Los rebaños ganan la ‘batalla’ contra la agalaxia contagiosa

La lucha contra la agalaxia contagiosa, una enfermedad de declaración obligatoria, que provoca importantes pérdidas económicas a los ganaderos de ovino y caprino de aptitud láctea, supone desde hace años un quebradero de cabeza para el sector y en el que desde hace casi quince años lleva implicada la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural. Ahora, transcurridos tres años desde el comienzo de un programa sanitario específico, casi el 80% de las explotaciones adheridas han dado negativo a todas las pruebas, dado que no se ha detectado hasta el momento la presencia de micoplasmas ni en leche, ni en portadores, lo que confirma una ‘buena salud’ de la cabaña ovina.

Castilla y León fue la primera Comunidad en implantar el programa voluntario de vigilancia y control frente a agalaxia contagiosa en febrero del año 2017 (aunque la lucha contra esta enfermedad empezó diez años antes) con el objetivo de mejorar la competitividad productiva de las ganaderías de ovino y caprino de la región. En el entorno europeo sólo Francia dispone de un programa de control.

En estos momentos están adheridas 202 explotaciones ganaderas que concentran 182.080 animales, lo que supone una media de 901,39 animales por explotación. Esto da una idea de la profesionalización y dimensiones de las explotaciones que se han incorporado en el programa, la mayoría de aptitud láctea, que es donde más trascendencia tiene esta enfermedad. Soria es la única provincia donde no hay ninguna ganadería en el programa oficial, dado que la mayoría del ganado ovino y caprino de la provincia se cría para carne.

Las pruebas consisten en una serología semestral a los animales mayores de cuatro años de aquellas explotaciones que no tienen implantado un programa vacunal frente a la agalaxia contagiosa. Además, en todas las ganaderías, tanto las que vacunan como no, se lleva a cabo la toma de muestras del tanque de leche cada dos meses. Y adicionalmente se realiza el muestreo mediante hisopos a los sementales presentes en la explotación con el propósito de detectar posibles portadores en el rebaño. 

Así, los resultados de los chequeos realizados en 2020 muestran un buen estatus sanitario en Castilla y León, dado que el 78.21% de las explotaciones analizadas fueron negativas a todas las pruebas, no detectando por tanto ni excreción en leche, ni portadores inaparentes. Este dato muestra una mejoría de casi diez puntos sobre el año 2019, cuando se registró un 68.34%, según reflejan los datos facilitados por la Consejería de Agricultura y Ganadería.

Cabe indicar que la cobertura vacunal de los rebaños incorporados se cifró en un 71%, y un 29% de los rebaños no aplicaban ninguna vacuna frente a la enfermedad. Sobre el total de los rebaños un 32% tenían al menos algún animal mayor de cuatro años serológicamente positivo. En total, 18. En cuanto a la detección en tanque de leche, fueron 15 las explotaciones con al menos un tanque positivo, un 7,4% del total. De nuevo mejoran los datos sobre los resultados de 2019 donde el porcentaje se cifró en un 16,5%, lo que supone que se ha producido un descenso de un 50% de las explotaciones con excreción láctea de la bacteria, algo que está directamente relacionado con el descenso de mamitis clínicas. Y en un 8,7% (17 rebaños) se detectó algún portador dentro de los sementales analizados.

El programa está más centrado en el ganado de aptitud láctea por la gran caída de producción láctea y abortos que ocasiona, sin olvidar las alteraciones en la calidad de la leche. Y es una enfermedad de declaración obligatoria porque tiene un elevado grado de morbilidad, de modo que si la agalaxia contagiosa entra en un establo enferman todos los animales o la gran mayoría. Sin olvidar el elevado coste que supone en lo que respecta a los tratamientos curativos. Lo ideal es que estuviera el 100% del censo de ovino y caprino incorporado porque tiene muchas ventajas, porque además de ser gratuito para el profesional que se adhiere, el ganadero consigue la calificación frente a la agalaxia y con ello se garantiza no sólo que su producción no disminuya, sino que tiene mejor salida de los animales. Y es que implica una apertura de mercados y una ventaja inmediata para los ganaderos, puesto que al estar incluidos en el mismo exceptúa de la certificación sanitaria a proveedores que exige la normativa nacional para exportar productos lácteos.

El análisis de los diferentes tipos de muestras incluidos en el programa de forma combinada está siendo válido y necesario para detectar el 100% de los rebaños infectados. Gracias al esfuerzo que se está realizando desde la administración de Castilla y León junto con los ganaderos interesados en el difícil camino de encontrar nuevas vías de lucha y control de una enfermedad tan compleja epidemiológicamente como la agalaxia contagiosa. La identificación de rebaños donde no se detectan micoplasmas asociados a la enfermedad supone una revalorización sanitaria de sus animales y una fuente de la que todas las explotaciones (positivas o negativas) pueden obtener una recría con las mayores garantías sanitarias posibles.

En los próximos meses se desarrollarán reuniones específicas de coordinación con los veterinarios y ganaderos responsables de las explotaciones participantes en el programa, al efecto de recomendar las actuaciones a realizar en las mismas en función de la situación epidemiológica detectada en las explotaciones. Porque todo no vale en todos los casos, y los resultados del programa no sólo son útiles para proteger las explotaciones que resulten ser negativas sino para recomendar actuaciones específicas en las no negativas.

Además, se están desarrollando diferentes ensayos orientados a la evaluación de la sensibilidad y especificidad diagnóstica de las técnicas disponibles para, por ejemplo, poder congelar las muestras que se envíen al laboratorio en función del tiempo de llegada al mismo. Del mismo modo, se están analizando diferentes kits serológicos ante la desaparición de la oferta comercial de algunos de los empleados hasta ahora comúnmente en el diagnóstico de la enfermedad. De hecho, los trabajos realizados este año a pequeña escala parecen evidenciar que algunos cambios en la metodología a nivel laboratorial podrían incrementar la sensibilidad del diagnóstico, valorándose en la actualidad su viabilidad a la hora de aplicar dichos cambios en el diagnóstico rutinario de un número elevado de muestras.

Ayuda en el programa el cepario oficial de bacterias del género Mycoplasma de Castilla León, dado que se incrementa el porcentaje de recuperación de cepas viables exponencialmente con el desarrollo del trabajo. Un material que está disponible para futuros estudios genéticos o de otro tipo que quieran desarrollarse en años venideros, sobre todo en relación a las resistencias antimicrobianas.

Sin olvidar que la Consejería ha sido beneficiaria principal en un Proyecto Europeo de Cooperación Transfronteria de España y Portugal para promocionar la mejora genética, sanitaria y productiva de ganado ovino y caprino, en el que también tiene cabida el programa contra la agalaxia contagiosa. El proyecto (cuyo acrónimo es OVISPID) tiene una dotación económica de 598.030,56 euros y ha permitido establecer una unidad diagnóstica especializada en ovino en la sede del Laboratorio provincial de Sanidad Animal de Zamora.