LA POSADA
Los mejores chapuzones contra el calor en Soria y Castilla y León
La Comunidad cuenta con más de 40 áreas de baño que se analizan de forma anual combinando el turismo ‘costero’ de sol y playa con patrimonio o naturaleza
El turismo de sol y playa parece contrapuesto al patrimonial, gastronómico o cultural, pero Castilla y León y Soria están empeñadas en demostrar lo contrario. Las numerosas zonas de baño autorizadas en la Comunidad –hay muchas más tradicionales en pozas o ríos– garantizan un control sanitario, disfrutar de la naturaleza y tener a mano todos los servicios tanto a vecinos como a visitantes. Un refrescante chapuzón.
Y es que la meteorología cada vez invita más a refrescarse sin necesidad de recorrer grandes distancias. La reciente ola de calor de mayo, con récords de temperatura incluidos, pilló a la gran mayoría de las piscinas cerradas pero a las zonas de baño naturales abiertas de par en par.
La Consejería de Sanidad analiza todos los años 43 enclaves de Castilla y León para determinar la calidad y salubridad de las aguas y puntuarlos. El año pasado superaron en corte 32 y hasta 19 de ellos lograron una calificación de ‘excelente’. En resumidas cuentas, serían zonas de ‘bandera verde’ al menos en el plano de idoneidad para meterse dentro.
Apetece, vaya que si apetece. Hasta siete provincias de Castilla y León superan, por ejemplo, las horas de sol de Valencia, el paradigma de costa. Se trata de Ávila, Salamanca, Segovia, Soria, Valladolid y Zamora. Los salmantinos superan incluso a Mallorca. El sol está garantizado y las playas y zonas de baño también, en parte gracias a los embalses aunque también los ríos y su libre fluir dejan parajes imperdibles.
Súmese a ello la variedad de paisajes, tantos como en las costas de agua salada, o de servicios. ¿Escuelas y campamentos náuticos en Castilla y León? Los hay. ¿Posibilidad de alquilarse un hidropedal y darse una vuelta entre chapuzón y chapuzón? También. ¿Buenos restaurantes cerca o visitas culturales? No todos los puntos tienen en primera línea, pero sin duda la oferta es enorme.
Por provincias, León es la provincia más ‘costera’ de toda la Comunidad. Cuenta con hasta 15 espacios que anualmente se someten a control para determinar la idoneidad de sus aguas para el baño. El año pasado cuatro suspendieron y 11 aprobaron dentro de unas campañas que se repiten todos los ejercicios y que hacen que las calificaciones varíen.
Aún así, las ‘clásicas’ nunca fallan. El lago de Carucedo ofrece por ejemplo la posibilidad de disfrutar de las Médulas, Patrimonio de la Humanidad, y después refrescarse y tomar el sol, completando ese turismo de sol, playa, cultura y patrimonio que ofrece Castilla y León.
También destaca Vega de Espinareda, cuyo término municipal cuenta con hasta cuatro puntos aptos para el baño, tanto en la propio localidad que da nombre al territorio como en el barrio de San Martín de Moreda. Gracias a ello en apenas unos kilómetros se puede optar por una zona más natural o por una cuidada ribera fluvial preparada para estirar la toalla o el mantel con la merienda.
Cimanes del Tejar o Llamas de la Ribera son otros municipios donde no sólo se puede disfrutar del verano de la forma más natural, sino que además hay donde elegir espacio. Resulta que una de las provincias más conocidas de España por sus montañas también lo puede ser por sus playas.
Por cantidad de espacios analizados le sigue Zamora, con 12 áreas que reciben anualmente la visita de los técnicos para medir su estado y dar el visto bueno a los chapuzones. El año pasado recibió hasta siete ‘excelentes’ y tres ‘buenas’, prueba más que sobrada de que la provincia puede presumir de ir más allá del turismo de interior. Y es que el lago de Sanabria es casi un ‘mini Mediterráneo’ dulce con hasta cuatro playas en las mejores puntuaciones posibles.
Playa Grande, Playa Chica. Playa Los Enanos o Playa Folgoso son nombres bien conocidos por los zamoranos, pero también para muchos visitantes que van en busca de avifauna y naturaleza y acaban disfrutando en bañador.
