TENSIÓN DIPLOMÁTICA
Washington prepara maniobras militares masivas en el patio trasero chino
El plan contempla el despliegue de aviones y barcos de guerra por el Mar del Sur de China y el estrecho de Taiwán
Estados Unidos prepara unas masivas maniobras militares en el patio trasero chino que descompondrán sin remedio a Pekín. Era sólo una cuestión de tiempo que la dinámica de tensión diseñada por Washington alcanzara las erógenas aguas del Pacífico, uno de los escasos callos que faltaban por pisarle a China desde que le declarase la guerra comercial meses atrás.
El plan desvelado por fuentes anónimas militares a la cadena CNN consiste en desplegar aviones y barcos de guerra por el Mar del Sur de China y el estrecho de Taiwán. La elección no es casual. La temperatura ha subido en el segundo desde que los independentistas ganaron las elecciones en la isla rebelde y Washington ha agravado el cuadro con la venta de armas a Taipei. Y en el Mar de China confluyen reclamaciones territoriales de media docena de países con la presencia militar estadounidense cada vez más atosigante.
Juegos de guerra
La hemeroteca muestra roces cíclicos entre naves de las dos grandes potencias. El último ocurrió este fin de semana, cuando un destructor chino se acercó a una cuarentena de metros de un barco de guerra estadounidense hasta obligarle a maniobrar para evitar el choque. Ocurrió frente a las costas del Arrecife de Gaven, en las islas Spratley, que Pekín reclama como propias. El acercamiento fue definido como “peligroso y no profesional” por Washington.
Es probable que Donald Trump programe sus próximos juegos de guerra a principios de noviembre para que coincidan con las elecciones y proyectar así una imagen briosa y audaz. También es probable que Pekín desplace hasta esas zonas al grueso de su armada y regrese la marejada después de meses de aguas calmadas. El “giro al Pacífico” ordenado por Barack Obama significó que Estados Unidos citara a China en esa parte del globo para dirimir la primacía mundial. Pekín recibió con desahogo el repliegue con la política de “América lo primero” de Trump, pero los ánimos caldeados de los últimos meses han recuperado lo que Washington llama pomposamente “ejercicios de libertad de navegación”. Consiste en pasear periódicamente sus buques y aviones frente a las islas artificiales que levanta China con el indisimulable objetivo de irritarla. Pekín los juzga como violaciones de su zona de exclusión marítima legal.
Gira asiática de Pompeo
Ni China ni Estados Unidos se preocupan en disimular la hostilidad. El vicepresidente, Mike Pence, ha denunciado la agresividad china después del incidente de este fin de semana. “A pesar de ese acoso irresponsable, el Ejército estadounidense continuará volando, navegando y operando allá donde la ley internacional lo permita y nuestros intereses lo demanden. No nos intimidarán, no nos achicaremos”, ha afirmado.
No extraña en ese clima la cancelación de la cumbre bilateral de seguridad programada este mes. Se desconoce quién se echó atrás. Funcionarios de Washington señalaron a Pekín y hoy el Ministerio de Exteriores chino ha acusado a Estados Unidos de “distorsionar completamente los hechos por motivos ocultos”.
Mike Pompeo, secretario de Estado, llegará a Asia con una agenda apretada. Visitará Tokyo, Pionyang y Seúl antes de aterrizar el lunes en Pekín. Su misión más urgente es recomponer la sintonía con China y evitar que lo que empezó como una guerra de aranceles continúe contagiándose a todos los ámbitos de las relaciones bilaterales. Se intuye que, paradójicamente, su parada norcoreana será más placentera que la china.