SEÍSMO EN EL SURESTE TURCO
Los equipos de rescate turcos: "Gritad todos, que os podamos oír"
El terremoto en el sureste de Turquía ha dejado 22 muertos, pero podrían ser más porque las tareas de salvamento aún continúan
"¡Azize, escúchame! Azize, ¿oyes a los demás? ¿Sabes cuántos sois? Azize, tranquila. No respires por la boca; respira por la nariz. Diles a todos los que estáis ahí abajo que hagan lo mismo. Gritad, que os podamos oír. Diles que todo el mundo hable, que nadie calle", decía, por teléfono y ante las cámaras de toda Turquía, una miembro de los equipos de rescate.
Ha sido un momento especial y casi histórico en la televisión nacional turca: las mujeres, en algunos momentos, hablaban en kurdo, algo nada común en las televisiones del país. "Azize, estamos aquí arriba. Voy a colgar. Debes guardar la batería del móvil. Vamos a por vosotros, ¿de acuerdo, querida?".
Toda Turquía estaba en vilo mirando cómo los equipos de rescate sacaban, uno a uno, tras muchas horas de trabajo, a 43 personas con vida de debajo de los escombros de varios edificios colapsados como consecuencia del terremoto de este viernes por la noche, de 6,8 en la escala de Richter.
El seísmo, de momento, ha provocado la muerte de 22 personas, cuyo fallecimiento ha sido confirmado, pero podrían ser más, porque bajo los escombros, según el Gobierno turco, hay aún una veintena de personas atrapadas; y las tareas de salvamento funcionan contra reloj, ya que las temperaturas en las provincias afectadas -Elazig y Malatya- llegan hasta los 10 grados bajo cero por la noche.
Críticas al Gobierno
"Estamos haciendo todo lo que podemos como país y como nación, y continuaremos. Nuestros esfuerzos para rescatar a más personas con vida siguen", ha dicho el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, este sábado en Elazig, donde ha acudido al funeral de uno de los muertos.
Su Gobierno ha sido muy criticado por la oposición: Turquía tiene un impuesto especialmente destinado a recaudar dinero para acondicionar el país cara a una catástrofe sísmica. Y aún así, es evidente, el país anatolio no está para nada preparado. El gran último terremoto que sacudió Turquía fue en 1999: entonces, en la región de Mármara -muy cerca de Estambul-, murieron 17.000 personas en un sismo de 7,6 puntos.