Heraldo-Diario de Soria

Crisis política

Venezuela y Ecuador entran en una disputa diplomática que amenaza con crecer

El gobierno de Maduro pidió la salida de la encargada de negocios ecuatoriana, mientras que los ecuatorianos expulsaron a la embajadora venezolana

Maduro, en rueda de prensa-PRENSA MIRAFLORES

Maduro, en rueda de prensa-PRENSA MIRAFLORES

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El Periódico
Soria

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En una crisis diplomática que crece con crecer de manera alarmantes, Ecuador expulsó a Carol Delgado, la embajadora venezolana en el país, como represalia por lo que consideró expresiones ofensivas del ministro de Comunicación de Venezuela, quien tildó al presidente Lenín Moreno de mentiroso.

Después, el Gobierno de Venezuela declaró persona no grata a la encargada de negocios de Ecuador en Caracas, Elizabeth Méndez, a la que dio 72 horas para que abandone el país, en reciprocidad por la expulsión de la embajadora venezolana en Quito, Carol Delgado.

Según los representantes de Nicolás Maduro, se vieron obligados a tomar medida recíproca" tras la expulsión de su embajadora en Ecuador, al tiempo que lamentó el roce diplomático, que calificó como "un acto inédito que atenta contra las históricas relaciones de hermandad" entre estos dos países andinos.

Pero la crisis es evidente. Las estadísticas de migración desde Venezuela y las acusaciones de "mentiroso" de uno de sus ministros al presidente de Ecuador, Lenín Moreno, han propiciado una ruptura entra estos dos países que hasta hace solo año y medio, eran aliados ideológicos pero que en el último año se habían distanciado.

Quién es el que miente?

Es imposible saber si el ministro de Comunicaciones venezolano, Jorge Rodríguez, pudo imaginarse que Ecuador respondería con semejante contundencia a sus acusaciones contra Moreno, al que llamó "mentiroso" por supuestamente inflar las cifras de emigrantes que han llegado a su país.

Para él, la estadística de un millón de emigrantes -avalada por ACNUR- que han cruzado las fronteras de Ecuador -de los que 300.000 se han quedado-, significaría llenar "140 autobuses diariamente por 7 años desde Venezuela", lo que a su juicio, es imposible.

Pero si lo esperaba o no, lo cierto es que a Ecuador no le ha costado demasiado tomar la decisión de expulsar a la embajadora venezolana, Carol Delgado, pero fue una medida a la que Caracas respondió de inmediato aplicando el principio de reciprocidad.

Ecuador quiere distancia de Venezuela

"Las mal traídas declaraciones del ministro constituyeron el 'disparador' perfecto para asumir una posición de mayor distancia frente a Venezuela", dice a Efe el profesor de la FLACSO, Santiago Basabe, para quien "Moreno deseaba desmarcarse de forma más clara" desde hace tiempo, pero no lo hacía por "los posibles costes políticos" con otros países de la región.

Coincide con esta postura el ex vicecanciller ecuatoriano Marcelo Fernández de Córdova: "La ha precipitado los insultos al presidente de la República (por parte del ministro venezolano)", pero detrás de ella está "el que el Gobierno ecuatoriano está viendo con otros ojos lo que ocurre en Venezuela".

Y según el exfuncionario, la defensa de los derechos humanos que su país enarbola en foros internacionales, contrasta con su política hacia lo que ocurre en Venezuela, que hasta hace solo seis meses, cualquier pronunciamiento contra el régimen de Nicolás Maduro era frenado por la ministra de Exteriores ecuatoriana, María Fernanda Espinosa.

Se enfrían las relaciones los regímenes bolivarianos

Ahora presidenta de la Asamblea General de la ONU, Espinosa representa la herencia del antiguo régimen de Rafael Correa (2007-2017) en el Gobierno de Moreno. Sustituida en junio por el diplomático de carrera José Valencia, desde entonces las relaciones con los regímenes bolivarianos se han enfriado poco a poco, más aun desde que los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro y de Bolivia, Evo Morales, criticaran públicamente en julio un proceso judicial abierto a Correa.

Quito retiró entonces a su embajador en La Paz, retrasó el envío de su nuevo representante a Caracas y agudizó su crítica hacia Maduro conforme crecía el número de emigrantes que golpeaban sus puertas.

Pero su discurso nunca llegó a crear los conflictos que se viven hoy día, en los que el secretario Nacional de Comunicación, Andrés Michelena, describió al régimen venezolano como "socialismo corrupto y asesino". Una situación que para ambos analistas evidencia el notorio deterioro de las relaciones bilaterales.

"Desde su llegada al Gobierno -indica Basabe- Moreno ha tratado de distanciarse de su predecesor en varios campos: primero lo hizo en la forma de relacionarse con la oposición política; luego pasó al modelo económico; sin embargo, en el plano internacional la tarea le resultó cuesta arriba".

"Temas como el de (el fundador de WikiLeaks, Julian) Assange o la relación con Venezuela siempre fueron más difíciles de tomar distancia respecto al gobierno de Correa, en buena medida por la presencia hasta hace poco tiempo de la canciller Espinosa", insiste.

Una tensión que se acumuló con los años

Por su parte, Fernández de Córdova, defensor de haber roto con Caracas, recuerda que ya a finales de 2017 Ecuador se abstuvo en una resolución contra Venezuela que era votada en la OEA.

"Se venía viendo esta tensión y el propio discurso de Moreno en septiembre en Naciones Unidas -al que el ministro venezolano Rodríguez se refirió en sus declaraciones- marcaba un poco vagamente el distanciamiento", puntualiza.

En ese sentido, la declaración de persona no grata a la embajadora venezolana marca, a su juicio, "un deterioro entre los dos países, un enfriamiento bastante grande".

Preguntado hasta dónde pude estar dispuesto a ir Moreno, si rompería incluso relaciones diplomáticas, Basabe opina que "la expulsión de la embajadora se observa como una posición reactiva frente a un ataque y no como una posición ofensiva frente a un hecho cierto como es el calamitoso estado en el que se encuentra Venezuela".

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