RESTAURANTE
La Cantina de Navalcaballo: entre amor, brasa y bogavante
La apuesta por reabrir el restaurante del pueblo atrae hoy a visitantes de toda Soria con sus arroces, sus menús o la parrilla
Su arroz con bogavante es ya una de las estrellas de los fines de semana en Soria y la parrilla, entre semana, hace que el menú del día siempre tenga el atractivo del fuego. El restaurante La Cantina de Navalcaballo ha logrado abrirse camino desde un pueblo de menos de 100 habitantes y que incluso se esté haciendo famoso por el buen comer y los caprichos del mar.
A los mandos, Tina Alexandru, que recaló en Navalcaballo por amor. «Antes tenía en Soria un bar. Trabajé muchos años de camarera y después cogí un bar propio. Así conocí a mi marido», Ángel, «que vivía en este pueblo. Entonces nos casamos, me vine a vivir aquí, y como esto estaba cerrado se me ocurrió la idea de abrirlo y trabajar».
Los ‘gurús’ de la hostelería repiten el mantra de la ubicación, pero la apuesta por el mundo rural estaba hecha y se decidió hacer algo distinto trascender de la comarca. «No se puede vivir sólo de los clientes del pueblo porque es pequeño. El comedor no existía y lo hemos construido nosotros, la cocina, la barbacoa... y poco a poco, haciendo bien las cosas, crece. No hay otra».
Tina explica que «de lunes a viernes el menú del día, que son ocho primeros y ocho segundos entre los que tienes de todo muy completo. Ensaladas, pasta, cuchara o arroces y barbacoa de segundo». Por la brasa pasa «pescado, pollo, ternera, cerdo y cordero en barbacoa».
No obstante, lo que le ha granjeado una fama ya provincial y en crecimiento llega sábados y domingos. «Para los fines de semana tenemos la especialidad del arroz con bogavante. Y claro, también ocho primeros y ocho segundos. Es un menú más completo y más selecto que entre semana» al que puede acompañar por ejemplo pulpo a la brasa, vieiras, o zamburiñas por aquello de seguir con la temática marinera.
«El arroz lo ‘inventé’», confiesa riendo. «Soy rumana y la cocina no tiene que ver con lo que se cocina aquí». Pero Tina es inquieta y decidió buscar distintas recetas de arroz con bogavante. Combinó «tres o cuatro», tomando el toque que más le gustaba de cada una y adaptándolo a su mano. «Leyendo y probando me hice la mía propia y funciona. Esta bueno. La calidad aporta mucho y el producto es clave, no nos engañemos».
Como cocinera, «lo más bonito es cuando la gente se va contenta. Y vuelve contenta. Nos han dicho que ni en la playa han comido un arroz con bogavante como aquí, que esto era una playa al lado de la montaña». La faceta montañosa, de hecho, la ponen dos boletus de verano sobre el mostrador. «Cuando es temporada siempre tenemos platos de setas. A mi marido le gusta mucho. No tiene mucho tiempo pero le gusta ir a por ellas. Las cosas de temporada sí se piden».
«En la cocina sólo cocino yo», explica Tina, así que tiene más que vistos todos los platos. No obstante confiesa que cuando le queda tiempo, sus favoritos son «los postres. Me gustan bastante» y comparten halagos con «los guisos», más allá del éxito de los arroces y brasas.
Y además de comer, se ayuda a mantener el pueblo. «Están contentísimos porque es lo único que tienen. Si alguien necesita el pan, aquí está. Si alguien se queda sin algo que necesita, aquí lo tiene. Es una tienda además de un bar. Es algo imprescindible para el pueblo. Pienso que en cada pueblo debería haber uno». Un motivo más para probarlo.