Acebo de Soria, el vivero de la Navidad
Los acebales de Soria podrán poner este año en el mercado 20 toneladas de color gracias a un paisaje gestionado de forma sostenible desde hace siglos. La decoración navideña deja empleo, turismo e ilusión en el medio rural
El acebo es sinónimo de Navidad, pero para el noroeste de Soria también lo es de turismo, sostenibilidad y empleo. Arévalo de la Sierra y Torrearévalo comparten el «más grande y mejor conservado acebal de Europa, Garagüeta», presume Cristina Martínez, gerente de El Acebarillo, la empresa que convirtió un uso tradicional en una actividad con mucho futuro y a la que se sumó Sendas Vivas en el aprovechamiento del recurso. Pero también hay acebales en La Póveda, Oncala, Castilfrío, Almarza, Estepa de San Juan e incluso en el Moncayo soriano. Conocer estos espacios es un festival para los sentidos y más en este mes de diciembre, aunque todo el año haya actividades. Cuando se conoce además su historia, el rojo de las drupas muta a color oro.
El uso tradicional que ha permitido a estos bosques sobrevivir es el ganadero. «Es un aprovechamiento muy singular desde hace siglos y si hoy está así es por los cuidados de Arévalo y Torrearévalo», explica sobre el de Garagüeta. Entonces las ramillas se podaban para dar de comer a los animales o facilitar el paso hacia los sestiles. Hoy «nos visita escuelas de capataces, facultades de Biología, ingenieros de montes porque es muy particular».
La emigración a las ciudades afectó al uso ganadero de los acebales pero coincidió en el tiempo con un hecho que evitó que cayesen en el olvido y se perdiesen. «Desde la década de los 60 el acebo se puso de moda. Por decir algo, que ya era sagrado para los celtíberos», aclara Cristina. Aquellas podas ya se vendían «a mayoristas de Barcelona o de Madrid», donde se le daba salida comercial.
Pero el valor añadido se iba fuera de aquellas tierras y «solicitamos cursos de acción local» para formarse y poder aprovecharlo. En 2001 Cristina entró como técnico municipal de empleo y comenzó el proceso. Hubo que decidir la figura empresarial, aprender a trabajar el acebo «y cambiar el decreto para venderlo». Ironías de la vida, la regulación impedía comercializar el acebo como ornamento en Castilla y León pero no en otras Comunidades, así que tocó incluso recoger firmas y convencer a los reguladores de que esto era (y es) sostenibilidad y futuro gracia a la gestión. Nació así El Acebarillo.
«Arrancamos en 2002» y hoy en día se realizan los centros en la propia tierra. «A mucha gente le gusta incluso no comprarlo sino hacerlo y se viene aquí. El taller es visitable» y aunque la labor es muy estacional es una visita que merece mucho la pena. Pero convertir la conservación ambiental en algo rentable en lo económico y lo social hizo que continuasen.
Echando la vista atrás «vemos muy bien la evolución porque como empresa hemos crecido muchísimo». Por ejemplo comenzaron a ofrecerse rutas guiadas por el Acebal de Garagüeta para ver en vivo la materia prima y «aunque la bolita dura apenas un mes, hay visitantes todo el año». El Acebarillo también gestiona la Casa del Parque «y hemos cerrado el círculo con lo último, la casa rural». Visitar, elaborar, conocer y descansar en un producto turístico que puede ser integral. «Yo vivo del acebo. Vivo del acebal», sostiene con orgullo Cristina. En temporada hay que contratar gente –en función de la demanda y la producción– para esta iniciativa, sea en el plano turístico o en el de transformación.
Tanto, que Sendas Vivas es la segunda empresa autorizada para comercializar Acebo de Soria. En este caso explota el acebal de Oncala que este año viene con algo menos de fruto, reconoce Raquel Merino desde la empresa. Cuentan con una autorización de 2.400 kilos de podas controladas que esperan sacar en su totalidad. Explica que el acebal está dividido en cuadrantes y cada año pueden podar un cuadrante para que vaya regenerando la parte que se poda en años anteriores.
Casi el 70% se vende en gavillas y para floristerías y el resto, en los talleres que organiza la empresa desde ahora hasta la Navidad. Además, este año van a vender semilla a un vivero de Andalucía, hasta el que enviarán 50 kilos de bola roja. «Ya nos habían pedido semilla hace años y esta temporada nos han vuelto a requerir», apunta Raquel.
Las empresas locales El Acebarillo y Sendas Vivas, que son las que se ocupan de comercializar desde hace ya muchos años la ramilla ornamental y otros productos elaborados de esta especie, tienen pedidos de los principales mercados navideños del país, así como de floristerías de Valencia, Madrid, Bilbao, Gijón, La Rioja, Barcelona y Zaragoza.
¿Cuánto acebo de Soria se venderá este año? Dependerá del peso con la bola o de la demanda puntual, pero lo autorizado supera las 20 toneladas. La naturaleza decide la disponibilidad y hay años de 34 toneladas permitidas, pero también de menos de la mitad. La Junta de Castilla y León permite podar para esta temporada 20.870 kilos de ramilla. Más de la mitad, 10.860 kilos, en Arévalo de la Sierra y Torrearévalo para el Acebal de Garagüeta. Otros 5.100 kilos podrá cortar La Póveda en el Dehesón de Arguijo, mientras que Oncala podará 3.200 kilos en su acebal. Castilfrío tiene permitida una autorización de 1.000 kilos, otros 570 Estepa de San Juan, y 140 kilos Almarza para cortar en su dehesa. Las podas las realizan personal preparado y con la supervisión de Medio Ambiente.
En Oncala su alcalde, Urbano Arancón, también está orgulloso de que a su pueblo se le conozca por los dos museos (pastoril y de tapices, sobre cartones de Rubens), una quesería que ‘colecciona' medallas internacionales y una gestión forestal digna de elogio. «Es un uso interesante y compatible con la conservación».
Y es que «el acebal de Garagüeta es el primero de Europa por tamaño, pero nosotros somos el segundo» y merece la pena lucirlo. «Toda la vida ha sido una planta ornamental, pero ahora hay una puesta en valor de ese acebal, de una cosa de nuestra tierra. Uno está orgulloso de estas cosas».
La localidad, de hecho, celebra anualmente la Feria del Acebo, que este año tuvo lugar el 8 y 9 de diciembre. El entrañable Belén viviente suma el aroma de las castañas asadas, el reconfortante potorro (nombre local para el perolo, una bebida tradicional con base de vino caliente) o un caldo beatífico. Pero sobre todo llena de adornos navideños y decoración de acebo los rincones de esta coqueta localidad pastoril dividida en dos barrios. Los grandes mercados de Navidad centroeuropeos tendrán su encanto, pero en una escala mucho más humana Oncala y su acebo quizás están más cerca de la verdadera Navidad.
En La Póveda su alcalde, Rubén del Río, también habla del acebo con una sonrisa. «Es un aliciente, un recurso que tenemos y que es curioso. Es otra clase de paisaje que no hay en otros sitios. Tenemos pinar, haya, roble, enebro... pero de eso hay en otros sitios. Un acebal tan importante como el nuestro, no».
Hay una vertiente medioambiental que es «buena para la fauna, para protegerla» en un bosque sostenible ligado al ganado y los animales cinegéticos. Pero también hay algo de «orgullo por tener algo diferente».