Cerrar

AGRICULTURA

La quinoa ensaya su potencial

El sector apuesta por este cultivo «rentable» como alternativa a la agricultura tradicional, aunque lamenta la falta de información, por eso, reclama apoyo institucional / Los investigadores de la Universidad Católica de Ávila creen que tiene «futuro»

Campo de ensayo de quinoa del Instituto Tecnológico Agrario, Itacyl, en Arcos de la Polvorosa, en la provincia de Zamora.-ITACYL

Publicado por
MARISOL CALLEJA
Soria

Creado:

Actualizado:

La quinua o quinoa sigue conquistando los mercados y atrayendo el interés de un agricultor en búsqueda constante de rentabilidad. El cultivo sostenible de quinua (Chenopodium quinoa Wildenow) es una «buena» alternativa de futuro frente a la «necesidad global de identificar cultivos que tengan el potencial de producir alimentos de calidad». Así lo cree Cristina Lucini, Ingeniera Agrónoma y directora del grupo de investigación ‘Producción Vegetal y Calidad Agroalimentaria’ de la Universidad Católica de Ávila, UCAV, que destaca las grandes posibilidades de este cultivo «altamente nutritivo y libre de gluten», lo que le hace apto para celíacos.

Desde hace unos años, esta institución está testando el rendimiento y adaptación de esta planta en la provincia abulense, con resultados que están generando «grandes expectativas». Los investigadores han experimentado con diversas variedades de quinoa, de ciclo corto y ciclo largo, y con diferentes condiciones de suelo y clima. Una experiencia que les lleva a afirmar que el cultivo tiene «futuro» y es una buena «alternativa» a la agricultura tradicional en Castilla y León.

En este caso, trabajan en secano, como alternativa a los cereales. El regadío, como constata Lucini, ofrece mayores rendimientos, pero «algunas variedades pierden calidad nutricional». Cree, por eso, que hay que distinguir las variedades dulces y las amargas, éstas últimas presentan, a su juicio, mejor rendimiento, aunque necesitan «mayor tratamiento posterior para el consumo, debido a las saponinas».

La realidad es que se conoce muy poco de un cultivo que pertenece a la misma familia que la remolacha azucarera, y que tiene una presencia testimonial en la Comunidad.

Lucini destaca algunos aspectos «clave» a la hora de la puesta a punto del cultivo. El primer factor al que alude es precisamente la selección de material genético. Y es que existen muchas variedades de quinua o quinoa, pero cada una, advierte, es adaptable a un tipo de suelo y clima específico. De esta forma, desde la Universidad Católica de Ávila se insiste en que la selección de semillas y su tratamiento es «básica para una buena producción en cantidad y calidad».

En cuanto a las condiciones agronómicas, hay que tener en cuenta la época de siembra, es decir, se debe adelantar o retrasar atendiendo a la disponibilidad de agua, altitud y periodo libre de heladas. Según la doctora, hay variedades de ciclo largo que se pueden sembrar en septiembre-octubre, y variedades con un ciclo más corto, cuya fecha de siembra es en marzo o abril. Otro factor importante a tener en cuenta es el pH del suelo. La quinoa presenta, según estos investigadores, un rango amplio de germinación, desarrollo y producción a diferentes pH de suelo. Las pruebas realizadas por la Universidad Católica de Ávila demuestran que es un cultivo «viable» y con «buenos» rendimientos en suelos ligeramente alcalinos o alcalinos hasta el extremo de pH9.

El agricultor muestra cada vez más «interés» por este cultivo con un precio en origen en torno a 60-70 céntimos el kilo, muy por encima del precio del cereal. En Castilla y León hay pocas experiencias, además de las promovidas por administraciones, institutos de investigación u organismos como la Universidad abulense. Francisco García Jiménez es sin lugar a dudas uno de los profesionales que más ha experimentado con la quinoa, y que mejor conoce su comportamiento en una de las zonas de Castilla y León.

Este agricultor, con explotación en Madrigal de Las Altas Torres, en Ávila, ha sembrado quinoa por tercera campaña consecutiva, con diferentes resultados. Es consciente de que se debe ahondar en el aprendizaje a través del «ensayo-error», para llegar a alguna conclusión definitiva. Una obligación que le lleva a lamentar la falta de implicación institucional hasta ahora en la promoción de este cultivo, por el que él apuesta personalmente.

La quinoa la sembró en septiembre de 2016, en un ciclo largo que acabará con la cosecha en el mes de junio. Esta es al menos su pretensión después de que en campañas pasadas haya probado diferentes opciones de siembra en diciembre y marzo, con malos resultados, debido a las heladas y a las precipitaciones en el momento de sacarla del campo.

Francisco trae sus semillas desde Perú. Actualmente está trabajando con cuatro variedades, además de la semilla propia. Aunque la quinoa es resistente a la sequía y tolera un amplio rango de temperaturas, hay que tener en cuenta que la etapa de ramificación es la más tolerante y la etapa de floración la más susceptible, según los investigadores de la Universidad abulense. Desde Quinoa Spain señalan que, por encima de los 35 grados, la quinoa no grana, y apuestan por el regadío frente al secano.

