EXPECTACIÓN EN LAS FILAS CONSERVADORAS
Alemania se prepara para la sucesión de Merkel
Los 1.001 delegados de la CDU deberán decidir entre Annegret Kramp-Karrenbauer, Friedrich Merz y Jens Spahn
Un accidentado viaje a Buenos Aires para acudir a una nueva cumbre del G-20 y otro vuelo transoceánico para atender el funeral del expresidente estadounidense George H.W. Bush. La última semana de Angela Merkel como indiscutible líder del conservadurismo alemán no ha podido ser más ajetreada. Mientras tanto, Alemania se prepara para una sucesión llena de interrogantes.
Tras 18 años al frente del partido, este viernes la era merkeliana empieza a despedirse con la elección de una nueva presidencia para la hegemónica Unión Demócrata Cristiana (CDU). Reunidos en el congreso federal de Hamburgo, los 1.001 delegados llegados de asociaciones regionales de toda Alemania deberán elegir un relevo para Merkel, una decisión trascendental que marcará el futuro del país.
El futuro del movimiento conservador alemán pasa por tres candidatos. En los últimos 15 días Annegret Kramp-Karrenbauer, Friedrich Merz y Jens Spahn han viajado por todo el país y han debatido en ocho conferencias regionales para mostrar sus posiciones y darse a conocer entre votantes, organizaciones sindicales y el ala juvenil del partido. Desde 1973 la CDU ha tenido tan solo tres líderes. Este viernes se elegirá al cuarto.
LA FAVORITA DE LAS BASES
Asediada por un auge ultraderechista que se ha traducido en batacazos electorales y una mayor presión interna, el pasado 29 de octubre Merkel anunció que era momento de dejar paso a una reforma de la mano de su heredera. En femenino, ya que es Kramp-Karrenbauer quien, entre las bases, parece ser la favorita para liderar la CDU. Más moderada que sus rivales, la delfín política de Merkel fue abrumadoramente elegida en febrero como secretaria general del partido. Aunque le da su apoyo, la cancillera ha evitado entrar en campaña.
Según los últimos sondeos, un 48% de las bases conservadoras que no participarán en esta votación apoyan a AKK, como se la conoce. La expresidenta del Estado del Sarre, reconocida por un estilo sosegado y pragmático como el de la cancillera, se ha visto influenciada por la dureza del debate migratorio. Su cercanía personal y de estilo político con Merkel es a la vez su mejor baza y su punto flaco. Consciente de eso, ha endurecido su tono, pidiendo acelerar las deportaciones y prohibir de por vida la entrada en Europa de solicitantes de asilo condenados por crímenes graves.
BALANZA EQUILIBRADA
Si alguien puede disputarle la sucesión a Kramp-Karrenbauer ese es Merz, antiguo líder parlamentario de la CDU, rival político de Merkel y visto como una oportunidad de renovación. Tras años alejado de la política, el regreso de este europeísta convencido ha venido de la mano de un tono más duro contra la inmigración, incluso llevándolo a cuestionar el derecho básico al asilo, reconocido en la Constitución alemana, para recuperar el votante perdido a favor de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). Apoyado por la prensa más conservadora y por el exministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, este millonario cuenta con el 35% de los apoyos y podría dar la campanada.
Quien ya queda prácticamente descartado es Spahn, ministro de Sanidad, que tan solo llega al 2%. En una segunda vuelta de las votaciones Merz podría cautivar a sus electores, más cercanos a la derecha que al rumbo centrista seguido por Merkel. Una victoria podría debilitar el Gobierno y precipitar elecciones anticipadas para el año que viene. Una derrota, según detallan miembros de la CDU al Der Spiegel, podría abrir la puerta a que sectores afines a esos dos candidatos abandonen el barco.
Sin embargo, estas encuestas se basan en la opinión de los simpatizantes de la CDU, no de los delegados. En sus manos estará este viernes decidir quien ocupa el lugar de Merkel y trazar los futuros pasos del movimiento democristiano alemán. La balanza está equilibrada. Controlar el mayor partido de Alemania es la llave que abre las puertas de la cancillería.