Las amenazas de muerte aterrorizan a la menor violada en Río de Janeiro

La adolescente brasileña violada por más de 30 hombres en Río de Janeiro la semana pasada no puede más. “Estoy aterrorizada. Me siento como si viviese en una cárcel privada, no puedo ni salir de casa”, denunció en la noche del domingo en un programa de máxima audiencia de TV Globo.

La menor, cuyo rostro fue ocultado, tuvo que abandonar ese mismo día su hogar para acogerse junto a su familia al Programa de Protección a Niños y Adolescentes Amenazados de Muerte. La pertenencia de los agresores a una de las mayores facciones de narcotráfico de la ciudad le ha puesto en el punto de mira.

 

“Cuando entré en Facebook había miles de mensajes de personas que me decían que me iban a matar”, relató la joven de 17 años quien además aprovechó para criticar la actitud del comisario que lideró las investigaciones en la División de Represión a los Crímenes Informáticos (DRCI), Alessandro Thiers.

“Fue horrible, me preguntaron porqué estaba allí, si ya había tenido sexo en grupo antes y si me gustaba. El comisario estaba empeñado en culparme, por eso paré de responder a sus preguntas”, insistió logrando que la División del Niño y del Adolescente Víctima se responsabilizase de su caso.

 

Por su parte, el jefe de la Policía Civil de Río de Janeiro, Fernando Veloso, ha anunciado que el comisario Thiers sería investigado por sus métodos de interrogatorio y que una operación policial sería dirigida en las favelas en las que se ocultan los seis agresores identificados en el vídeo de la violación que fue distribuido en las redes sociales.

EN PARADERO DESCONOCIDO

Sin embargo, el exnovio de la menor y presunto organizador de la violación, el jugador del modesto club de fútbol Boa Vista, Lucas Perdomo, así como el autor del atroz vídeo, Raí de Souza, no fueron localizados en sus domicilios y permanecen en paradero desconocido mientras se multiplican los rumores que señalan a laCiudad de Dios, favela protagonista de la película homónima del director Fernando Meirelles, como el lugar en el que se refugian los sospechosos.

 

Más de 72 horas después de que la brutal violación saltase a las portadas de los diarios de medio mundo, la impunidad continuaen Río de Janeiro. Según los datos del Ministerio de Justicia de Brasil, las probabilidades de que el caso alcance los tribunales son solo del 6%.

La realidad es que las autoridades de Río de Janeiro no tienen ningún poder en los territorios controlados por el narcotráfico. Los violadores de la joven lo saben y ella también, por eso como tantos otros brasileños se aferra a la fe como su única opción para no enloquecer ante tanta injusticia: "No creo en la Justicia, solo en la de Dios que tarda pero nunca falla”.