Este agricultor de Madrigal, que cuenta con cinco hectáreas de quinoa, cifra en 1.500 kilos /hectárea los rendimientos de la campaña pasada en regadío. Teniendo en cuenta que los precios se mantienen en una horquilla cercana al euro el kilo, se puede afirmar que, a igual producción de cereal, el profesional recibe «cuatro veces más». Es cierto, eso sí, que el coste de la semilla es alto también, unos 20 euros el kilo, aunque Francisco apunta que también es menor la simiente utilizada, ya que «con dos kilos se siembra una hectárea».

Para este emprendedor, el cultivo puede tener futuro como alternativa al cereal o el maíz, según el ciclo, si se logra una variedad adaptada a nuestras condiciones, lo que supone invertir en investigación. «Hay que seguir gastando, probar y probar para ajustar el cultivo a esta zona».

La quinoa es considerada un superalimento por su adecuada composición de aminoácidos esenciales. Tiene, según la investigadora Lucini, un «reconocido valor nutricional». Cuenta en definitiva con muchas proteínas y un alto contenido en omega 6 y 3. Actualmente, el 80% de este cultivo está en Andalucía, donde hay dos empresa que están apostando fuerte por la quinoa, como es el caso de Algodonera del Sur, del Grupo Algosur. Su responsable de I+D, Susana Vilariño, insiste en la «rentabilidad» de este cultivo.

La empresa andaluza va a sembrar 2.000 hectáreas esta campaña. Llevan más de diez años ensayando en campo e intentan ahora crecer «poco a poco», de forma paralela al consumo. Algodonera del Sur cuenta con dos variedades de semillas propias. Vilariño reconoce el aumento de consumo de quinoa en España en el último año, un cultivo muy extendido en los países andinos.

Aunque el rendimiento medio por hectárea es de tres toneladas, afirma que han tenido «máximos de seis». Lo que todavía es impensable, según la investigadora, es llegar a su máximo potencial que algunos expertos sitúan en 12.000 kilos por hectárea, algo inimaginable en estos momentos. El cultivo, según Vilariño, se adapta bastante bien a cualquier tipo de suelo, incluso han sembrado quinoa en suelos arenosos con buenos resultados la pasada campaña. Por otra parte, «la gran mayoría de las variedades soporta la sequía». Aún así, esta investigadora señala que los ensayos en secano «no han sido buenos», por lo que el 100% de la superficie que gestionan actualmente está en regadío. Esa es la apuesta debido a la experiencia llevada a cabo.

Desde Algodonera del Sur se aconseja una buena preparación del suelo para evitar malas hierbas y el desarrollo de plagas. En cuanto a la fetilización, ponen de manifiesto que la herramienta más eficaz para un correcto abonado es conocer el estado nutricional del suelo. De cara a los riegos, aseguran que los riegos de nascencia son «fundamentales» para garantizar la implantación y futura rentabilidad del cultivo. El reto es «garantizar una germinación uniforme, floración adecuada y un óptimo llenado del grano» en el momento de la cosecha.

La directora del grupo de investigación de la Universidad Católica de Ávila recuerda las aplicaciones del producto obtenido. El aprovechamiento de la quinoa puede servir para usos nuevos o innovaciones en la industria alimentaria (grano entero, harina de quinoa); alimentación animal (la planta entera se usa como forraje verde, como residuo de cosecha); y otros subproductos.

Campo de Itacyl en Arcos de la Polvorosa

El Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León, Itacyl, lleva varios años experimentando con la quinoa, con diferentes resultados. La campaña pasada técnicos de la Consejería de Agricultura realizaron un campo de ensayo en la localidad zamorana de Arcos de la Polvorosa.

De la experiencia de este año, el Itacyl extrae algunas conclusiones importantes que pueden ayudar al agricultor. Los responsables del estudio consideran esencial, por ejemplo, la elección del ciclo y la variedad para que se adapte a nuestra zona de cultivo. De esta forma, aseguran que es «importante» realizar una siembra temprana cuando no haya riesgo de heladas (en torno a mediados de abril), con temperaturas en torno a los diez grados, para no hacer coincidir las altas tempraturas posteriores con la polinización.

Respecto a estas labores, aconsejan que, en la medida de lo posible, la siembra sea mecanizada con una sembradora monograno con un marco de siembra de 50 por 2, 5 centímetros.

Como ocurre con otros cultivos, para asegurarse la nascencia, los técnicos apuestan por riegos cortos para quitar la costra. En este caso, los pases de cultivador y aporcado favorecen, dicen, la eliminación de la hierba y el «mejor» riego del cultivo «evitando el encamado».

Para la quinoa, el agua tiene un periodo crítico entre la floración y el cuajado, y «no debe faltar».

Desde el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León, se apunta a una cosecha mecanizada con una cosechadora de cereal, acondicionada a los meses de septiembre y octubre y a los ciclos de variedades que se elijan.