Heraldo-Diario de Soria

El indagador en electrónica orgánica

Este  soriano y doctor en Física y experto en materia condesada y nanotecnología se ha incorporado al equipo del Instituto de Ciencias Materiales de Barcelona (CSIC) para investigar en el campo de la electrónica orgánica y en la aplicación de compuestos orgánicos para el desarrollo de dispositivos para lo que utiliza microscopía de fuerza atómica. 

Daniel Martín Jiménez, en el Instituto de Ciencias Materiales de Barcelona .

Daniel Martín Jiménez, en el Instituto de Ciencias Materiales de Barcelona .E. M

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La nanotecnología (manipulación de los materiales a escala atómica) es una ciencia joven pero que ha irrumpido con fuerza en la investigación, porque sus aplicaciones son muy útiles y se extienden en los distintos ámbitos de la vida, desde la medicina, la electrónica y las energías renovables. En la actualidad se emplea a nivel industrial y comercial, las cremas solares que ya han comenzado a fabricarse utilizando esta ciencia.

El futuro de la nanotecnología, que permite generar y modificar los materiales al tamaño de los átomos, es prometedor por lo que la investigación en este campo permitirá avanzar en el conocimiento para aplicaciones industriales y así, poco a poco, se va introduciendo en la vida diaria.

El soriano Daniel Martín Jiménez (1987) se ha adentró en este campo hace 14 años, una vez que finalizó sus estudios universitarios y desde entonces se ha convertido en un experto. En la actualidad trabaja en el Instituto de Ciencias de Materiales de Barcelona, que pertenece al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), gracias a una beca postdoctoral, donde investiga en electrónica orgánica aplicando su amplio conocimiento y experiencia en microscopía de fuerza atómica.

Tras su licenciatura en Física optó por un Erasmus en Finlandia, en el que aprendió en microelectrónica. Posteriormente cursó un doctorado en física de la materia condensada y nanotecnología, en la Universidad Autónoma de Madrid, donde comenzó a trabajar con el microscopio de fuerza atómica en el grupo del profesor Ricardo García. Una rama en la que profundizó con una estancia postdoctoral en la Justus-Liebig-Universität de Alemania, de la mano del profesor André Schirmeisen y Daniel Ebeling.

Gracias a esta formación se ha convertido en un especialista en la microscopía de fuerza atómica que ha aplicado en distintos medios materiales funcionales como polímeros, minerales, semiconductores y biomoléculas, entre otros.

Esta técnica es una de las dos ramas de la microscopía de sonda de barrido, en la que España es pionera ya la Universidad Autónoma de Madrid construyó el tercero de estos microscopios hace décadas, «somos solicitados en Europa», dice Daniel, donde otros países no cuentan con tantos especialistas, y es por lo que eligió este campo para ampliar su formación.

En su carrera investigadora, Daniel se ha especializado en esta técnica cambiando de muestras y de ramas de investigación. Cuando comenzó en Madrid trabajó con capas de hidratación sobre minerales, mientras que Alemania lo hizo con síntesis moleculares en superficie y en la actualidad está centrado en los componentes orgánicos para dispositivos electrónicos, como células solares y transistores orgánicos.

«En la actualidad trabajo con moléculas orgánicas que funcional como semiconductores», explica el investigador en el que maneja el microscopio de fuerza atómica, el cual se vale de un sensor mecano-óptico, acabado en una punta afilada que permite manipular y visualizar los átomos.

El microscopio de fuerza atómica «toma imágenes a la nanoescala con un sistema sensorial de la misma forma que lo hace un ciego. El sensor se mueve y cuando sufre un cambio en su estado de reposo, porque entra en contacto con una superficie, existe un sistema de detección que permite monitorizar dicho cambio», explica Daniel.

Se trata de una herramienta «versátil» para detectar cualquier fuerza a la nanoescala, «porque si la punta se funcionaliza con cobalto es sensible a campos magnéticos en la superficie y si lo hace con platino es sensible a campos eléctricos y posibilita la conductividad», describe el investigador.

En el Instituto de Ciencias de Materiales de Barcelona, durante los dos próximos años, sus estudios se centrarán en electrónica orgánica y en la aplicación de compuestos orgánicos para el desarrollo de dispositivos. 

«Es muy importante identificar las estructuras de las moléculas orgánicas en láminas delgadas de los compuestos orgánicos, porque influyen en la eficiencia energética cuando se crean dispositivos electrónicos», explica Daniel Martín, que indica que la microscopía de fuerza atómica es una herramienta muy útil para ayudar a esta identificación.

Defiende la necesidad de investigar e invertir en ampliar el conocimiento sobre este tipo de compuestos semiconductores que permitirían producir dispositivos electrónicos más flexibles y versátiles.

El investigador soriano es experto dentro del campo de materiales avanzados, pero detalla que la microscopía de fuerza atómica es muy relevante en el sector sanitario porque ayuda a entender los procesos físicos de las células, virus y otras pequeñas biomoléculas.

A lo largo de los años como investigador ha participado en diez proyectos nacionales e internacionales. Es colaborador de 15 publicaciones científicas, de las que siete de ellas aparece como primer autor. 

El 4 de diciembre recibirá un premio de la Real Sociedad de Física y de la Fundación BBVA , al mejor artículo de divulgación en el que explicaba la síntesis en superficie de nuevas moléculas.

Reivindica una mayor inversión para la investigación en ciencia. Recuerda que España no tiene ningún Premio Novel en Física ni en Química, «somos pocos y con poco dinero, hay países como China que están creciendo mucho», puntualiza.

En este sentido añade que en Física y dentro de la rama de materia condensada y nanotecnología en España hay un buen número de investigadores pero muchos se encuentran en universidades extranjeras de EEUU o Europa, donde tienen salarios y condiciones más competitivos.

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