Las ciegas que se comen como pipas
Esta repostería familiar lleva más de 40 años elaborando bollería con materia prima natural de calidad y sin grasas hidrogenadas. Su especialidad, las ciegas
Dicen los expertos que las rosquillas ciegas cuentan con más de 200 años de historia. Este dulce típico que se elabora en la provincia de Valladolid y Segovia, debe su nombre a su forma, ya que carece del agujero que comúnmente tiene una rosquilla. Se trata de una pasta elaborada con mimo y paciencia a base de yema de huevo, aceite, vino, aguardiente y anís. Una receta ha sido transmitida de padres a hijos hasta nuestros días. En Carbonero el Mayor, un pueblo segoviano unos 2.500 habitantes, podemos encontrar esta delicia en la Panadería Los Mellizos. Aunque el obrador lleva abierto desde 1978, la familia que lo regenta lleva vinculada a la tradición panadera desde hace tres generaciones. «Mis padres eran panaderos, al igual que mis abuelos y mis bisabuelos. Es un orgullo haberlo mantenido hasta ahora. Siempre hemos tenido panadería. Mis padres regentaban en el pueblo el obrador y el restaurante. Somos 5 hermanos y a lo largo de muchos años hemos trabajado juntos en ambos negocios», comenta Raquel Rubio, la pequeña de la familia que en la actualidad dirige el horno junto a su hermano Faustino.
El nombre de Los Mellizos es popular en esta localidad segoviana. «Tengo dos hermanos mellizos. Uno se quedó en la panadería y el otro en el restaurante».
La oferta de productos que elaboran a diario es amplio. Sin embargo, si algún dulce estrella ese es, sin lugar a dudas las ciegas. Y es que, aunque su apariencia sea similar a las típicas, su masa es más fina. «Las que se comercializan no tiene nada que ver, solo la forma de decorarla. La nuestra lleva una pasta muy finita, es lo que la distingue principalmente. Somos los únicos que las hacemos así». Se trata de una receta heredada de su madre Casiana, que a su vez la aprendió en la cocina de su abuela Patricia. Una receta casera que han mantenido como un legado familiar, al igual que las magdalenas, los bolllos de coco o los florones. En su elaboración emplean materias primas de calidad procedentes de proveedores locales de la provincia. «Sólo así conseguimos que nuestros productos sean sabrosos y saludables como los de siempre», comenta. Los ingredientes que emplean son en su mayoría de ‘kilómetro cero’, es decir, de proveedores locales. «Casi todo lo procuro comprar lo más cerca posible, traigo ingredientes de Cuéllar, de Segovia, la leche que utilizo es de Carbonero y la harina también. También tengo proveedores de Arévalo y de Palencia». Por su parte los distribuidores son de Valladolid.
El equipo humano lo forman, además de los dos hermanos, la cuñada de Raquel y dos personas que se han incorporación en el último año, una de ellas a media jornada, y la otra que está completando su formación con prácticas laborales. Por el momento Raquel tiene en mente estar al frente del negocio todos lo que pueda hasta que llegue su jubilación. La idea del relevo generacional parece que no está en la cabeza de sus hijos que, aunque están implicados en las tareas diarias no se ven con el peso y responsabilidad que requiere un negocio de estas características.
Producto sin grasas
Una de las señas de identidad de esta casa es la elaboración de productos lo más natural posible, libre de grasas saturadas. «Los ingredientes que empleamos no lleva conservantes de ningún tipo.
La grasa es grasa animal, de manteca de cerdo, las ciegas llevan aceite de oliva». En su establecimiento han colgado el cartel ‘libre de grasas hidrogenadas’, perjudiciales para la salud, por tener la propiedad de elevar el colesterol llamado «malo» (LDL) y rebajar el «bueno» (HDL), además de otros efectos nocivos en la salud de los niños.
La gama de productos ha ido ampliándose a lo largo de estos años. «Además de las pastas tradicionales típicas, hemos empezado con otras más modernas como las pastas de té y la pastelería. Realizamos ponche segoviano, roscones en navidad», comenta.
Además de la venta al público, el obrador suministraba sus productos antes de la pandemia a varios restaurantes de la zona y a un hotel de Segovia capital a quien le proveía de pastas en ocasiones puntuales.
El negocio está en plena fase de lanzamiento de su tienda online, una plataforma donde esperan poder ofrecer sus 18 referencias. «Entre los retos de futuro que nos marcamos está el de ganar un poco más de mercado. Estamos tramitando las marcas de Artesanos de Segovia y Tierra de Sabor con la misma idea de ir abriendo las lineas de comercialización», comenta.