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Eficacia de los traductores automáticos

Una investigadora de la UVa en Soria ha comprobado que la eficacia de esta tecnología es limitada para expresiones relacionadas con el turismo gastronómico al detectar errores de terminología y traducción literal.

Isabel Peñuelas, doctora de la Universidad de Valladolid en Soria, autora de la investigación sobre traductores automáticos.MONTESEGUROFOTO

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Soria

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La traducción automática ha transformado la comunicación en diferentes idiomas y es usada frecuentemente para cualquier actividad o ámbito de la vida. 

Se trata de una herramienta que cada vez se emplea con mayor frecuencia y permite salir del paso a aquellos que no manejan un idioma extranjero y entre los que tienen pocos recursos para contar con traducciones profesionales.

Si hay una actividad en la que se usa con frecuencia es en la turística. El que más o el que menos ha utilizado algún traductor de los que te ofrece internet para solventar dudas o bien para conocer de primera mano, términos o frases.

Precisamente el turismo es una de las actividades en las que los traductores automáticos han ido creciendo, un sector que es el pilar de la economía española, donde el turismo internacional cuenta con un peso específico, en el que resulta muy conveniente estar bien informado y facilitar una comunicación fluida en lenguas extranjeras.

Ya se venía detectando que muchas de estas traducciones no se ajustan al significado o incluso son incorrectas. Aspectos que son muy visibles para los profesionales de la traducción.

La doctora en Traducción, Isabel Peñuelas, de la Universidad de Valladolid en el campus de Soria, y miembro del Centro de Investigación en terminología bilingüe, traducción especializada y análisis contrastivo (CITTAC), ha realizado una investigación en la que ha analizado la efectividad de los traductores automáticos en las expresiones multiverbales dentro del lenguaje empleado en el turismo gastronómico.

«Vimos que en los textos turísticos hay una unidad lingüística que es muy difícil de traducir, porque se asemeja a expresiones idiomáticas», explica la investigadora, por ello planteó su estudio para ver cómo resolvían los traductores automáticos estas expresiones que formaban una parte fundamental de los textos turísticos.

El trabajo se planteó para la traducción de textos del español al inglés. La investigadora, que contó con la colaboración de la catedrática en Traducción del Universidad de Valladolid en Soria, Teresa Ortego, comprobó que la eficacia de estos traductores automáticos es limitada para esta parcela y detectó entre los errores más comunes la abundancia de traducción literal de las palabras, que en ocasiones, en lugar de solucionar un problema de comunicación y compresión al usuario lo complica.

La investigación se abordó inicialmente con una compilación de corpus, es decir textos lingüísticos, sobre turismo gastronómico, redactados por empresas y organismos institucionales, generalmente fueron folletos y guías turísticas de distintas regiones españolas.

«No quisimos crear algo para ser traducido, sino lo que queríamos era usar algo que se está empleando en el lenguaje vivo» , explica Isabel Peñuelas.

Las traductoras observaron que es muy común utilizar expresiones construidas en torno al término «punto» para el campo del turismo gastronómico, por ello se emplearon para el estudio de expresiones multiverbales con este sustantivo, como «punto de sal», «estar a punto», «punto de caramelo». 

Se trata de expresiones comunes, pero que no tienen una traducción directa al inglés. Se analizaron 83 oraciones diferentes, es decir unidades sintácticas en distintos contextos diferentes.

Para establecer una comparativa de las traducciones se eligieron cuatro traductores automáticos en línea más comunes y de uso gratuito que fueron DeepL, Google Translate, Microsoft Translator y Yandex. En total se revisaron un total de 152 traducciones.

Los datos se procesaron en dos fases. En la primera se analizaron los datos de la traducción de las estructuras multiverbales concretas, desde la perspectiva de los traductores automáticos, mientras que en la segunda se analizaron los datos usando una abstracción de la estructura gramatical de las citadas expresiones.

El análisis permitió detectar que la mayoría de los errores se produjeron por precisión, dado que la brevedad de las expresiones apenas daba pie a cometer errores de fluidez en las correspondientes traducciones.

Uno de los aspectos que se observó es que la literalidad en la traducción del español al inglés estaba presente en todos los sistemas estudiados en el marco de esta investigación. 

Existe una clara tendencia a traducir cada una de las palabras que componen la expresión multiverbal y eso supone la mitad de los errores detectados en el estudio «al final no se expresa el significado que se quiere», puntualiza Isabel Peñuelas.

El segundo de los errores más comunes detectados estaba relacionado con la terminología y el cambio de los tiempos verbales, que al final terminan cambiando el significado de la frase, y en muchos casos vienen dados por esa tendencia a literalidad de los traductores automáticos.

La principal conclusión a la que se ha llegado con este estudio es que los traductores automáticos han supuesto un importante avance, aunque presentan grandes carencias sobre todo en el campo del turismo gastronómico que no siempre se tienen en cuenta a la hora de utilizarlos y por ello los textos pueden tener poca fiabilidad.

Isabel Peñuelas recuerda que en algunas de las traducciones de las expresiones elegidas «salían cosas disparatadas». 

En este sentido agrega que los textos turísticos «son tan culturales y sociales, por lo que es importante que el turista no se lleve una imagen errónea».

La investigación ha permitido detectar los errores y entre las soluciones la experta señala la necesidad de realizar un trabajo de postedición, «algo que no siempre es posible, porque el que acude a traductores automáticos no disponen de recursos para hacerlo», indica Peñuelas, que también añade que los errores permiten tener en cuenta la elaboración de la redacción inicial para salvar los problemas de comprensión al ser traducida.

Por último, el trabajo ha permitido sentar las bases para hacer un traductor automático entrenado con términos de turismo gastronómico dirigido a este sector específico.