Heraldo-Diario de Soria

El botellín del oro negro

Esta microcervecería elabora tres variedades de cerveza con los productos del entorno como materia prima. Con ella recuerda el pasado dorado de la zona    

José Antonio Fernández García en las instalaciones. / LA POSADA

José Antonio Fernández García en las instalaciones. / LA POSADA

Publicado por
HENAR MARTÍN PUENTES
Soria

Creado:

Actualizado:

En la comarca de El Bierzo todavía resuenan los ecos que se vivieron en la comarca durante el negocio del wolframio. El preciado metal que fue descubierto durante los años cuarenta en la Peña del Seo sacó durante décadas a más de uno del hambre y las penurias, pues en tiempos de contienda era empleado como material armamentístico para  fortalecer el acero de tanques y proyectiles. «Mi abuelo decía que con tan sólo una piedra de wolframio ya se podía comprar una vaca», rememora José Antonio Fernández García, vecino de estas tierras hoy despobladas pero que mantienen la huella de ese pasado minero que vivieron con el denominado ‘oro negro’. Hace 6 años decidió poner en marcha una microcervecería que recordara los tiempos gloriosos en los que se vendía a los alemanes ese codiciado material y que enriqueció los bolsillos a más de un berciano.

«En un principio mi idea era aprovechar las ruinas donde se ubican las antiguas minas en el pueblo de Cadafresnas (Corullón) para intentar dar un vuelvo turístico poniendo en marca una casa rural y visitas guiadas a las minas pero por logística lo hemos dejado Camponaraya», comenta. 

Su idea era apostar como filosofía de vida por lo local, poniendo en valor las materias primas del entorno. «Wólfram forma parte de una revolución contra los productos fabricados en masa, algo que se está incrementando en la industria alimentaria en los últimos tiempos. Los consumidores cada vez son más conscientes de que algunos productos contienen aditivos químicos para darles sabor y apariencia que las grandes empresas consideran que la media de los consumidores quiere consumir».

Su microcervecería se asienta en un local situado en la zona popular de bares, Calle Médulas, 31. Un espacio en el que, al igual que en los pubs irlandeses, puedes contemplar la fábrica a través de unas cristaleras mientras tomas algo. Allí elaboran cerveza artesana mediante métodos tradicionales, tomando como base ingredientes naturales: agua, malta de cebada, lúpulo y levadura. Una de las claves de su calidad es el uso del agua del manantial de Cadafresnas para macerarlas.  «Recogemos y utilizamos los sabores que nos brinda la naturaleza, sin  usar  aditivos que no sean naturales, brezo, miel, lúpulo…».  Los lúpulos proceden en su mayoría de León excepto los aromáticos que se nutren del mercado extranjero al no contar con ellos en el nacional. 

Comenzaron elaborando 500 litros de cerveza al mes y en poco tiempo esa cifra fue aumentando poco a poco hasta llegar a los 2.000 litros antes de la pandemia. «Estábamos muy satisfechos con la evolución que estaba teniendo, vendíamos en las propias instalaciones el 90% de nuestro producto  de jueves a domingos mientras que el 10% restante iba a parar a tiendas gourmet de la comarca como Palacio de Canedo; la acogida era buena», sostiene.

La crisis sanitaria y el cierre de los negocios de hostelería ha repercutido indudablemente en el negocio que en la actualidad se mantiene a través de las ventas online, además de algún supermercado y clientes particulares. 

Tres variedades

Cuentan con tres variedades de cerveza: negra, rubia y tostada. La Cerveza Wólfram Negra simboliza el fin de una época dorada que en la de Cadafresnas supuso la explotación de wolframio en la Peña del Seo. Está realizada con maltas de primera calidad, lúpulo y levadura. Pertenece al tipo Porter, de alta fermentación con un aspecto de cerveza ligera, tostada, o negra. 

Por su parte la Cerveza Wólfram Rubia simboliza el comienzo de la época dorada que en la de Cadafresnas supuso en los años 40 el comienzo de la explotación de wolframio en la Peña del Seo.

Esta variedad rubia, realizada con maltas de primera calidad, lúpulo y levadura, pertenece al tipo Pilsen, de alta fermentación con un aspecto de cerveza clara, ligera y refrescante.

Por último, la Cerveza Wólfram Tostada simboliza la época de máximo esplendor de la explotación de wolframio en la Peña del Seo.

Esta variedad está realizada con maltas de primera calidad, lúpulo y levadura. Pertenece al tipo IPA. Su sabor pone de relieve los resultados complejos y variados que se pueden lograr a través de lúpulo y otros ingredientes en la cerveza. 

Junto a ello realizan una receta de cerveza artesana con harina de castaña para la empresa Ribada.

El fruto seco le da un toque dulce, y además un  color más tostado. En su elaboración, que suele tener una duración de entre 20 y 25 días, se utilizan castañas secas que se añaden a la fermentación de lúpulo y cebada malteada. Tras unos día en el tanque de acero inoxidable se embotella, donde continúa el proceso de fermentación.

tracking