ENTERRADO EN EL VATICANO
El turco que disparó a Juan Pablo II lleva flores a su tumba
Mehmet Alí Agca afirma que "sentía la necesidad de realizar este gesto"
Mehmet Alí Agca, el turco que en 1981 disparó dos balas contra Juan Pablo II, ha visitado este sábado la tumba de Karol Wojtyla, llegando a Roma con un vuelo regular turco y acompañado por agentes de la policía italiana a la gruta vaticana, donde se encuentran las tumbas de los últimos Papas.
Dado que está señalado en todas las fronteras mundiales, se puede deducir que Agca ha llegado hasta el interior del Vaticano con permiso de las autoridades italianas y pontificias, incluso del mismo papa Francisco, a quien había pedido audiencia durante el reciente viaje de Jorge Bergoglio a Turquía.
Agca, de ahora 57 años y que cuando disparó al Papa pertenecía al grupo de la ultraderecha Lobos Grises, se encontraba este sábado en plena plaza de san Pedro cuando ha llamado a la agencia italiana ADN-Kronos, a la que ha dicho textualmente: "Estoy aquí, frente a la basílica de san Pedro. Estoy hablando desde el centro de la plaza, precisamente debajo del obelisco. He llegado esta mañana desde Estambul y ahora voy a visitar la tumba de Juan Pablo II en la grutas vaticanas. Siento la necesidad de este gesto".
Ali Agca ha pedido ser recibido por el papa Francisco, lo que probablemente no sucederá, según declaraciones del portavoz Federico Lombardi. "Ha colocado flores en la tumba de Juan Pablo II. Creo que sea suficiente". Se ha tratado de una ramillete de rosas blancas. Según Agca la visita a las grutas de san Pedro habría sido posible gracias a "un especial permiso" del Vaticano.
Tras depositar las flores, Agca fue conducido por la policía italiana a la comisaría romana de Cavour para ser interrogado y allí reiteró que "sentía la necesidad de realizar este gesto".
El turco se encuentra en libertad desde el 2010, después de haber estado preso en su país, extraditado desde Italia, por varios delitos.
LA PISTA BÚLGARA
Dos años después del atentado, Juan Pablo II fue a visitarle a la prisión romana de Rebibbia, aunque nunca se supo qué se dijeron. Por aquel atentado, del que se han dado más de 100 versiones distintas, Agca fue condenado a cadena perpetua en Italia, aunque posteriormente fue trasladado a Turquía.
Los distintos procesos italianos acusaron de aquel atentado a los servicios secretos búlgaros, que habrían actuado en nombre del KGB soviético, que temía al Papa polaco por su posible desestabilización y disolución de la URSS, como realmente sucedió. Sin embargo, nunca se ha podido llegar a los inductores de aquel atentado.
"Es más sencillo de cuanto todos piensan", dijo Agaca en un libro de investigación italiano, atribuyendo la autoría del atentado únicamente a los Lobos Grises. Sin revelar, como hicieron otros investigadores, que los Lobos Grises habían sido creados por algunos servicios secretos occidentales.