FORMACIÓN
Los secretos y labores del sector primario se cuelan en las aulas
El aumento de alumnos en el grado agrario de la Universidad de Burgos o la experiencia piloto del primer Erasmus Agrario impulsado por el Ministerio de Agricultura dejan patente el creciente interés por el campo y sus disciplinas
El campo y las miles de tareas ancestrales que desde hace siglos se desarrollan en él, vinculadas tanto al cuidado animal como de trabajo en campos y montes, se han convertido en uno de los ejes de la formación que hoy se ofrece en las aulas de centros educativos y universidades. Así como en numerosas propuestas educativas que consolidan el sector primario como prometedor escenario laboral en un futuro no muy lejano.
Prueba de ello es, por ejemplo, el aumento de alumnos que este nuevo curso se ha comprobado en el grado que con el mundo agrario como eje de su contenido, desarrolla la Universidad de Burgos (UBU). Alumnado que ronda ya la treintena de estudiantes llegados de la provincia y de otros puntos de la comunidad, y del que de nuevo forman parte no solamente personas vinculadas por tradición familiar al sector primario.
«De hecho hay también muchos otros que sin ninguna vinculación, ven en el campo el lugar donde desarrollar una gran diversidad de proyectos de investigación», afirma la profesora Milagros Navarro, docente del Grado en Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural de la Escuela Politécnica Superior de la UBU.
Navarro remarca que «el mundo agroganadero es uno de los que menos ha notado crisis económicas anteriores, a la vez que en la sanitaria que estamos padeciendo en la actualidad desde la irrupción del coronavirus en todo el mundo, ha dejado patente su esencial importancia para toda la sociedad», remarca la docente.
Labor productora que ha confirmado al mundo rural como el abastecedor de todo el resto de núcleos sociales (tanto rurales como urbanos) y de todo tipo de productos, «en cuyos procesos se observan multitud de avances derivados de la investigación, que hacen del sector agrario un prometedor ámbito laboral futuro de debemos reforzar y asegurar».
Puesto en marcha en el año 2010 tras los cambios de titulación a los que obligó el Plan europeo de Bolonia, y protagonista en la actualidad de una modalidad de grado doble, Navarro remarca sobre todo la oportunidad que este tipo de nuevas formaciones da a profesores y alumnos de trabajar por igual con la teoría y la práctica, al contar en el caso de la UBU con huertos experimentales donde hacer realidad todo lo aprendido en el aula.
Huertos que como ya sucedió en primavera, no han podido ser el complemento formativo en este nuevo curso, «ya que las restricciones y confinamientos derivados del deseo de intentar frenar la pandemia, han hecho que el acceso a los mismos estuviera permitido sólo a algunos de nosotros los profesores, con lo que no hemos podido preparar los semilleros, por lo que lo aparcaremos todo para enero y febrero en que intentaremos sembrar de cara a la primavera», avanza.
Erasmus entre regiones
Presencia del campo y de sus muchas labores en las aulas que algunos interpretan como una interesante perspectiva de futuro. Una realidad desde la que algunos han mirado siempre el mundo rural y el sector primario. Es el caso del responsable de la agrupación agraria COAG en Burgos Cristian Martínez Martín.
Nacido hace apenas 25 años en el seno de una familia de agricultores y ganaderos de la provincia burgalesa, asegura convencido que «cualquier propuesta formativa es buena para lograr hacer del campo la profesión de muchas personas, y si son jóvenes mejor al darse así el paso hacia un relevo generacional efectivo también en el campo, como sucede en el resto de los sectores laborales».
Y lo hace sin diferenciar a quienes lo han conocido desde siempre, de los que se acercan a al campo siendo éste un desconocido para ellos, «ya que a ambos con estas iniciativas formativas se les ofrece la oportunidad de ir más allá». En el caso de estos últimos, de comprobar que el mundo rural es mucho más que cuidar ganado o hacer crecer productos. «Y en el de los primeros, de compaginar lo aprendido durante toda la vida y de forma tradicional con nuestras familias, con la innovación y los continuos avances en tecnología, los cuales están a la orden del día en este sector».
Destaca por ello el Programa de Visitas Formativas de Jóvenes Agricultores en Explotaciones Modelo, conocido por todos como ‘erasmus agrario’ y puesto en marcha por el Ministerio de Agricultura en colaboración con la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos(UPA) y de Cooperativas Agro-alimentarias. El fin, que jóvenes agricultores y ganaderos incorporados en los últimos cinco años al sector puedan viajar y formarse en explotaciones modelo de fuera de sus regiones.
«Una iniciativa formativa que en mi opinión no sólo debería haberse puesto en marcha mucho antes (al ser el nuestro un país de gran tradición agraria y más aún nuestra comunidad), sino ampliarlo a otros países», propone. «Ya que permitirá a quienes participen conocer técnicas y modelos de trabajo diferentes a los nuestros, para luego poder aplicarlos aquí».
Martínez explica que en su caso a la experiencia familiar sumó la realización de un grado medio vinculado al mundo agrario. «Pero son muchos los conocidos que tengo que están realizando ingenierías agrícolas que les permiten no sólo formarse en la teoría del campo sino ir más allá logrando nuevos abonados, desarrollo de instrumentos tecnológicos o nuevas semillas entre otros muchos ámbitos», considera. «Porque al facilitar dicha formación se incentiva la investigación y el desarrollo tecnológico, los cuales como en cualquier otro sector, son importantes también en el primario».
Sin embargo, no duda en recalcar que para muchos es tan importante el acceso a los conocimientos como la posterior posibilidad de ponerla en práctica en sus propias explotaciones, en las que investigar y trabajar. «Por ello, las administraciones deben buscar la forma de facilitar el acceso a la tierra para todos ellos, ya que es el principal obstáculo con el que se encuentran, sobre todo los jóvenes», remarca.
A medio gas por el Covid
Proyecto el del erasmus agrario «que desafortunadamente se ha quedado a medio gas a causa del Covid-19, ya que las restricciones impidieron que se pusiera en marcha en verano para seis meses como estaba previsto, y con más participantes», lamenta el coordinador del mismo en UPA Castilla y León, Raúl Azpeleta.
Recuerda que en este primer año de programa, fueron 51 las explotaciones de todo el país autorizadas por el Ministerio para acoger a los futuros agricultores, «de quienes se recibieron cerca de 40 solicitudes aunque finalmente solamente participan 16». Experiencia piloto «para la que el Ministerio nos pidió ayuda para darlo a conocer, y para la que les propusimos nosotros desde UPA Palencia tres explotaciones que se mostraron interesadas, en una de las cuales ya esta aprendiendo un joven agricultor de Cuenca», detalla.
«Pero al menos se ha puesto ya en marcha, y en estos dos meses de desarrollo permitirá sacar algunas conclusiones a la hora de mejorar futuras convocatorias», comenta. «Y entre ellas quizás valorar ampliarlo en un futuro a intercambios internacionales, pero primero esperaremos a ver cuando logre aplicar con normalidad».