De hecho, los servicios de aparcamiento, chiringuitos, las distintas finuras de arena, las mejoras de accesibilidad en Playa Grande o simplemente el ambiente evocan a provincias costeras. Incluso un catamarán eléctrico, el Helios Cousteau, permite disfrutar de un pequeño crucero pero también ahondar en el conocimiento científico de este enclave glaciar único en toda España.
Camarzana de Tera o Villardeciervos son también habituales entre las zonas de baños con los mejores datos para refrescarse, pero tampoco faltan alternativas en Burganes de Valverde, Muelas de Pan, Santa Cristina de la Polvorosa y, si la cosa mejora, la propia capital.
Y de la ‘salida’ del Duero, al nacimiento. Soria también cuenta con cinco playas de agua por lo general fresca, eso sí, pero todavía ‘virgen’ y brotada de la tierra y la nieve a escasos kilómetros. Pero el calor hace que lo que en otros momentos pudiese ser una desventaja, en los próximos meses sea un alivio. La Playa Pita, Herreros, o Peña Gamella son nombres de sobra conocidos para los sorianos y visitantes.
Restaurante, amplias zonas de aparcamiento, alquiler de hidropedales... Son playas con todas las letras y en 2021 recibieron calificaciones de excelencia. Aún más, Playa Pita pronto recibirá su propia depuradora para mejorar aún más la calidad de las aguas. Más allá del embalse de la Cuerda del Pozo, San Esteban de Gormaz, el extremo este de la Ribera del Duero, también tiene su zona de baño con preciosas joyas del románico y el vino a un corto paseo de la toalla. Casi nada.
Valladolid y Ávila cuentan en cada caso con tres zonas susceptibles de convertirse en espacios de sol y playa, pero parten de situaciones bien distintas. En la provincia vallisoletana ni la playa de las Moreras de la capital ni las de Quintanilla de Arriba o de Onésimo lograron buenos datos el año pasado, y habrá que confiar en que este mejore la cosa para poder mojarse con garantías. Sin embargo en Ávila la trayectoria hace prever que, un año más, habrá dónde chapotear.
Quizás la zona más llamativa es la Garganta del Monte de los Caballeros, a más de 1.200 metros de altitud. No, no es la opción más adecuada si que quiere arena blanca y enormes explanadas, pero entre sus rocas las pozas y cascadas de un Tormes joven ofrecen aguas cristalinas en un entorno natural irrepetible. Un colofón perfecto para una ruta o excursión. El mismo río en La Horcajada o el arroyo Cimorro en Navalacruz completan la oferta de baño de la provincia.
Burgos y Palencia suman dos espacios para chapotear. En el caso de Burgos, Arija cuenta con estaciones de medición en dos puntos y el año pasado ambos arrojaron datos ‘excelentes’. Más allá de lo invisible, lo visible en el embalse del Ebro conquista. Si el Duero deja parajes cuasi insulares, la otra gran cuenca de Castilla y León no se queda atrás. Las calas de arena banca se extienden tranquilas entre los montes e invitan a extender la toalla, clavar la sombrilla y disfrutar del mínimo rumor de las olas, que el viento en ocasiones eleva apenas unos centímetros.
En Palencia tanto el embalse de Aguilar de Campoo como el de Ruesga, en Cervera de Pisuerga brindan sus aguas al combate de una canícula cada vez más temprana. El patrimonio también acompaña a estas dos zonas, que en el caso de la segunda incluso se ve perfectamente desde el Parador. Toda una invitación a tomarse unos días de sol y playa donde, a priori, los alicientes iban por otros derroteros.
La lista oficial se completa con una zona de baño en Segovia, concretamente en Maderuelo, si bien el año pasado no aprobó. Aún así es una de las áreas más frecuentadas por los vecinos de la zona, si bien teniendo en cuenta el patrimonio de la localidad bien merece la pena visitarlo con calma y combinar sus múltiples atractivos. Salamanca es la única provincia de Castilla y León que no tiene zonas de baño habilitadas durante la temporada de baño, del 15 de junio al 15 de septiembre, pero riberas como la del Tormes también dejan escenas con poco que envidiar a las costas ‘saladas’.
Más allá de lo oficial, rara es la comarca de Castilla y León que no disfruta de una poza, de una piscina natural o de un tramo de río donde la tradición dice que el calor lo es menos. Como siempre, hay que tener cuidado y seguir unas recomendaciones básicas para evitar accidentes, pero lo cierto es que aquí hay costas para elegir.