CONVENTO OREJA
Los de Langayo, dieciocho años después
Los de Langayo ya han logrado alcanzar el lugar que soñaron cuando decidieron invertir en el mundo del vino. Aunque lo tuviesen que hacer a unos cuantos kilómetros de su pueblo y de las ruinas del viejo convento templario que conocieron en su niñez y que hoy forma parte de la imagen corporativa de su bodega, sus etiquetas y sus vinos. Detrás de Convento Oreja siguen estando los nombres que creyeron en el proyecto. Los hermanos Vaquero Peña –Antonio, José Miguel, Soledad y Carlos- y Jesús Ángel Martín, también unido por lazos familiares a la bodega. El responsable de la gestión, administración y gerencia es José Miguel. En cuanto a la viticultura, se encarga de ella Jesús Ángel. Y, en general, todos en uno u otro sentido arriman el hombro para defender un proyecto empresarial que a principios de los 2000 empezó con 10.000 botellas y que hoy supera las 180.000. Durante todos estos años, Convento Oreja ha sido fiel a un diseño enológico que ya tiene su nicho en los mercados del vino de calidad. Unos vinos que responden a la materia prima, fundamentalmente la variedad tempranillo, con más de 25 años de media y que procede de las 20 hectáreas de viñedo propias repartidas en diferentes parcelas de los términos municipales de Mélida, Peñafiel, Pesquera de Duero y Padilla de Duero.
Otro logro conseguido por esta bodega situada en el Valle del Botijas, a apenas unos minutos del imponente castillo de Peñafiel, es haber destacado como una marca sólida ligada a la Denominación de Origen Ribera del Duero. Su vino es un Ribera que lleva el espíritu de Langayo y que ya ha logrado que el viejo Convento de Santa María de Oreja del pueblo de estos bodegueros sea conocido en medio mundo.
La enóloga Silvia González asegura que los vinos Convento Oreja Roble, Crianza y Memoria Reserva, las tres referencias de la bodega, se ajustan a una personalidad propia. Un buen criterio en las prácticas culturales en la vid, controlando el ciclo vegetativo, así como los distintos laboreos en la viña, permite la obtención de vinos de gran calidad sobre la base de uvas sanas y en óptimos momentos de maduración.
Esto, unido a una buena política de crianza, a la elección de maderas de roble y a los tiempos adecuados en el envejecimiento, ha permitido que los Convento Oreja destaquen en el mercado de los vinos de calidad. La bodega destina el 45% de su producción al mercado exterior.
La ubicación de Convento Oreja en el Valle del Botijas, uno de los entornos más bellos de la Ribera del Duero vallisoletana, ha permitido afianzar mucho más las posibilidades del enoturismo, una parcela cada vez más creciente y que permite a turistas, aficionados, profesionales y compradores conocer de primera mano los vinos que nacieron del sueño de los de Langayo.
La bodega Convento Oreja se encuadra entre ese segmento de iniciativas que han surgido en los últimos 20 años y se ciñe a un tipo de proyecto con un claro perfil vinculado al territorio. De nuevo, descendientes de viticultores del Duero, ajenos a la actividad vitivinícola, pero vinculados a la empresa, deciden apostar por los vinos de calidad. Y con ese criterio acometen las plantaciones de viñedo y la construcción de la bodega, dotándola de toda la tecnología necesaria. Teniendo en cuenta que la tinta del país, o tempranillo, en la Ribera del Duero es una aliada inseparable del roble, Convento Oreja ha llevado a cabo con un criterio acertado unas políticas de envejecimiento y crianza en barricas de roble francés y americano, eligiendo, no solo procedencia, sino también edad del roble. Algo que, más adelante, se traduce en las cualidades sensoriales de sus vinos tintos.
DIRECCIÓN: C/ de La Fuente, S/N. Peñafiel (Valladolid).
TELÉFONO: 685 990 596.