AGRICULTURA
Una cosecha de girasol desigual
El calor ha afectado a la planta en diferente medida según las zonas y el momento de la siembra en Castilla y León/ El agricultor de la Comunidad sigue apostando por este cultivo que es idóneo en la rotación de las explotaciones
Al igual que está ocurriendo con otros cultivos en Castilla y León, el girasol se ha visto afectado por el calor esta campaña, lo que puede mermar las producciones, sobre todo, en el girasol de secano. La falta de lluvias ha obligado en algunos casos a sembrar más tarde, lo que ha retrasado el ciclo vegetativo y las plantas han crecido con más dificultades.
La cosecha, según todas las previsiones, va a ser desigual, según las zonas y el momento de la siembra elegido por el agricultor. De hecho, como señala Joaquín Ortiz, del servicio agronómico de ACOR, hay parcelas en la comunidad a punto de cosecharse y otras que están en estos momentos terminando la floración.
La cosecha empezará de forma general a finales de septiembre aunque hay agricultores en la zona de Villanubla (Valladolid), que ya han sacado las cosechadoras al campo y han adelantado la siega casi un mes.
La realidad es que el agricultor viene de una mala campaña en el cereal y ahora obtendrá rendimientos «desiguales» en el girasol que se estiman, según ACOR, entre los 500-2.000 kilos en secano y los 2.500 y 4.000 kilos en regadío, similares a los de la campaña anterior. El pasado ha sido un invierno de pocas precipitaciones y el calor ha asurado algunas plantas en el páramo.
Aunque habrá que esperar a la evolución de la cosecha de este año, el girasol sigue siendo una clara apuesta del agricultor en Castilla y León. Y eso, a pesar de que en 2015 ha vuelto a bajar la superficie sembrada, en torno a las 250.000 hectáreas. Los profesionales insisten en que el cultivo «va a estar siempre ahí».
La previsión de ACOR es que la superficie en los próximos años se mueva en la Comunidad en una horquilla entre las 250.000 y 300.000 hectáreas, «en función del precio y del calendario de rotación de las explotaciones». Lo primero, el precio, no acompañó el pasado año y eso puede explicar que haya una menor superficie en el campo de Castilla y León.
La planta de girasol presenta importantes beneficios agronómicos al agricultor. No es exigente en el abonado y su raíz pivotante le permite obtener los nutrientes del suelo con menos esfuerzo. En definitiva, supone un menor gasto a la hora de preparar la parcela, además del beneficio para el cultivo posterior.
El cultivo se adapta a nuestro clima y rota a la perfección con cereales o leguminosas. El control de las malas hierbas exige tratamientos herbicidas, como explica Manuel Pérez, agricultor de Urueña (Valladolid) que ha sembrado este año 35 hectáreas de girasol en regadío.
En su caso, la planta entra en el calendario de rotación de las parcelas y sustituye al maíz de regadío. «Los costes son menores en semilla, abonado y riego», destaca este vallisoletano. Aún así, reconoce que este será un año «difícil» para el secano debido a las extremas temperaturas de los últimos meses.
Manuel asegura que el girasol es una buena apuesta en estos momentos. Además, recuerda también la ayuda de la PAC, un «incentivo» más para defender esta oleginosa.
Los precios se situaron en 2014 en torno a los 330 euros /tonelada, situación que esperan mejore esta campaña.
ACOR apuesta de manera importante también por este cultivo en su proceso de diversificación. Esta campaña ha contratado 6.000 hectáreas. En 2014 recibió unas 135.000 toneladas aproximadamente, cantidad que puede verse mermada ligeramente.