El Duero como espejo del cambio climático
Una investigación de la UCAV alerta sobre un descenso notable de las precipitaciones en Castilla y León en las próximas décadas / Pone el foco en 2050, año en el que se producirá un aumento progresivo de la temperatura media
Constituye la mayor amenaza ambiental a la que se enfrenta la humanidad. Es un mal de nuestro tiempo con consecuencias devastadoras. Cambiar el rumbo está en nuestra mano; en concreto, en la dependencia de los combustibles fósiles y las emisiones de gases de efecto invernadero. Los impactos del cambio climático ya son perceptibles, sin embargo, estamos a tiempo de minimizar sus consecuencias más severas. ¿Cómo? A través de la voluntad y la planificación de las estrategias. Una hoja de ruta que debe construirse desde el conocimiento.
En esta línea, una investigación de la Universidad Católica de Ávila (UCAV) alerta sobre un descenso notable de las precipitaciones en Castilla y León en las próximas décadas. Es más, pone el foco en 2050, año en el que se producirá un aumento de la temperatura media de hasta un 37,5% hasta el año 2100.
El objetivo fundamental del proyecto consiste en determinar la conectividad entre los actuales hábitats riparios con los del futuro, tras analizar las consecuencias del cambio climático sobre la cuenca hidrográfica del río Duero. «Estos hábitats son esas zonas próximas a los ríos o masas de agua en general, donde se albergan tanto organismos vegetales como animales. Y la conectividad de estas áreas permite los flujos biológicos, es decir, el movimiento de especies, lo que contribuirá a una mejora en la capacidad de respuesta o recuperación de los seres vivos ante perturbaciones que se puedan dar en el medio en el que habitan, y también reduciría la posibilidad de que se dieran extinciones a nivel local», explica el profesor Javier Velázquez Saornil.
Estas áreas ribereñas, por tanto, son, a su juicio, de gran importancia, ya que no sólo actuarían como corredores biológicos conectando áreas y posibilitando el desplazamiento de especies entre ellas, sino que controlan los flujos de agua, sedimentos y nutrientes del entorno y, a partir de ellos, se establecen unos gradientes de humedad y temperatura que influirán en las características y utilización por las especies.
La vegetación que se da en estas zonas es característica lo que le aporta «un gran valor paisajístico, además del funcional». Esta vegetación que se da en las riberas de las masas de agua ayuda a mitigar la erosión al estabilizar las orillas y contribuye a disipar la energía de las corrientes, favorece la infiltración y frena las crecidas.
Por todas estas y más características, asegura, son uno de los tipos de hábitats con mayor biodiversidad, siendo en ocasiones el refugio de especies que han sido catalogadas como vulnerables. De igual manera, el profesor de la UCAV lamenta que es uno de los hábitats más alterados y fragmentados en la actualidad, por diversas acciones llevadas a cabo por el hombre, como son las canalizaciones, edificaciones, cambios en el uso del suelo, contaminación… «No nos podemos olvidar de que el cambio climático producirá en el futuro un gran estrés hídrico», alerta.
Es por ello por lo que en este proyecto se centrarán en determinar en primer lugar los cambios en las variables climáticas más importantes como son la precipitación y la temperatura, desde la actualidad hasta el año 2100. Para esta modelización han estudiado dos escenarios posibles, que aparecen recogidos en el quinto informe del Comité de Expertos de Cambio Climático de las Naciones Unidas, en los cuales se tienen en cuenta unas emisiones de gases de efecto invernadero. Uno de estos escenarios supone una emisión de gases de efecto invernadero más equilibrada y constante a lo largo de los años, y en el otro escenario se simula una situación extrema para estas emisiones.
Partiendo de esta información climática, se puede modelizar la red hídrica de la cuenca hidrográfica del Duero en el futuro, compararla con la actual y ver cómo afectarán a los hábitats riparios esos cambios en las condiciones climáticas, para más tarde poder detectar, si fuera el caso, las pérdidas de conectividad de estos hábitats, y que de esta manera se puedan llevar a cabo medidas de conservación y recuperación de estas áreas tan importantes y ricas en biodiversidad.
Con este estudio, defiende Velázquez Saornil, se estaría determinando la situación en la que se encontrará la cuenca hidrográfica del Duero en el futuro, no sólo en la actualidad. «Con el proyecto se podrá determinar las áreas más críticas por su respuesta frente al cambio climático, posibilitando la alerta para poder promover medidas que favorezcan la conservación de estos hábitats de ribera», añade.
Para la realización de esta investigación utilizan sistemas de información geográfica, teledetección y programas informáticos para la modelización de la red hídrica y para el análisis de la conectividad. También se realizarán análisis fisicoquímicos y de indicadores biológicos, como son los macroinvertebrados, para el estudio de la calidad de las aguas, y se hará una caracterización en campo de las áreas de ribera.
Teniendo en cuenta que las franjas más anchas de los bosques riparios ofrecen mayor disponibilidad de alimento y refugio de especies en comparación a las franjas riparias estrechas, además de las otras características propias de la vegetación de estas áreas, el profesor de la UCAV subraya que se podrá determinar qué áreas de ribera se verán afectadas en mayor medida por la situación hídrica futura de la cuenca. Es decir, se podrá detectar las zonas críticas donde el ancho ripario disminuirá y perderá conectividad con las áreas adyacentes, posibilitando poder desarrollar las labores futuras de su conservación, protección y recuperación.
Este estudio permitirá, comenta, generar más conocimiento sobre la relación que existe entre los factores de biodiversidad, calidad del agua y suelo, con el ancho de franja de los bosques riparios dentro del paisaje, para de esta forma suministrar criterios y herramientas que apoyen en el manejo integrado de cuencas hidrográficas.
Con todos los datos que se obtengan y todas las conclusiones a las que se lleguen, se podrán tomar medidas de conservación y recuperación de estos hábitats, que son «de vital importancia» para asegurar la conectividad de la Red Natura 2000, que es la mayor red de espacios protegidos del mundo. También indica que el estudio se ha centrado en la cuenca hidrográfica del Duero dentro de Castilla y León, sin embargo, les gustaría completar el estudio en su totalidad, hasta la desembocadura en Portugal.