ANTENTADO FRUSTRADO CONTRA MADURO
Ya hay 6 detenidos y el Gobierno anuncia un castigo máximo a los culpables
La oposición alimenta la tesis del autogolpe.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, dice estar seguro de que los drones con explosivos que sobrevolaron la avenida de Bolívar durante la celebración del 81º aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) planeaban terminar con su vida. "Han intentado asesinarme y no tengo duda de que todo apunta a la derecha, a la ultraderecha venezolana en alianza con la ultraderecha colombiana, y de que el nombre de Juan Manuel Santos está detrás de este atentado", dijo poco después del ataque. Maduro ha dicho que no habrá perdón y ha prometido un castigo máximo.
El ministro para la Defensa, el general Vladimir Padrino López, consideró que el artefacto que hirió a siete guardias tenía incluso un propósito mayor: "Iba a destruir, a descabezar, a todo un Estado. Estaban todos los representantes de los poderes públicos, del alto mando militar; estaba el pueblo". La oposición osciló entre el repudio y la desconfianza, y mucho más después de escuchar a Maduro.
"Le digo a la burguesía venezolana, a los opositores, que si logran hacerme algo, deben verse las caras con miles de millones de obreros y campesinos haciendo justicia por su propia mano. No quedará polvo sobre polvo de ustedes", dijo el mandatario. Lo que se teme es un mayor endurecimiento político del Gobierno en momentos de extrema gravedad económica y social, y cuando los crujidos de las grietas en el frente interno se hacen más visibles.
Registros
El ministro de Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol, reveló que cada una de los artefactos tenía un kilogramo de explosivo C4. "Las investigaciones han evidenciado que se trata de un delito de terrorismo y magnicidio", dijo Reverol. Las fuerzas de seguridad han detenido a seis personas e incautado varios vehículos. A la vez, se han realizado registros en varios hoteles de la capital. "Están identificados los autores materiales e intelectuales", dijo el ministro, que no descartó nuevos arrestos.
El fiscal general, Tarek William Saab, aseguró que en las próximas horas se darán a conocer las identidades de los detenidos. "Van a aportar toda la información que están obligados a aportar sobre este acto terrorista (…) Habrá una sanción implacable", anticipó Saab, quien también estuvo en el palco cerca de Maduro. El fiscal consideró que no puede descartarse "la cooperación de algún factor subversivo terrorista fuera de Venezuela". De haberse consumado el intento de asesinato, el país se habría colocado "a minutos de una guerra civil", en su opinión.
Saab no hizo mención a los fantasmales Soldados de Franela, que a través de las redes sociales se adjudicaron el atentado al que bautizaron operación Fénix. Francotiradores de la guardia de honor "derribaron los drones antes de llegar al objetivo", según su versión. El supuesto grupo de "militares y civiles patriotas y leales al pueblo de Venezuela" aseguró haber demostrado que la cúpula madurista se ha mostrado "vulnerable" y que dar en el blanco es "cuestión de tiempo".
Argumentos absurdos
Desde Bogotá, el Gobierno colombiano rechazó enérgicamente las acusaciones lanzadas por Maduro contra Santos. "Resultan absurdos y carecen de todo fundamento las acusaciones de que el mandatario colombiano sería responsable del supuesto atentado contra el presidente venezolano", se expuso desde el Gobierno de Bogotá. El Palacio de Nariño sostuvo que "ya es costumbre" en Maduro culpar "permanentemente" al país vecino "de cualquier tipo de situación". Una fuente de la Presidencia declaró al portal bogotano Semana que Santos "está dedicado al bautizo de su nieta, Celeste, y no a tumbar gobiernos extranjeros".
Aunque la denuncia de Maduro encontró eco en sus aliados latinoamericanos (Cuba, Nicaragua, Bolivia), la oposición de centro derecha e, incluso del chavismo disidente, creyó encontrar razones para desconfiar. “¡No queremos atentados ni auto-atentados, no queremos golpes ni auto-golpes! ¡Tampoco queremos más hiperinflación, más hambre ni más muerte por falta de medicinas!”, dijo Jesús Torrealba, ex secretario de la hoy atomizada coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Cortina de humo
El Frente Amplio (FA), la nueva alianza opositora, estiñmo que "aún está por verse si realmente fue un atentado, un accidente fortuito o alguna de las otras versiones que circulan por redes sociales"”. El FA, que reúne a parte de la MUD y ha incluido en su seno a chavistas críticos, lamentó que "el régimen" haya acusado "de forma genérica, irresponsable y sin prueba alguna" a "todos los venezolanos que nos oponemos y criticamos la gestión" de Maduro.
A través de un comunicado, el FA pidió "esperar a que se realicen las investigaciones pertinentes" antes de sacar conclusiones apresuradas. Sin embargo, percibe que "las primeras reacciones" del Gobierno "no están dirigidas a esclarecer estos hechos sino a aprovechar la situación" y, de esta manera, "desviar la atención del verdadero problema que preocupa y afecta al país, que es la tragedia humanitaria y la catástrofe económica y social". Hebert García Plaza, un general retirado en el exilio que fue viceministro de Hugo Chávez fue más contundente: "parece una situación creada para aparecer como un mártir".