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AGRICULTURA

Fuego ‘sanitario’ contra las plagas

Norma La quema de rastrojo ya ha comenzado en Castilla y León, no sin las denuncias de colectivos que alertan sobre la falta de control

Una de las quemas autorizadas en la localidad vallisoletana de Villán, en la zona centro de la provincia.-E.M.

Publicado por
M. CALLEJA
Soria

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Diego Adalia es uno de los agricultores de Castilla y León que ya se ha acogido al calendario de quema de rastrojos establecido por la Consejería de Agricultura, en concreto para la zona centro de la provincia de Valladolid. Una práctica agronómica prohibida hace años que se recupera por «motivos fitosanitarios», y que llega «tarde» para un sector que afirma que, a pesar de las expectativas iniciales, se van a quemar muchas menos hectáreas de las que estaban previstas en un principio.

Diego y su padre José Vidal han quemado ya una superficie cercana a las 20 hectáreas en la localidad vallisoletana de Villán. Y lo han hecho, de momento, solo en una jornada ya que la lluvia impidió continuar con estas tareas el pasado viernes, en la zona de Ciguñuela, tal y como habían previsto. Un contratiempo que ponen de manifiesto ya que el calendario actual les impide elegir las fechas más apropiadas conforme a la meteorología, y tan solo les deja quemar los rastrojos en los días establecidos. Y lo han hecho, en todo caso, siguiendo «las más estrictas normas de seguridad». Y es que estos agricultores vallisoletanos afirman que ellos son los primeros interesados en que todo salga «bien».

La solicitud previa la realizaron en tiempo y forma, como marca la normativa, con una antelación mínima de cinco días naturales a la realización de la quema. Eso sí, reconocen cierta «precipitación» debido al retraso en la publicación de esta norma. Y es que ha habido que esperar a que Medio Ambiente decretara la época de peligro bajo de incendios, algo que no se ha producido hasta mediados de octubre, lo que ha retrasado las pretensione iniciales de los agricultores que ya estaban preparados para quemar en septiembre, el momento «ideal» para muchos.

La Junta ha limitado la superficie que inicialmente se quería quemar, según las organizaciones agrarias, que hablan de «restricciones» que habría que limar en próximas campañas. En el caso de la familia Adalia, la Junta solo ha limitado la quema en una de las parcelas previstas al detectar una zona verde en mitad del páramo junto a sus tierras. El resto de lo que estaba previsto se ha podido quemar.

Diego, que gestiona una explotación familiar, defiende esta práctica que ha sido criticada antes de comenzar. Los ingenieros de montes y los ecologistas aseguran que la quema es «perniciosa» para el medio ambiente y «carece» de control y vigilancia sobre el terreno. En este sentido, dudan de su eficacia y cuestionan que, por parte de la Junta, haya un seguimiento «exhaustivo y riguroso» de su propia normativa.

La norma permite quemar como máximo el 25% de la superficie total del cultivo de cereal que conste en la declaración de la PAC y define unas condiciones de seguridad. Entre ellas, la presencia de al menos tres personas con herramientas útiles para la extinción del fuego y la realización de un cortafuegos de tres metros de ancho como mínimo alrededor de la zona a quemar.

Condiciones que ha cumplido Diego para controlar el fuego y evitar algún contratiempo en la explotación familiar. «Haciéndolo bien y tomando todas las precauciones no tiene por qué haber ningún peligro», asegura.

Para este profesional la quema de rastrojos es una práctica «necesaria» para acabar con muchas plagas y enfermedades que afectan al campo. Diego asegura que de esta forma se evita además tirar mucho herbicida a las tierras, un mensaje que traslada a los ecologistas, junto al ahorro económico para el agricultor. «Los gastos pueden llegar a reducirse hasta los cien euros por hectárea», subraya.

De cara a las próximas campañas, coincide con las Opas en que sería bueno una «mayor flexilidad», en relación a los días de quema y a que haya «mayor margen» para el agricultor, ya que, a su juicio, se han restringido mucho. También comparte la opinión de extenderlas a las cunetas, ya que para el sector estas zonas son los «verdaderos reservorios».

Esta práctica agraria se llevará a cabo con carácter excepcional dentro de un marco de gestión integrada de plagas y enfermedades agrícolas durante cuatro años.

Al detalle

> Prohibición: No podrán llevarse a cabo quemas en: recintos agrícolas situados a una distancia inferior a 400 metros de una masa forestal, arbolada o de matorral; recintos agrícolas incluidos en una zona ZEPA o ZEC, ni en la franja perimetral de 100 metros; recintos ubicados a una distancia inferior a 400 metros a cualquier zona urbanizada o habitada; y recintos que presenten una distancia inferior a 100 metros a cualquier carretera de la red nacional, autonómica o provincial o cualquier vía ferroviaria.

> Seguridad: Debe haber tres personas con herramientas para la extinción del fuego, maquinaria con aperos para hacer un cortafuegos de al menos tres metros de ancho alrededor de la zona a quemar. No se podrá quemar cuando el viento supere una velocidad de 15 km /hora y si aparece durante la quema, se suspenderá.

> Fecha: Las quemas se prolongarán hasta el uno de diciembre, según el calendario de quemas y fechas habilitadas. Para rastrojo de maíz en regadío se fija en todas las zonas la segunda quincena de febrero de 2017

> Sanciones: Incumplir la normativa conllevará, además de las sanciones derivadas de la normativa relacionada con el uso del fuego, la reducción de los pagos directos y primas anuales de la PAC.