Heraldo-Diario de Soria

CUENTA ATRÁS ELECTORAL EN RUSIA

Rusia se dirige a las elecciones legislativas en una clima de coacción a la oposición

Los electores rusos renovarán en septiembre los 450 escaños de la Cámara baja del Parlamento. Los opositores denuncian una campaña de hostigamiento del Estado para apartarlos de la carrera

El presidente ruso, Vladímir Putin, el pasado junio.-REUTERS / ALEXANDER ZEMLIANICHENKO

El presidente ruso, Vladímir Putin, el pasado junio.-REUTERS / ALEXANDER ZEMLIANICHENKO

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MARC MARGINEDAS
Soria

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Yegor Savin no solo es el líder regional en Novosibirsk dePARNAS, el partido que copresidía el opositor Borís Nemtsov, asesinado junto al Kremlin en febrero del 2015. Como candidato a diputado en las elecciones legislativas rusas, previstas para el próximo 18 de septiembre, Savin ha obtenido el respaldo de Rusia Abierta, una plataforma impulsada por el magnate exiliado Mijaíl Jodorkovski, feroz crítico del presidente Vladímir Putin, que busca promover el estado de derecho e impedir el fradude electoral en el país, apoyando en estos comicios generales a una veintena de candidatos.

Sin embargo, el camino de este aspirante siberiano en pos de la obtención, dentro de un mes, de un escaño en el número 1 de la calleOkhotny Riad, sede de la Duma Estatal en el centro de Moscú, parece estar sembrado de minas. En VKontakte, una red social rusa similar a Facebook, alguien abrió una página falsificada de apoyo a su candidatura, según sostiene el propio Savin, y publicó la imagen de una esvástica, un hecho considerado por la legislación rusa como una falta administrativa. La difusión de simbología nazi es la única de estas infracciones no penales que conlleva la inhabilitación política del transgresor, lo que pone en peligro la carrera parlamentaria de Savin. Un proceso administrativo ha sido abierto contra él.

El caso de Savin atestigua la enrarecida atmósfera de represiónen la que se celebrarán, el próximo 18 de septiembre, las elecciones parlamentarias en Rusia, la primera gran cita electoral a nivel estatal que se celebra en el país después de las controvertidas legislativas y presidenciales del 2011 y 2012, cuyo desarrollo desencadenó las más multitudinarias protestas ciudadanasdesde la llegada al poder de Vladímir Putin en el 2000. Decenas de miles de personas desfilaron entonces por las calles clamando contra unos resultados que consideraban fraudulentos, poniendo en graves aprietos a la élite que gobierna el país desde hace más de 16 años.

PREVENIR LAS PROTESTAS

En esta ocasión, el Gobierno ruso ha puesto todo su empeño en que los incidentes no se repitan, máxime cuando estos comicios, a diferencia de hace cuatro años, se desarrollan en un marco de aguda confrontación con Occidente. El Kremlin ha aprobado algunas medidas con las que pretende hacer más creíble el escrutinio, en particular la elección, al frente de la Comisión Electoral Central, de Ella Pamfílova, de 62 años. Esta antigua Defensora del Pueblo y exdiputada del Soviet Supremo de la URSS, se ha granjeado una reputación de integridad entre los opositores, y pese a ser considerada como “parte del sistema”, tal y como la describe un político crítico con el Kremlin, ha amenazado con renunciar si constata falsificaciones masivas.

Otras modificaciones legislativas que incluso han sido bien recibidas por la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) incluyen la implementación de un sistema electoral mixto con la mitad de los diputados (225) elegidos por sistema proporcional con listas de partido a nivel federal y el resto en circunscripciones uninominales, junto con la reducción del7% al 5% en el porcentaje de votos requerido para obtener representación parlamentaria en la lista federal.

Sin embargo, el acentuado clima de represión existente en Rusia, donde los espacios públicos para disentir se han reducido a ojos vista en los últimos años, marcará sin duda el desarrollo de los comicios. “Las circunstancias han empeorado mucho en relación con el 2011 y el 2012; el electorado se ha cerrado mucho y los ciudadanos se lo piensan dos veces de expresar sus opiniones”, constata a este diarioTimur Valeev, director de Rusia Abierta. Con el objetivo de prevenir posibles inspecciones por parte de algún departamento gubernamental o policial, la fundación se ha instalado en las oficinas de un centro de negocios donde no guarda documentos en su interior.

Pese a que aún queda más de un mes para la apertura de los colegios electorales, algunas fundaciones ya han constatado algunas irregularidades. Mikail Kamílov, del organismo ‘Por unas Elecciones Limpias’, ha verificado como algunos candidatos “ofrecían alimentos’ a pensionistas de pocos recursos, a los que “no les importa demasiado” el sentido de su voto, según ha explicado telefónicamente.

RUSIA UNIDA, LA FUERZA HEGEMÓNICA

Ningún observador duda que los comicios legislativos conllevarán una nueva victoria del partido gubernamental Rusia Unida (RU), presidido por el actual primer ministro, Dmitri Medvédev. La formación política que nació en las tensas elecciones legislativas de 1999, durante la segunda guerra chechena, bajo el nombre de Edintsvo (Unidad), a toda prisa y sin apenas referentes ideológicos, para apoyar al entonces desconocido primer ministro Vladímir Putin en su ascenso a la cúpula del poder en Rusia, ha copado la vida política del país desde entonces.

Según augura el analista Nikolai Petrov, RU obtendrá el 65% de los escaños en la Duma, en la que estará acompañado por otras tres formaciones políticas afines. Los comicios, que en teoría debían celebrarse en diciembre, han sido adelantados a septiembre, según Petrov, con el objetivo de "mejorar las posibilidades" de la fuerza pro-kremlin, en particular debido al deterioro de las condiciones de vidacomo consecuencia de la crisis económica. "Estas elecciones no reducirán los problemas políticos de Rusia", sentencia.     

RU se fundó en el 2001 y ha ganado tres elecciones legislativas desde entonces: en el 2003, 2007 y 2011. En el 2003, logró una mayoría simple tras lograr el 37,5% de los votos. En el 2007, con Vladimir Putin encabezando la lista logró el 64,30% de los votos y una supermayoría en la Cámara que perdió en 2011. Con Dimitri Medvédev como cabeza de lista y el 49,53% de los votos, Rusia Unida se quedó con la mayoría absoluta.

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