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ESCÁNDALO EN ESTADOS UNIDOS

Indignación ante el veto en EEUU a palabras como 'feto' o 'transgénero'

La Administración de Trump prohíbe al Centro de Control y Prevención de Enfermedades usar siete términos en sus planes presupuestarios

Brenda Fitzgerald, junto al gobernador de Georgia, en octubre del 2014.-/ AP / DAVID TULLS

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EL PERIÓDICO
Soria

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Según el filósofo Ludwig Wittgenstein, los límites de nuestro lenguaje son los límites de nuestro mundo y la Administración de Donald Trump ha vuelto a demostrar su voluntad de reducir uno y otro por motivos y con objetivos ideológicos y políticos. El escándalo esta vez ha saltado al saberse, gracias a una revelación de ‘The Washington Post’, que en una reunión la semana pasada en el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) se dieron instrucciones de no usar siete palabras: 'feto', 'transgénero', 'diversidad', 'vulnerable', 'basado en pruebas', 'basado en ciencia' y 'subsidio'.

 

Las voces de indignación saltaron inmediatamente y se valora la medida como “sin precedentes”, “absurda” y “orwelliana”, otro paso “peligroso” hacia la “politización” del trabajo científico similar al que la Administración ha dado en campos como el medioambiente. Y la alerta continúa, pese a que un portavoz del Departamento de Sanidad del que depende el CDC ha tratado de desmentir la información sobre “palabras prohibidas” como una “mala caracterización” de las conversaciones. También Brenda Fitzgerald, que desde julio dirige la agencia con más de 12.000 empleados y 7.000 millones de dólares de presupuesto, envió el sábado un correo electrónico a los funcionarios reafirmándoles que “la ciencia es y seguirá siendo la fundación de nuestro trabajo”.

El argumento oficial que late en las informaciones y declaraciones es que los cambios en el lenguaje afectan solo a la elaboración de planes presupuestarios. Eso tendría como objetivo facilitar la aprobación de esos proyectos de financiación por parte de legisladores republicanos, en muchos casos ultraconservadores sociales y religiosos. Y explicaría, por ejemplo, que en el caso de algunas de las palabras vetadas se ofrezcan alternativas que van más en la línea ideológica de esos legisladores conservadores. En concreto, según ha revelado el ‘Post’, para “basado en ciencia y en pruebas” se sugiere escribir que “el CDC basa sus recomendaciones sobre ciencia considerando estándares y deseos de la comunidad”.

Cambio de políticas de información

 

Eso no tranquiliza a científicos, observadores y algunos demócratas, sobre todo porque provienen de una Administración que ya ha dado numerosos pasos similares que apuntan a una embestida no solo a la ciencia, sino a grupos de minorías. El Departamento de Sanidad, por ejemplo, ya eliminó de su web una página que detallaba servicios federales que ayudaban a la comunidad LGBT. El Departamento de Justicia, el de Educación y el de Vivienda han cambiado políticas sobre cómo recopilan información sobre gais, lesbianas y transgénero. Y en marzo se intentó eliminar en dos encuestas oficiales entre la tercera edad preguntas sobre orientación sexual e identidad de género.

Aunque algunos expertos, como un antiguo alto cargo gubernamental que ha hablado con 'The New York Times', creen que es un paso “estúpido” pero que responde a una mera “estrategia presupuestaria”, otros denuncian su demoledor potencial. “Que se censure o se haga sentir pasivamente (a los funcionarios) que tienen que autocensurarse para evitar retribuciones es peligroso e inaceptable”, le ha dicho al ‘Times’ el doctor Vivek Murthy, que fue principal autoridad médica del Gobierno en EEUU. “El propósito de la ciencia es buscar la verdad y cuando se censura la ciencia se censura la verdad”.

 

Precedentes preocupantes

El medioambiente era uno de los terrenos donde la Administración de Donald Trump había hecho más evidente sus embestidas contra la ciencia y a favor de intereses industriales. Entre los esfuerzos de 'rebranding' en ese campo están la desaparición en webs e informes de términos como “energía limpia” y “cambio climático”. También desaparecieron “basado en ciencia” y “científico”. Entonces no se argumentó que era para lograr aprobar los presupuestos.