Heraldo-Diario de Soria

ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU

Guterres denuncia los ataques al multilateralismo "cuando más lo necesitamos"

El secretario general de la ONU reprueba el unilateralismo propugnado por la Administración Trump. Ha tenido también duras palabras para denunciar la "discriminación y demagogia que afrontan migrantes y refugiados"

Antonio Guterres, secretario general de la ONU, se dirige a la Asamblea General, el 25 de septiembre del 2018-AFP / JOHN MOORE

Antonio Guterres, secretario general de la ONU, se dirige a la Asamblea General, el 25 de septiembre del 2018-AFP / JOHN MOORE

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IDOYA NOAIN
Soria

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El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha pronunciado el primer discurso este martes en el debate  de la Asamblea General. Y aunque no ha hecho referencia por nombre a Donald Trump, que se ha retrasado en su llegada a la sede de la ONU en Nueva York,  ha señalado directamente a los peligros de muchas de las propuestas y acciones políticas del mandatario estadounidense, especialmente su unilateralismo.

 

“El multilateralismo está siendo atacado precisamente cuando más lo necesitamos”, ha advertido el portugués. Y aunque ha reconocido el deber de líderes individuales de garantizar los intereses de sus ciudadanos, también les ha recordado que deben “promover y apoyar un sistema multilateral” reformado y reforzado. “Para el bien común no hay más camino que acciones de sentido común”, ha dicho.

 

Críticas a Trump

En varios de los puntos negros han latido las referencias a EEUU. La crítica a la ruptura unilateral del acuerdo nuclear con Irán ha estado, por ejemplo, en la advertencia de Guterres que el “peligro nuclear no se ha reducido y la no proliferación está en serio riesgo”. Las políticas proteccionistas de Trump también marcan las “tensiones sobre comercio” a las que ha señalado el luso. Y Guterres, que fue alto comisionado para los refugiados, ha tenido también duras palabras para denunciar la “discriminación y demagogia que afrontan migrantes y refugiados”.

 

“Debemos movernos basándonos en hechos”, ha implorado el líder de la ONU en un mensaje que no debería resonar en EEUU sino también en Europa. “Quienes consideran a sus vecinos peligrosos peden crear una amenaza donde no la había. Quienes cierran sus fronteras a la migración regular solo impulsan la labor de los que se dedican a la trata”.

 

Cambio climático y armas “inteligentes”

Guterres también ha usado su intervención para poner el foco en la urgencia de luchar contra el cambio climático, recordando que “va más rápido que nosotros” y hace imperiosa la necesidad de aplicar el Acuerdo de París, un pacto de “estrictos mínimos” del que Trump sacó a EEUU. “Asimismo, ha señalado a los “nuevos riesgos asociados a avances tecnológicos”, y en especial el desarrollo de armas con inteligencia artificial. “La perspectiva de una máquina con discreción para destruir vida humana es moralmente repugnante”, ha denunciado.

Por otra parte, ha acabado apuntando a algunos puntos de luz también ha pintado un triste panorama. Ha citado, por ejemplo, la crisis de los Rohingya, el alejamiento de la siempre distante potencial solución de dos estados para el conflicto entre palestinos e israelís o los peligros del extremismo violento y el terrorismo. Guterres ha identificado un mundo enfermo con “desorden de déficit de confianza” y ha alertado sobre el punto de inflexión en que se encuentra esa confianza, tanto en las instituciones como en un orden mundial basado en reglas. Ha apuntado también a la polarización y el populismo crecientes y a las profundas divisiones en el Consejo de Seguridad. Y ha señalado a las dificultades de enfrentar “retos del siglo XXI con mentes e instituciones del siglo XX”.

Aunque Guterres ha querido señalar a algunos puntos de luz y optimismo, su discurso pinta un triste panorama. En él se cuenta, por ejemplo, la crisis de los rohinyás, el alejamiento de la siempre distante potencial solución de dos estados para el conflicto entre palestinos e israelís o los peligros del extremismo violento y el terrorismo. Guterres ha identificado un mundo enfermo con “desorden de déficit de confianza” y ha alertado sobre el punto de inflexión en que se encuentra esa confianza, tanto en las instituciones como en un orden mundial basado en reglas. Ha apuntado también a la polarización y el populismo crecientes y a las profundas divisiones en el Consejo de Seguridad. Y ha señalado a las dificultades de enfrentar “retos del siglo XXI con mentes e instituciones del siglo XX”.

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