GUERRA EN EL PAÍS ASIÁTICO
El doble juego de Pakistán en Afganistán
Las autoridades de Islamabad han sido acusadas de entrenar y dar apoyo logístico a la facción talibán responsable de los últimos atentados
Tras la última oleada de atentados en Afganistán, los dedos acusadores de Kabul y Washington han apuntado en dirección este, concretamente hacia Pakistán. Según coinciden informaciones de prensa y valoraciones militares, la rama insurgente liderada por Sirahuddin Haqqani, integrada en el movimiento talibán y a la que se atribuyen los ataques, mantiene vinculos con el oscuro estamento militar paquistaní y sus servicios secretos, y goza, según ciertas informaciones, de un santuario al otro lado de la frontera, concretamente en Miran Shah, en la indomable franja tribal.
En el 2011, Mike Mullen, entonces jefe del Estado Mayor Conjunto del Ejército de EEUU, caliicó a esta organización de "brazo" de la inteligencia paquistaní.
La presencia de los 'haqqanis', tal y como se les conoce entre los expertos, en el vecino Pakistán se remonta a los tiempos de la caída del régimen talibán y a la entrada de las tropas estadounidenses, en el 2001, tras los atentados del 11-S. Muchos talibanes huyeron a Pakistán para reagruparse y preparar la respuesta a su expulsión del poder.
Desde entonces, sus santuarios en la franja tribal han sido repetidamente atacados, tanto por aviones no pilotados (drones) estadounidenses lanzados desde Afganistán, como por operaciones militares paquistanís que, según critican fuentes gubernamentales afganas desde Kabul, nunca logran neutralizar del todo a los 'haqqanis'.
Fundada en los años 80
Como muchas de las milicias que operan en Afganistán, esta facción extremista fue fundada durante los años 80 con la ayuda de los servicios secretos paquistanís y norteamericanos para combatir la ocupación soviética de Afganistán. Su primer líder fue Jaluddin Haqqani, padre de Sirahuddin, su actual líder. Hace dos años, algunas informaciones de prensa lo dieron por muerto, aunque los talibanes no han confirmado tal extremo.
Durante los años de dominio talibán en Afganistán, Jaluddin ocupó el cargo de ministro, y gracias a su bien conocimiento del árabe, estrechó lazos con lo más granado del extremismo que allí se refugiaba en esos momentos, incluyendo al difunto Osama bin Laden.
Tensión entre Washington e Islamabad
Pero esos tiempos quedan ya muy lejanos, y EEUU presiona con insistencia a Pakistán para que acabe de una vez con los 'haqqanis'. El presidente Donald Trump acusó el pasado verano a Pakistán de llevar a cabo un doble juego y dar cobijo a "agentes del caos". Las autoridades del país asiático han respondido negando todas las acusaciones y recordando al Gobierno estadounidense el elevado número de víctimas civiles que ha causado la campaña de ataques con drones contra extremistas islámicos en la franja tribal, campaña que se ha incrementado bajo la presidencia de Barack Obama.