de una carrera investigadora con criterios estables y transparentes.