CRISIS SOCIAL
Santiago de Chile, lienzo de la indignación
Los manifestantes compiten en creatividad para expresar su malestar con el Gobierno de Piñera
La calle es el escenario de su ira, los muros de Santiago son el lienzo de su sus reivindicaciones. En Chile, entre grafitis y plantillas, la capital lleva la impronta de la protesta, los manifestantes compiten en creatividad para expresar con palabras e imágenes su malestar con el Gobierno de Sebastián Piñera.
Ninguno de los ocho kilómetros de Alameda se ha salvado. A lo largo de la avenida principal de Santiago que conduce a la plaza Italia, el centro neurálgico de todas las manifestaciones desde el 19 de octubre, los edificios están marcados.
"Asesinan, violan, torturan", "Chile en estado de rebelión", "Barricadas y besos", "Grita por aquellos a quienes el Gobierno ha amordazado", "Beben la sangre del pueblo"... El pueblo chileno ha enfatizado su denuncia de la crisis social sin precedentes que está sacudiendo al país.
Las aceras, las fachadas, el pavimento, incluso en los barrios residenciales, todo está marcado, todo se ha vuelto político en menos de un mes.
"¡NUEVA CONSTITUCIÓN!"
Con lemas y grafitis, los chilenos están rehaciendo el mundo y su país. "La normalidad es nuestra esclavitud", "Apaga la tele", "Que tiemble la injusticia cuando luchan aquellos que no tienen nada que perder", "Ir hasta la victoria o vencer". Y reclaman una "¡Nueva Constitución!".
Demostrando una gran inventiva, los manifestantes utilizan figuras literarias como el quiasma ("La democracia de los ricos, la dictadura de los pobres", "Sin miedo, el pueblo vencerá. Sin transigir, el pueblo vencerá"), la anáfora ("Si la revolución es necesaria, la revolución es posible"), la antítesis ("Balas contra los gritos"), el oxímoron ("Stop a la explotación de la tierra. Liberad el agua"), etc.
Objetivo favorito de los opositores, el presidente Sebastián Piñera está representado en un cartel, sentado sobre una bomba con temporizador, con la leyenda: "Se acaba tu tiempo, viene el estallido".
"Militares, asesinos", "Club social anti-Pacos", "Nos están matando". Además del presidente, las fuerzas del orden también se encuentran entre los objetivos más frecuentes, al tiempo que circulan numerosas acusaciones de violencia policial cuando, por primera vez desde el final de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990), miles de soldados patrullan las calles.
OBJETIVOS DE LAS PINTADAS
Algunos lugares están más cubiertos que otros de pintadas, como edificios institucionales, ministerios, administraciones, agencias bancarias, universidades con tasas exorbitantes o incluso farmacias, acusadas de tener un acuerdo sobre los precios de los medicamentos.
Entre los eslóganes más recurrentes, "No + AFPs", en referencia a los administradores de fondos de pensiones, organizaciones financieras privadas responsables de hacer fructificar los ahorros de los trabajadores para garantizar una pensión financiada, fuertemente criticadas.
En la puerta de una iglesia, "Violadores" (el país fue sacudido por una serie de escándalos de pedofilia en la Iglesia Católica, a raíz de la controvertida visita del Papa Francisco en el 2018), "aborto libre" ( hasta el 2017 Chile no acabó con casi 30 años de prohibición total del aborto).
CAMUFLAJE
"No estamos en guerra", responden algunos al presidente Piñera, quien dijo lo contrario dos días después de que comenzaron los disturbios.
En las paredes de la muy tradicional Universidad Católica, una pintura en colores más vivos que la parte superior del edificio revela un camuflaje reciente, y no es raro ver a los comerciantes o residentes por la mañana, un bote de pintura en la mano, tratando de tapar las inscripciones.
Un edificio permanece libre de inscripciones: bajo vigilancia, el palacio presidencial de La Moneda, frente al cual pasan miles de manifestantes todos los días, muestra una blancura inquietante y brillante.