Heraldo-Diario de Soria

Un dominó como lección de chino

Una investigadora de la UBU firma un método de aprendizaje de este idioma para personas con discapacidad visual / Está basado en el uso de piezas en relieve y perforadas / Cuenta con un manual escrito en braille occidental.   

Ainhoa Segura, profesora ayudante doctora de la Universidad de Burgos, con sus alumnas de chino. | EL MUNDO

Ainhoa Segura, profesora ayudante doctora de la Universidad de Burgos, con sus alumnas de chino. | EL MUNDO

Publicado por
E. LERA
Soria

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Es la lengua del presente y del futuro. El idioma más hablado del mundo, que practican y entienden más de 1.200 millones de personas en el globo, muy por encima del español y el inglés. El chino tiene poder. Su aprendizaje cada vez cala más en la sociedad. Son bastantes los estudiantes que se han unido a esta aventura. Una aventura con subidas y bajadas que se complica aún más para las personas con discapacidad visual. 

Sin embargo, la barrera que lo convertía en inalcanzable se ha derrumbado gracias al talento de Ainhoa Segura, investigadora del grupo Educación, Inclusión y Tecnología de la Universidad de Burgos (UBU), que ha desarrollado un método innovador para su aprendizaje. Está basado en el uso de fichas en relieve y perforadas y se compone de tres elementos: un libro de caracteres táctil, piezas divididas en dos secciones y un soporte para la escritura. 

«El libro de caracteres, construido en plástico, contiene siete soportes a modo de páginas. Cada soporte tiene 35 piezas iguales de forma rectangular. Los soportes llevan una especie de cubierta de plástico para que las piezas estén bien guardadas e imantadas para mejorar su fijación. Cuando se coloque el libro abierto de manera horizontal por la página que se desee, se abre la cubierta y se puede coger la pieza seleccionada. Las páginas van numeradas del uno al doce y cada página tiene en la parte superior un número del uno al cinco. Los números corresponden a cada una de las filas verticales. En la parte izquierda de la página se encuentran las letras a, b, c, d, e, f y g. Cada una de ellas corresponde también a cada fila horizontal. El usuario tiene un localizador en cada sílaba de cada palabra china que contiene el número de la página del diccionario táctil, así como la localización por medio de números (del uno al cinco) y letras (a, b, c, d, e, f, g)», explica.

 

En esta línea, subraya que el estudiante tomará el libro, lo colocará en posición horizontal y lo abrirá por la página que desee. Cada página contiene las piezas móviles, que son parecidas a una ficha de dominó, en la parte de arriba está el carácter chino en relieve y en la parte de abajo se encuentra perforado para que pueda introducir un bolígrafo especial para ciegos y deje marcado el carácter, además las piezas contienen la información alfanumérica en braille para que el invidente la coloque en su sitio. 

La parte superior de la página está dividida en cinco secciones numeradas del 1 al 5 (cada número corresponde a cada una de las filas verticales) y la parte izquierda está dividida en cinco secciones, las cuales llevan letras (a, b, c, d, e, f, g). Con el código alfanumérico compuesto por un número y una letra es posible localizar el lugar dónde se encuentra la pieza móvil. Cuando coja la pieza móvil, en el hueco que deja, en relieve y en braille, se halla la información alfanumérica para que pueda volverla a dejar sin problemas en su lugar, dentro de la página del libro táctil. Por lo tanto, la información alfanumérica figura tanto en la misma pieza como en la base de las páginas del libro donde se asienta. 

La idea surgió mientras la investigadora de la UBU estaba en un congreso en la Universidad de Chulalongkorn en Tailandia. Durante la visita a un museo de la casa de un pintor famoso, observó que un chico joven occidental ciego, acompañado por su madre, iba tocando los muebles y demás accesorios mientras ella le explicaba qué era lo que tenían delante. 

«La madre, pero, sobre todo, sus manos eran sus ojos. Eso me hizo reflexionar y comencé a investigar sobre el desarrollo cognitivo de las personas invidentes desde la infancia y cómo se producía su proceso de aprendizaje». Un pensamiento muy adecuado, ya que Ainhoa Segura por aquel entonces trabajaba en Tianjin Foreign Studies University perfeccionando un sistema de aprendizaje de chino y español que se desarrollaba de forma simultánea entre aprendices españoles y chinos. En la Universidad de Burgos también hablaba con colegas, como Antonio Monedero, que estaban interesados en el tema y le animaban a conocer el mundo de la discapacidad en China.

Y es que, tal y como incide, este sistema de aprendizaje del idioma está basado en el uso de piezas. El método comprende un diccionario táctil, formado por siete páginas que albergan las piezas móviles tipo dominó, dispuestas matricialmente en filas y columnas y un soporte extraíble donde colocar las piezas que configurarán el lenguaje escrito. Además, cuenta con un manual escrito en braille occidental para dinamizar el aprendizaje.

El proyecto arrancó hace unos meses cuando tenía desarrollado a nivel de concepto el invento y comenzó un curso en el Instituto de Formación e Innovación Educativa de la Universidad de Burgos para conocer el mundo de las patentes. A la vez habló con Marta Sendino de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI) y le comentó cómo debía comenzar a preparar la documentación. El sistema finalizará, avanza Ainhoa Segura, en el momento en el que anexione el material teórico a través de un libro en braille de los conceptos didácticos del chino, donde se encuentren los códigos alfanuméricos y se haga realidad el prototipo de estos dispositivos.

En su opinión, este método es innovador porque es pionero y ayudará a los occidentales con discapacidad visual a aprender chino. Supone «un paso adelante» para el sector educativo. Ahora mismo esta iniciativa se encuentra en el periodo de finalización para ponerla a disposición de los invidentes «en cuanto se pueda». 

La investigadora Ainhoa Segura tiene una larga trayectoria en la enseñanza de chino y es coautora junto con Wang Xin del método ¡Aprende chino ya! De igual forma, ha sido premiada en dos ocasiones por los logros obtenidos en su investigación en China.  

 

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