Heraldo-Diario de Soria

Semillas a la carta para aumentar cosechas

Copiso realiza una investigación que permite ajustar las variedades para la siembra con tratamientos de fertilización y bioestimulación idóneos para en cultivos rotacionales de secano ecoeficientes en la provincia de Soria

José Antonio Gonzalo y Eduardo Pascual, ingenieros responsables de la investigación en Copiso. GONZALO MONTESEGURO

José Antonio Gonzalo y Eduardo Pascual, ingenieros responsables de la investigación en Copiso. GONZALO MONTESEGURO

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N. F.
Soria

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Uno de los desafíos a los que se enfrenta la agricultura del siglo XXI en Castilla y León y en Soria  es el cambio climático. En este escenario juega un papel determinante la investigación para desarrollar sistemas productivos que garanticen la gestión sostenible de los recursos, manteniendo la rentabilidad de los cultivos. 

La cooperativa agraria soriana Copiso, en colaboración con el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial  (CDTI), ha hecho un estudio de variedades de semillas, bioestimulación y fertilización para cultivos  rotacionales de secano ecoeficientes en la provincia de Soria. 

Campos de ensayo empleados por Copiso para los ensayos

Campos de ensayo empleados por Copiso para los ensayos

Los resultados han permitido ajustar las variedades de semillas para la siembra con los tratamientos de fertilización y bioestimulación más idóneos para garantizar  producciones de cereal en las principales comarcas agrarias de la provincia. Prácticamente se puede  realizar una siembra a la carta para conseguir incrementar las cosechas agrícolas. 

Esta investigación surge en Copiso ante la necesidad de orientar y facilitar a sus socios y clientes agricultores sobre las variedades más idóneas y los tratamientos adecuados en sus explotaciones. Hace años la media de vida de una variedad para la siembra era de 20 años, ahora se queda en cinco, por lo que cada vez es más necesario acertar con todo el proceso que conlleva la siembra. 

Para el estudio se compararon variedades emergentes de distintas casas comerciales de semillas con las variedades más cultivadas en Soria. Las especies elegidas fueron cuatro cereales de invierno, trigo, cebada, centeno y triticale y dos oleaginosas, colza y girasol. Los ensayos se realizaron en tres campañas agrícolas, entre los años 2019 y 2022 y en tres fases. 

En la primera de ellas se procedió a analizar la interacción entre la precocidad a la maduración y el vigor de las diferentes variedades. Para la siembra experimental se seleccionaron 60 de cereales, 15 para cada uno, y 35 para las oleaginosas (20 para el girasol y 15 para la colza). 

Los trabajos realizados por el equipo de Copiso incluyeron el control de densidad de siembra, observaciones de los cultivos en diferentes momentos, desde la nascencia, la floración y la maduración, también se tomaron datos de las labores agrícolas realizadas.

Además, antes de la siembra se realizaron analíticas de los suelos y en el periodo de máximo desarrollo del cultivo se monitorizó el estado de las parcelas cultivadas y los índices de masa vegetal a través de satélites. En el momento de la recolección se apuntaron datos relevantes para el estudio, como la producción obtenida en kilos por hectárea. En las oleaginosas se calculó también la producción de grasa por hectárea. 

En esta primera fase se seleccionaron 28 variedades de los cultivos ensayados que fueron los que mejor se comportaron en cuanto a rendimientos y resistencia a las enfermedades. «Descartamos todas aquellas variedades que no aportaban nada a mayores de las variedades ya existentes», explica Eduardo Pascual, técnico de Cultivos en Copiso y responsable del proyecto de investigación.

Con esta primera selección el equipo técnico pasó a una segunda fase de ensayos. En una nueva campaña agrícola se sembraron las variedades elegidas y se procedió a testear el abonado. En la primera se había empleado el mismo fertilizante para todos los cultivos y en esta segunda se realizaron aplicaciones con un fertilizado habitual, usado en la zona de cultivo, y con dos formulados nuevos preparados por Copiso, elaborados en una planta propia, para cuya fabricación realizaron análisis edafológicos de las parcelas, de las condiciones del suelo y de la capacidad de retención de agua. 

Durante la ejecución de esta fase del ensayo se volvieron a controlar los parámetros relacionados con la densidad de la siembra y se tomaron datos de las labores realizadas, de los tratamientos aplicados y se monitorizó el estado de los suelos, al final también se midió la producción. El resultado permitió seleccionar qué fertilizante era el mejor para cada una de las variedades de semillas. 

Así se pasó a la tercera fase de ensayos donde se procedió a aplicar distintos bioestimulantes (compuestos con aminoácidos y microelementos fundamentales) que habitualmente se usan para completar el ciclo de los cultivos. Para ello se eligió el bioestimulante más empleado por los agricultores sorianos y otros dos nuevos escogidos por los técnicos que pilotaron la investigación.

«Los resultados fueron los esperados», puntualiza Eduardo Pascual, que añade que «observamos estabilidad en el comportamiento de las variedades y la que no resultó el primer año no resultó en los años sucesivos». La investigación ha permitido determinar las mejores variedades de semillas que se adaptan a la climatología y a los suelos sorianos.  De este modo la cooperativa agropecuaria utiliza los conocimientos obtenidos en esta investigación para asesorar a sus socios en las labores de sembrado. 

 «Entre realizar la siembra con una variedad y un tratamiento recomendado a hacerlo con otro distinto la diferencia en los rendimientos de producción puede estar en torno al 10%», explica José Antonio Gonzalo, ingeniero agrónomo y  uno de los responsable del estudio, que apostilla que «las variedades más productivas en España, en Soria no resultan». Además hay que tener en cuenta que en el territorio provincial hay diferencias de climas y suelos, en función de la comarca agrícola donde esté enclavada la explotación agraria. 

El ingeniero de Copiso sostiene que con el cambio climático cada vez son más necesarios estudios de estas características, porque las variedades de semillas se tienen que adaptar mucho más a la extrema climatología. En  la provincia de Soria las primaveras cada vez son más secas, por lo que se necesita buscar variedades que maduren rápido, pero no tan rápido por si hay heladas tardías. Eso obliga a los agricultores a ajustar los ciclos de cultivo y con semillas y tratamientos adecuados. 

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