EL DRAMA DE LA INMIGRACIÓN
El mar de los 5.000 muertos
El Mediterráneo supera con creces en el 2016 las cifras de ahogados de los años anteriores. Las sobrecargadas pateras siguen saliendo de Libia y Turquía en pleno invierno
En las calles del barrio de Basmane, en la ciudad occidental turca de Esmirna, el negocio a costa del refugiado se resiste a desaparecer y sigue siendo visible en los alrededores del bulevar Fevzi Pasha. Un chaleco salvavidas se puede obtener por 70 liras turcas (unos 20 euros) sin apretar demasiado en el regateo. “¡Es un Yamaha original!”, destaca uno de los vendedores que han hecho el agosto con las prendas naranjas para proporcionar una supuesta seguridad acuática a quienes querían cruzar a Grecia en patera a la desesperada.
Aunque el mercadeo ya no es el de hace un año (el naranja fosforito de los chalecos parece haber pasado de moda en las tiendas de ropa de la zona), un rato de paseo sirve para ver a una familia de iraquís y a un grupo de congoleños en negociaciones para navegar en precarias condiciones hasta costas europeas. Quizá sin suerte. Sería la triste rutina de la zona, ya que el mar Mediterráneo se ha adjudicado con considerable ventaja la plusmarca funesta del año: dos naufragios de pateras en la ruta entre Libia e Italia acontecidos el pasado 22 de diciembre sumaron un centenar de cadáveres al cómputo total, situando la cifra de 2016 por encima del brutal listón de los 5.000 muertos por vez primera. Un salto gigantesco desde los 3.777 ahogados registrados por la Organización Internacional para la Migración (OIM) en 2015 o los 3.279 del año anterior.
En la orilla europea, los socorristas catalanes de Proactiva Open Arms (POA) tratan de que nadie muera en el intento. “Seguimos vigilando el mar cada noche”, comenta a este diario Òscar Camps, en referencia a la misión que la organización mantiene en el norte de la isla griega de Lesbos, por la que solo en 2015 se estima que pasaron en torno a medio millón de refugiados. Este año, el pacto migratorio entre Ankara y Bruselas redujo drásticamente los cruces de refugiados en los menos de 10 kilómetros que separan Turquía de esa y otras islas griegas. No obstante, el flujo ha seguido, como un goteo, a razón de en torno a un centenar al día. En todo 2016, POA asegura haber rescatado a unas 1.500 personas y ayudado a llegar a salvo a tierra a otras 12.700, en el caso de Lesbos.
PATERAS ABARROTADAS
Tras los buenos resultados de su misión griega, la oenegé decidió ampliar operaciones y fletaron un antiguo velero de lujo, el 'Astral', a bordo del cual han logrado rescatar a 15.000 personas este año en las aguas internacionales frente a Libia. La situación en la denominada zona de búsqueda y rescate del Mediterráneo central dista mucho de la que afrontan las pateras en el canal entre Grecia y Turquía: las lanchas van especialmente cargadas (se han dado decenas de casos de muertes dentro de las mismas por asfixia y aplastamiento), sin agua ni combustible suficiente para un trayecto cuya duración desconocen los pasajeros: son más de 200 millas si lo que se pretende es llegar a costas maltesas, algo menos para Lampedusa, algo más para lograr plantar el pie en Sicilia.
Desde antes de llegar el 'Astral' en julio, allí ya estaban patrullando, en busca de cayucos que rescatar, organizaciones como la alemana Sea Watch, la maltesa MOAS o la omnipresente Médicos Sin Fronteras (MSF). Este operativo, coordinado desde Roma, lo completan los guardacostas italianos y distintos buques europeos de la Operación Sophia. Es precisamente este sector del Mediterráneo el que más pateras ha visto aventurarse en 2016, en especial después de que Turquía y la Unión Europea intensificaran la vigilancia en el Egeo en marzo: casi 180.000 migrantes llegaron a Italia (cifra muy similar a la de 2015), y otras 4.400 se quedaron por el camino. En el caso de Grecia, que el año pasado recibió más de 850.000 personas, la cifra se ha reducido a unas 173.000, más medio millar de ahogados.
CAMBIO DE EMBARCACIÓN DE RESCATE
Mientras que en el Egeo la nacionalidad mayoritaria sigue siendo la siria (un 47%, según las cifras del alto Comisionado de la ONU para los Refugiados) en la ruta Libia-Italia la aplastante mayoría de los ocupantes de países del África subsahariana, con un ligero y poco significativo repunte de la nacionalidad siria.
Pero las misiones de rescate frente a Libia se han ido reduciendo con el transcurso del otoño y la caída del termómetro y ahora, a principios de invierno, apenas la Guardia Costera de Italia, las patrullas europeas y el 'Aquarius' (un barco de rescate operado por SOS Mediterranée y MSF) están presentes. En breve, también vigilará la zona el 'Golfo Azzurro', el nuevo barco con el que POA operará durante los próximos tres meses.