Trump se deshace de su principal asesor de campaña
Tanto los donantes como el partido llevaban tiempo pidiendo su cabeza
En uno de esos gestos que pueden marcar un antes y un después,Donald Trump se ha desprendido del más leal de sus asesores, el hombre que le ayudó a idear la estrategia durante la campaña de las pasadas primarias republicanas. Su portavoz ha anunciado este jueves el cese de Corey Lewandowski, cuya destitución llevaban tiempo reclamando los notables y donantes del partido, así como los hijos del magnate, que ejercen de cerebro en la sombra. El momento no parece casual. Las últimas encuestas no son nada favorables para Trump, que ha gestionado las últimas semanas con más torpeza de la habitual.
Lewandowski era su perro de presa, un advenedizo en el mundo de las campañas políticas que estuvo a su lado desde el principio y siempre apostó por “dejar que Trump sea Trump”, como repetía a modo de mantra. Esa defensa del Trump más crudo y sin filtros, que fue en cualquier caso la que premiaron los votantes otorgándole la nominación, contrasta con la de Paul Manafort, el asesor fichado a finales de marzo para controlar los exabruptos del candidato y ofrecer una versión más presidencialista de su persona. La guerra entre los dos había creado un ambiente tóxico en la campaña. “Ding dong, la bruja está muerta”, tuiteó uno de los asesores de campaña del neoyorkino tras conocerse la destitución de Lewandowski.
Lewandoswski tenía además muy malas relaciones con la prensa. Hace unos meses recibió una demanda de una periodista, que lo acusó de agredirla durante un vídeo. El asesor no solo lo negó sino que dijo no conocerla. Poco después surgió un video en el que aparecía agarrándola por el brazo y la empujándola violentamente. (La demanda fue desestimada). Desde el partido se pedía su cabeza y Trump finalmente ha transigido. “Nos estamos acercando a las generales y querían un estilo de gestión coherente”, le ha dicho una fuente republicana al Washington Post.
No está claro si la marcha de Lewandowski servirá para ver a un Trump más presentable. En las últimas semanas ha cometido errores garrafales. El más ostentoso es la campaña de tintes racistas y antidemocrática que lanzó con el juez hispano que le investiga por el presunto fraude de la Universidad Trump. Pero tampoco ha salido bien parado de su reacción al atentado de Orlando. Primero dijo que crímenes de esa naturaleza no ocurrirían si la gente fuera armada, pero ayer negó que sea buena idea que la gente vaya a los bares a beber con pistolas en el cinto.