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GUERRA EN SIRIA

Rusia toma posiciones en el norte de Siria y exige a Turquía que detenga su ofensiva

Fuerzas de Moscú se interponen entre las tropas turcas y las gubernamentales, mientras el Kremlin advierte a Erdogan

Fuerzas sirias llegan a la ciudad de Tal Tamr.-

Publicado por
MARC MARGINEDAS
Soria

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Con la confianza propia de quien se ha convertido ya en el amo y señor del lugar, el Kremlin ha lanzado este martes una dura advertencia al presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, previniéndole de que no tolerará que se produzcan enfrentamientos armados entre el Ejército del régimen de Asad, su aliado, y las fuerzas otomanas. Paralelamente, tropas rusas presentes en Siria se han ido instalando durante la jornada en bases que hasta fecha muy reciente ocupaba el contingente de EEUU, unas imágenes cargadas de simbolismo que reflejan la pérdida total de influencia de Washington en un país sumido donde entraban en colisión múltiples potencias regionales y mundiales.

"No solo creo que los enfrentamientos turco-sirios no son del interés de nadie, sino que serían inaceptables; es por esta razón que no permitiremos que las cosas lleguen a este punto", ha declarado Aleksándr Lavrentiev, enviado del presidente ruso para Siria, en declaraciones recogidas por TASS desde los Emiratos Árabes Unidos, donde Vladímir Putin se hallaba de visita. Además, Lavrentiev ha prevenido a Ankara de que bajo ningún concepto permitirá que la presencia militar turca en Siria se prolongue en el tiempo y que, más pronto que tarde, las fuerzas del régimen sirio deberán retomar el control de toda la frontera norte de Siria. "Siempre hemos instado a Turquía a contenerse y que la operación era inaceptable; la seguridad de la frontera norte debe ser garantizada por el despliegue de tropas gubernamentales sirias en toda su longitud", ha reseñado.

DESBANDADA, PRECIPITACIÓN Y DERROTA

Según ha informado el Ministerio de Defensa en un comunicado, soldados rusos ya ejercen de fuerza de interposición entre ambos ejércitos en algunos posibles puntos de fricción, como por ejemplo en la localidad de Manbij, a unos 15 kilómetros de la frontera. "La policía militar patrulla a lo largo de la línea de contacto entre la República Siria Árabe y Turquía", reza el texto gubernamental. Los mandos militares rusos, continúa la nota, "están interactuando" con los turcos.

Tras el pacto entre las milicias kurdas y el régimen de Bashar el Asad bajo los auspicios de Moscú, la jornada estuvo repleta de imágenes que reflejan una agria sensación de desbandada, precipitación e incluso hasta derrota entre el contingente estadounidense que había entrenado a las milicias prokurdas, sus aliados hasta hace unos días en la lucha contra Estado Islámico. En un artículo exclusivo publicado por la revista Newsweek, una fuente de alto grado en el Pentágono que prefiere no revelar su nombre explica cómo dio el relevo a los rusos en la instalación que estos regentaban en Manjib.

"Ya que llevábamos en la zona más tiempo, hemos ayudado rápidamente a las tropas rusas a conocer los lugares que hasta ahora eran inseguras", ha relatado. "Ha sido esencialmente una entrega; algo rápido, no concienzudo; se trataba de irnos con la mayor parte posible de nuestras cosas, al tiempo que de destruir el equipamiento sensible que no puede ser trasladado", ha continuado el responsable militar.

La operación militar turca y el cambio en el juego de alianzas que esta ha provocado está eclipsando el drama humano en el norte de Siria. Según la ONU, un total de 170.000 personas, entre ellos 70.000 menores de edad, se han visto obligadas a abandonar sus hogares debido a los combates. Las autoridades kurdas han elevado dicha cifra a 275.000 desplazados, que se vienen a añadir a los 11 millones de personas que se han visto desprovistas de hogar desde el inicio de la contienda en Siria.