CRISIS HUMANITARIA
Italia deja en la calle a unos 40.000 inmigrantes
Una reciente ley del Gobierno permite expulsar a los extranjeros de los centros de acogida
Son unos 40.000 los inmigrantes en Italia que estos días han empezado a ser expuldados de los centros de primera, segunda y tercera acogida, por efecto del llamado decreto seguridad, que la pasada semana fue aprobado por el Gobierno populista de la Liga e indignados (M5S) y ya ratificado por el Parlamento. La avalancha de expulsiones internas ha llevado a la calle este sábado a miles de milaneses católicos, agnósticos, sindicalistas, políticos y ciudadanos de a pie para protestar a favor de los inmigrantes, mientras que la minoría progresista del Partido Demócrata (PD) han anunciado una recogida de firmas para abrogar la nueva ley. Se trata de puro fascismo, este decreto conllevará sufrimientos, ha afirmado Gino Strada, fundador de Emergency, organización que opera en los frentes más calientes del mundo, se trate de una epidemia de Ebola o de migraciones.
Colaboración municipal
Presionan también los alcaldes del país, a los que la ley había confiado unos programas de atención, formación e integración difundidos en el territorio nacional, que preveían entre dos y cuatro inmigrados por cada mil habitantes. Los italianos que colaboran en esta labor son unas 15.000 personas.
Los 24 primeros inmigrantes puestos en la calle fueron sacados el viernes en autocar del centro para peticionarios de asilo situado en Isola di Capo Rizzuto (Sicilia) y dejados en la cercana estación de Crotone, abandonados a su suerte. Todos ellos tienen reconocido por el Estado el derecho a permanecer en Italia hasta que no se resuelvan sus situaciones personales, pero por efecto del citado decreto dejarán de ser atentidos por los tres principales programas de acogida e integración que habían aprobado gobiernos anteriores.
Pienso de cerdo para comer
El pasado año fueron detenidos en aquel centro de acogida 68 personas pertenecientes a la Ndrangheta', la mafia de Calabria, en el sur: de los 100 millones entregados por el Gobierno (35 euros por día y persona) para atender a los inmigrantes, los arrestados se habían quedado 32 millones. En el sumario consta también que para comer les daban pienso para cerdos.Mientras se producen las primeras expulsiones, los delegados proviciales del Gobierno han escrito a todos los centros de acogida, sean para aspirantes a refugiado o protegidos por el derecho humanitario, o ya insertados en la red nacional para la integración y formación, ilustrándoles que, sobre la base de aquel decreto, deberán deshacerse de ellos.
La medida afectará principalmente a los acogidos gracias a una medida que se conoce como protección humanitaria. Por ejemplo, el otorgado a la nigeriana Yasmine, violada en Libia y protituida en Italia, que gracias a la ley denunció a sus explotadores y obtuvo un permiso de residencia.O Tessy, de 25 años, con permiso de residencia en Roma, que trabaja como colaboradora doméstica. Ni ellas ni otros 40.000, según estimaciones basadas en las ordenanzas de los delegados del Gobierno, podrán permanecer en los centros de acogida. Tendrán derecho a quedarse en el país pero sin niguna asistencia o formación, como la de aprender el italiano, primer paso para integrarse.
Pendientes de Salvini
El total de inmigrantes acogidos legalmente en las regiones y municipios es a día de hoy de 141.851, según Interior. Unos 80.000 han presentado petición de asilo, casi 6.000 tienen concedido el estatus de refugiado y unos 25.000 gozan de algún tipo de protección humanitaria.
Las plazas de acogida suprimidas en los últimos seis meses las elecciones generales fueron en marzo- son casi 26.000 y los inmigrantes expulsados ascienden a 5.600. Qué harán todos estos inmigrados echados a la calle? pregunta un personaje del viñetista sarcástico Ellekappa. Campaña electoral para Salvini, responde el segundo, en referencia al ministro de Interior, protagonista de las nuevas políticas migratorias. Salvini se defiende citando el caso de Alemania desde los micrófonos de la misma Deutsche Welle: El Gobierno alemán infravaloró el problema (migratorio) durante años y una clara reacción ha sido la subida de Alternative für Deutschland, la extrema derecha.