PLANES
Un paseo por el cielo en el parque de cuerdas del Amogable
El corazón de Pinar Grande alberga una alternativa de ocio y naturaleza con recorridos para todas las edades de la mano de Soriaventura. Un punto de adrenalina en pareja, en familia, con niños...
Visitar un bosque siempre es un placer. Si además está distinguido internacionalmente por su buena gestión, un orgullo. Pero si se hace desde las copas de los árboles en lugar de a ras de suelo se transforma en una experiencia única. Eso es lo que ofrece el Parque de Cuerdas del Amogable, ubicado en el corazón del soriano Pinar Grande.
Y es que salir de copas nunca fue tan sano. La idea partió de la Junta de Castilla y León y la Fundación Patrimonio Natural y ya lleva unos 13 años en marcha, suficientes como para haberse convertido en un destino obligado de turismo activo. Gracias a ello pasarelas, tirolinas, lianas y cuerdas han conseguido dar una nueva perspectiva del bosque, con un toque de emoción pero sin dejar de lado la importancia medioambiental de estos pulmones de Castilla y León.
Pedro García, desde la empresa Soriaventura encargada de la gestión del espacio, explica que en el origen «a través de José Antonio Lucas, el jefe del Servicio Territorial de Medio Ambiente, se vio la posibilidad de hacer un parque de cuerdas en Soria y surgió la idea de hacerlo aquí. Una vez realizado se buscó una adjudicación y fuimos nosotros quienes nos hicimos con ella».
Gracias a ello se han convertido en puerta de entrada al medio ambiente de Soria y de Castilla y León dentro de un parque de cuerdas referencial. «Lo primero que ofrece es el contacto con la naturaleza. Ahora, después del Covid, parece que la gente lo está volviendo a descubrir», explica García. Decenas de miles de hectáreas arboladas entre Soria y Burgos invitan a huir de las aglomeraciones.
También destaca la variedad para que, con distintas edades o capacidades, se pueda encontrar una ruta entre las copas de estos árboles. «Ofrece tres circuitos diferentes. Está el circuito amarillo, que es para niños de cuatro a ocho años; el circuito verde que es para familias o mayores de nueve años siempre acompañados por adultos; y luego el circuito azul, el más complicado, para gente que busca descarga de adrenalina y ejercicio». En definitiva, el parque de cuerdas del Amogable puede cubrir las demandas de cualquiera, e incluso permitir que alguno se anime a llegar donde pensaba que no podría.
Un plan para todos
«Ahora, en esta temporada tenemos numerosos colegios e institutos» que aprovechan para cerrar el curso de forma emocionante, combinando el parque de cuerdas «con tiro con arco, orientación... Hacemos paquetes para colegios y colectivos» que disfrutan así de un emocionante pero seguro fin de curso con el Aula del Bosque del Amogable y su enfoque didáctico a apenas unos metros. «El fin de semana sí que viene más gente particular, familias, grupos de amigos o despedidas de solteros», explican desde Soriaventura. Las entradas se pueden adquirir a través de la página web o llamando a los gestores, de forma que se intenta que la experiencia huya de aglomeraciones, algo a lo que ayudan los recorridos a varios metros del suelo.
¿Cuántos hitos puede recorrer alguien que se anime a subir a los tres recorridos? Incluso García, experto y veterano en estas lides, tiene que echar cuentas. «Pues si hiciese los tres circuitos...». Comienza a multiplicar, por un lado los 16 retos de un circuito por dos árboles cada uno, por otro cerca de 40 más, y los de un tercero para redondear. «Pues cerca de 110 árboles». Un paseo por las nubes con todas las letras, aunque siempre bien sujetos con arneses y protegidos con cascos para tocar suelo con suavidad.
Por el momento la reacción de los usuarios es muy positiva tanto por la iniciativa en sí como por el hecho de que los recorridos se adapten a las capacidades de cada cual. Vaya, que nadie ‘lo pasa mal’ más allá de lo que se atreve. «El 90% de la gente que nos visita es gente que no hace deporte de forma habitual y claro, cuando hace una ruta así, que no le supone muchísimo esfuerzo, que es muy divertida y distinta, la satisfacción del cliente es muy grande». El parque de cuerdas del Amogable le pone ese puntito de emoción a la vida.
Muchos repiten, lo que da una buena idea de cómo cala este paseo por los árboles. «Si llevamos 13 años con el parque, hay gente que todos, todos, todos los veranos» pasan por las instalaciones para subir a las copas y darse el gusto de ver Pinar Grande desde otro ángulo. «Pueden tener casa en Pinares pero son del Bilbao, Zaragoza o Madrid y todos los veranos los tenemos con nosotros. Sobre todo viene gente de las provincias limítrofes y por supuesto de Soria», concluye García desde Soriaventura. El parque de cuerdas del Amogable nació para quedarse y para desmitificar que un paseo por el monte tenga que ser pura tranquilidad. Si se quiere adrenalina, también la hay en la dosis que se quiera.