Heraldo-Diario de Soria

Saint-Denis vive con tensión y miedo las siete horas del asalto policial

"Parecía un vídeojuego, pero era real", cuenta un joven que presenció la operación en la que participaron 110 policías

Publicado por
EVA CANTÓN / PARÍS
Soria

Creado:

Actualizado:

Cuando Youssef se levantó a las cuatro de la mañana, como de costumbre, para ir a trabajar en su taxi, no habían pasado ni veinte minutos cuando oyó unaexplosión. "Pensé que era un coche al que le había estallado un neumático pero luego escuché una ráfaga de disparos y me asusté. No cesaron durante 20 minutos”, cuenta mientras conduce hasta el centro de Saint-Denis.

La pequeña ciudad del norte de París, con poco más de 100.000 habitantes, está a 1,5 kilómetros del Estadio de Francia, donde varios terroristas sembraron el pánico hace tan sólo cinco días. Este miércoles los vecinos se despertaron alarmados por el ruido de los helicópteros y el fragor de una operación antiterrorista de las fuerzas especiales de la policía francesa en las inmediaciones de la calle de la República que se saldó con dos yihadistas muertos y siete detenidos.

 

ENCERRADOS EN CASA

El asalto duró siete horas. Durante ese tiempo, el centro permaneció acordonado y literalmente tomado por los 110 policíasque participaron en la operación. Un auténtico estado de sitioflotaba en el ambiente, con furgones del Ejército apostados en la periferia de la zona acordonada, francotiradores en los tejados de los edificios colindantes y consignas a voz en grito de que la gente no se asomara a las ventanas y permaneciera encerrada en sus casas.

 

“Parecía una escena de guerra. Daba miedo”, comentó un hombre mayor a quien le vino a la cabeza la guerra de Argelia. El centro estaba desierto, un gran centro comercial con las persianas bajadas y los colegios y edificios públicos, cerrados. En las calles aledañas, nubes de curiosos, periodistas y vecinos que no sabían muy bien qué hacer. En vano intentar coger el metro o el autobús. Tampoco el tranvía. Atrapados en su propio barrio. “Lo importante es que no haya ninguna víctima civil”, explicó el alcalde comunista de Saint-Denis, Didier Paillard.

 

"NO NECESARIAMENTE BARBUDOS"

“Es sorprendente saber que hay yihadistas al lado de tu casa. Eso duele. Sorprende enormemente. Están infiltrados, están escondidos. Todo el mundo puede serlo y no necesariamente los barbudos, cualquiera”, seguía contando a EL PERIÓDICO el taxista francés de origen argelino. Yousssef lleva diez años viviendo en Saint-Denis, que en los últimos tiempos ha visto empeorar su dañada reputación por la proliferación de jóvenes que trapichean con droga y roban lo que pueden para tener unos euros en el bolsillo, como explica Mohamed, un argelino de 48 años dueño de una carnicería para añadir: “Es un barrio caliente, pero no esperábamos nada que tuviera que ver con los atentados. Eso no”.

 

La misma incredulidad que expresó Baabadi, un rapero negro de 35 años que se echó a la calle con unos colegas y respiró aliviado cuando las fuerzas del orden dieron por terminada la operación. “Son nuestros vecinos. ¿Cuánto tiempo hace que están ahí? ¿Un día, una semana, un año?. No estamos ciegos. Vemos lo que pasa en el mundo. Vemos los atentados en Palestina, en África, en Siria, pero no pensábamos que los veríamos aquí. No en París”.

Baabadí y sus amigos escucharon los disparos, vieron a los policías descargar los cargadores contra el edificio en el que se atrincheraban los terroristas. Vieron también dos agentes heridos y se quedaron en las inmediaciones del asalto a pesar de las órdenes para que volvieran a casa. Nos quedamos por curiosidad y hasta grabamos un vídeo. Pero esto es real. No era un vídeojuego”.

 

TEMOR A LA ESTIGMATIZACIÓN

 A la conmoción por las escenas vividas, se une también el miedo de muchos musulmanes a ser estigmatizados por vivir en Saint-Denis. “Los terroristas no representan el islam. No saben ni dónde van. Yo soy musulmán, pero nuestra religión no acepta eso”, prosigue el rapero. Un temor compartido por el taxista Youssef, que también vivió la mala experiencia de estar en el Estadio de Francia el pasado viernes con su hijo.

 

“En mi entorno conozco barbudos y no barbudos, gente que practica y gente que no, pero para radicalizarse hace falta ser un ignorante. Mi padre nunca me ha dicho que coja un arma para matar a la gente -explica-. El viernes, como después de Charlie Hebdo, pensé: Ya está, otra vez igual”.

 

A escasos metros del refugio de los yihadistas hay un mensaje escrito bajo el balcón del Ayuntamiento, en la plaza presidida por la Basílica de Saint-Denis donde reposan los restos de los Reyes de Francia: “La mejor respuesta a la barbarie es hacerle frente juntos”.

tracking