Heraldo-Diario de Soria

MUSEO DE PEÑAFIEL (VALLADOLID)

La fortaleza del vino

Ribera del Duero celebra veinte años de este espacio dedicado a la cultura vinícola. El proyecto ha servido para consolidar el enoturismo de la comarca

Museo Provincial del vino (Peñafiel, Valladolid) --

Museo Provincial del vino (Peñafiel, Valladolid) --

Publicado por
HENAR MARTÍN
Soria

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Desde el siglo IX, momento en que comenzaron a levantarse sus muros, el Castillo de Peñafiel lleva vigilando desde lo alto de un risco las fértiles vegas que rodean este enclave con fama mundial de ser la cuna de la Ribera del Duero. El lugar fue reconquistado en 1013 a los musulmanes, momento en el que el conde Sancho García pronuncia la célebre frase: desde hoy en adelante esta será la peña más fiel de Castilla.

Desde entonces, la fortaleza se alza elegante vislumbrando los tres valles que lo rodean: el Duratón, el Duero y el Botijas. El Castillo de Peñafiel fue además conocido como ‘la Nao de Castilla’ por la forma de navío con que fue construida. Estos días está de aniversario. Celebra veinte años como sede del Museo Provincial del Vino. Desde que en 1999 se pusiera en marcha por parte de la Diputación de Valladolid, ha cambiado mucho la forma de entender la cultura del vino. Porque más allá de ser una bebida procedente de viñas centenarias, se ha convertido en todo un recurso turístico de primer orden.

«El Museo del Vino fue una inicitiva puesta en marcha para promover las denominaciones de origen de la zona; somos la provincia de España con más Denominaciones de Origen (hay contabilizadas cinco: Rueda, Cigales, Toro, Tierra de León y Ribera del Duero) y aquí, en Valladolid, la cultura del vino es muy importante», comenta Víctor Fernández, director del museo peñafielense que se prepara para festejar las dos décadas de historia. Aunque fue el 4 de diciembre de 1999 cuando abrió sus puertas, la localidad ribereña celebra este fin de semana un programa cargado de conciertos de música junto a otras actividades que servirán de pistoletazo de salida a una serie de actos que tendrán lugar a lo largo del año.

En realidad, más que el Museo en sí, lo que se festeja es el nacimiento como fenómeno de enoturismo que ha servido para posicionar a la conocida como ‘milla de oro de la Ribera del Duero’, en catálogos de turoperadores internacionales. En los poco más de quince kilómetros de extensión que van desde Pefafiel hasta Tudela de Duero se asientan bodegas de fama mundial con Vega Sicilia como ‘buque insignia’.

«Hace apenas unos años no había ningún hotel, tan sólo algún hostal, ni tampoco las bodegas abrían sus puertas al público tan fácilmente. Ha sido increíble lo vivido en estos años; hay 6 hoteles de categoría superior en la comarca, además de los numerosos restaurantes que han abierto y de las alternativas de ocio que ofrecen bodegueros. Pero lo que más se ha desarrollado ha sido el turismo rural, hay más de 40 casas rurales», comenta Fernández.

El Museo del Vino fue «un antes y un después» como su propio director asegura; el embrión de un proyecto que ha ido contagiando a todo un territiorio. De planta alargada, su aspecto actual lo debemos a Don Pedro Tléllez Girón, Maestre de la Orden de Calatrava, que lo levantó en el siglo XV sobre las ruinas del anterior siguiendo el modelo de castillo llamado escuela de Valladolid. En 1917 fue declarado Monumento Histórico Nacional. La zona sur de este fortín lo ocupa el Museo del Vino que con el tiempo se ha convertido en seña de identidad de la comarca y en baluarte de la difusión del rico legado de la viticultura vallisoletana.

En nuestra visita podemos conocer las dependencias del castillo en una ruta guiada, o bien darnos un paseo por las dos plantas que ocupa elMuseo. La primera de ellas sirve de aula didáctica que explica el origen de la vid, el papel del suelo y el clima, los tipos de caldos, los oficios como botero o tonelero, la prensa del vino o los útiles de medida.

En la segunda hace un repaso histórico de la presencia que esta bebida tuvo en épocas pasadas, desde la Edad Media hasta Egipto, Grecia o el Imperio Romano. También hace referencia al fenómeno de la filoxera, una terrible plaga de finales del siglo XIX. Junto a ello, en el salón de actos de la planta sótano se realizan durante todo el año todo tipo de actividades que abarca desde catas, conciertos, teatro o actos musicales. La zona de exposiciones temporales no cesa su actividad.

En la actualidad este espacio acoge una muestra de la trayectoria musical de David Bowie pero dentro de poco se prepara para albergar una muestra de viñetas relacionadas con el vino del dibujante Nieto. Durante el año pasado recibió en torno a 100.000 visitas de las cuales, el 40% procedían de fuera de España «El turismo extranjero está aumentando, vienen grupos de americanos, mexicanos, son grupos de alto nivel adquisitivo. Muchos de ellos acuden al Hotel de Abadía de Retuerta, quieren un producto de calidad y exclusivo», señala Víctor Fernández en alusión a este coqueta abadía del siglo XII que en su refectorio acoge la cocina de Marc Segarra, con estrella Michelin. La elegancia y la exclusividad se ha apoderado en el tiempo de esta comarca donde es difícil elegir donde comer y alojarse ante la amplia y variada oferta de calidad.

Desde el Hotel Castilla Termal, ubicado en el mismísimo monasterio cisterciense de Valbuena de Duero, una joya que acoge en su interior la sede la Fuindación de las Edades del Hombre, pasando por Pago de Carraovejas, el Hotel Arzuaga cuya cocina ‘El Taller’ está gestionada por otro afamado estrella Michelin, Víctor Gutiérrez, sin olvidarse del proyecto enoturístico Emina, Protos o, siguiendo la nacional 122 en dirección hacia Castrillo de Duero, no debemos olvidarno de otra apuesta de la cocina castellana con versión actualizadaque ofrece Alberto Soto en la bodega Cepa 21.Y es que las propuestas que ofrece este entorno son múltiples y apasionantes.

OFERTA TURÍSTICA DE CALIDAD

Peñafiel y su comarca atesoran numerosas alternativas turísticas que no defraudan al visitante. Darse un paseo por su Plaza del Coso, con sus tradicionales balcones de madera, conocer el Museo de Arte Sacro; también podemos descubrir su gastronomía con el lechazo como bandera, realizar una visita a una de las más de 50 bodegas que se asientan en la zona, recorrer caminos como el sendero que sigue el cauce del río Duero en la localidad de Valbuena de Duero o hacer una escapada a otro castillo cercano como el de la Mota o el de Coca. Son algunos de los planes que nos esperan pues no debemos olvidar que estamos en tierras castellanas donde lo medieval se funde con la autenticidad de un buen vino y el sabor de sus viandas.

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