TERREMOTO EN EL CENTRO DE ITALIA
"Amatrice ya no existe"
El alcalde de esa localidad, arrasada por uno de los dos terremotos, descibe un escenario de pesadilla
“Varias personas faltan a la lista, no tenemos datos definitivos”, explica a las 10 de la mañana Stefano Petruci, alcalde de Accumoli, epicentro del seísmo que la pasada noche ha provocado en el centro de Italia 24 muertos y un centenar de desaparecidos. Sus palabras retratan un balance totalmente provisional de las sacudidas que han destruido decenas de pedanías y barrios enteros de pueblos y pequeñas ciudades encaramados en la cordillera de los Apeninos centrales.
El primer testimonio de la noche, recogido por teléfono por el canal 24 de la RAI a menos de una hora de la primera sacudida de 6.0 grados, fue de la profesora Rosa María Marini. En aquel momento estaba corriendo desde su casa hacia del campo deportivo de Norcia y por su teléfono llegaban los gritos de los ciudadanos despavoridos que corrían como ella para huir del centro urbano. “En medio de la calle hay un balcón caído”, describía durante su carrera. “Aquí no podemos pasar, porque se ha derrumbado un edificio”,añadía después.
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Mientras, un ciudadano de Amatrice, prestaba su teléfono al alcalde, Sergio Pirozzi, que en directa televisiva, daba instrucciones a la Protección Civil, para que no llegase a la ciudad por carretera sino por el cielo. “El puente de acceso se ha caído, no se entra ni sale, pero el helipuerto está libre”, les decía. “El pueblo ya no existe”, dijo en un primer momento, rectificando más tarde, explicando que “una parte de la ciudad se ha venido abajo”. A las 10 de la mañana, los bomberos excavaban rápidos debajo de varios edificios, donde había gente que gritaba o daba instrucciones los buldozer sobre los puntos donde retirar los escombros. “Aquí vive una familia de cuatro personas, pero desde la primera sacudida no se oye a nadie”, explicaban un poco más allá.
TODOS AL CAMPO DE FÚTBOL
Un improvisado informador que respondía al nombre de Gabriele, explicaba a través de su móvil, a las cuatro y media, una hora después del primer temblor, que en la localidad de Arquata del Tronto –una de las mayormente afectadas-- había “mucha gente bloqueada en sus viviendas”, y que no podían salir a causa de los edificios caídos. “Los veraneantes están saliendo de estampida de los hoteles para alcanzar el campo de fútbol”, decía.
“Seímo severo”, afirmaba con prudencia a las cinco de la madrugada un responsable de Protección Civil. “Igual intensidad que en L’Aquila en 2009, pero por suerte entre los montes y no en una ciudad”, añadía otro, mientras se multiplicaban, incluso a través de los canales públicos de televisión, las llamadas de socorro de los ciudadanos. Las primeras luces del día alumbraron escenarios que con toda probabilidad harán aumentar el balance final del último terremoto en una región donde se repiten con frecuencia: solamente esta noche se han producido 100 temblores seguidos.