AGRICULTURA
Productos del campo con más vida útil y más saludables
El Centro de Innovación en Alimentos Saludables (C-Ideas), del Itacyl, desarrolla proyectos de investigación y al mismo tiempo ofrece servicios a más de medio centenar de empresas y productores al año
Nació con el objetivo de optimizar procesos para dilatar la vida útil de los productos de cuarta o quinta gama aplicando las nuevas tecnologías y ahora, casi 15 años después, el Centro de Innovación en Alimentos Saludables (C-Ideas) ocupa un lugar ‘preferente’ en el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl), desde donde desarrolla proyectos de investigación y al mismo tiempo ofrece servicios a más de medio centenar de empresas y productores al año.
El Centro de Innovación en Alimentos Saludables (C-Ideas) anteriormente llamado Planta de Procesos y Productos Innovadores (PPPI) se crea en el año 2008, pero no es hasta 2009 cuando comienza a funcionar plenamente, en un primer momento con el objetivo de optimizar procesos para extender la vida útil de los productos especialmente de cuarta o quinta gama y ahora, casi 15 años después, con actuaciones muy diversas cubriendo aspectos desde el desarrollo de procesos de valorización de subproductos procedentes de la industria agroalimentaria, pasando por la aplicación de tecnología para mejorar la calidad de productos frescos y transformados, o el desarrollo y aplicación de herramientas in vitro que permiten evaluar propiedades saludables y bioactivas de aquellos alimentos que se producen y encuentra el consumidor en los lineales desde sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias hasta su índice glucémico.
Este avance en cuanto a líneas de investigación con alto carácter transferente a la industria ha llevado a que C-Ideas ocupe una posición estratégica en e (Itacyl, desde donde se desarrollan en este momento siete proyectos de investigación financiados por organismos públicos regionales, nacionales y europeos (Feder, Feader e Interreg) en colaboración con consorcios públicos (Universidades y Centros Tecnológicos) y privados (Grandes, medianas y pequeñas empresas). Además de realizar servicios de asesoramiento, desarrollo, formación e incluso producción asociado por ciertas tecnologías al contar C-Ideas con registro sanitario.
C-Ideas se encuentra dentro de la Subdirección de Investigación y Tecnología que dirige Cristina León y C-Ideas es gestionado por la doctora Ana Belén Martín Diana, responsable de la línea de ‘Alimentos y Salud’, junto con el doctor Daniel Rico, quien lidera los aspectos agro tecnológicos. Desde que empezó a funcionar las líneas de investigación y servicios han ido evolucionando por la preocupación de mejorar la sostenibilidad industrial, desarrollar procesos productivos más eficientes y sostenibles dentro del ámbito de la economía circular así como procesos que mejoren la calidad nutricional y bioactiva de los alimentos que se consumen.
“El Itacyl cuenta con una importante área agrícola y ganadera, así como centros tecnológicos que se encuentran ubicados en la Comunidad, pero C-Ideas se crea con la intención de trabajar de manera transversal y de apoyo al resto de los centros en tecnologías noveles y salud, mejorando así la transferencia tecnológica que es imprescindible para mejorar el sector industrial de la Comunidad”, constata Martín.
Aunque el C-Ideas desarrolla numerosos proyectos de investigación gracias a financiación pública, lo cierto es que experimentó un importante despegue a raíz de la pandemia. Las industrias agroalimentarias empezaban a acumular stock y se interesaron en cómo conservar los alimentos perecederos que en ese momento no se podían vender porque no había comercio exterior y el mercado nacional estaba muy reducido. “Había que buscar cómo alargar la vida útil de los productos y al mismo tiempo mejorar los alimentos para hacerlos más saludables”, señala Martín Diana. Durante el periodo del confinamiento los investigadores atendieron a medio centenar de empresas, y aunque luego con la ‘normalidad’ se ralentizó lo cierto es que siguen dando soporte a entre 50 y 60 pequeñas y grandes industrias al año.
Lo que más se demandó durante la pandemia fue la aplicación de las Altas Presiones Hidrostáticas para conservar esos productos agrícolas y ganaderos para evitar pérdidas en su sector con el cierre del canal de la hostelería y la restauración. “Una tecnología no térmica de conservación de alimentos con grandes beneficios en la calidad sensorial y nutricional del alimento, utilizada para desarrollar alimentos de gran sabor y frescura en comparación con los obtenidos mediante tecnologías de conservación térmicas”, menciona.
Pero se trata de un servicio que sigue interesando, sobre todo a productores de porcino para los curados, como los de frutas y hortalizas, dado su corto tiempo de vida en fresco porque mejora la vida útil de los productos frescos y permite una transformación de calidad y segura siendo muy positiva su aplicación en productos dirigidos al canal de la hostelería y de restauración. Además, es sostenible y fácil de aplicar en las empresas.
“Los productores cárnicos sobre todo de porcino buscan en esta tecnología para los curados y embutidos puesto que su tratamiento extiende la vida útil del alimento sin modificaciones sensoriales en la mayoría de los casos, de la misma forma que el sector de la fruta y hortalizas, con sus excedentes al final de las temporadas”, añade Martín Diana.
Itacyl trabaja en el asesoramiento como optimización cuando las empresas lo solicitan en esta materia. Los principales clientes llegan de Valladolid, Palencia, Salamanca o Burgos, pero también se ha interaccionado con firmas y productores de Soria, como Cárnicas Villar, Soria Natural o Innoflower.
En la actualidad trabajan 10 personas en el C-Ideas, una cifra que ha ido creciendo conforme se ha ido dimensionando las labores del centro “con el objetivo de ser más fuertes y dar cada vez más servicios”. Un gran equipo de profesionales, técnicos, analistas y expertos con una larga trayectoria en el área de la tecnología y la salud. Además, ofrecen cursos de formación para enseñar cómo aplicar las tecnologías y cuál es el efecto gastronómico que tiene. Cada día reciben llamadas de productores con dudas porque quieren adaptarse a las nuevas tecnologías para garantizar la calidad de sus alimentos y hacerlos más saludables, pero no tienen capacidad por sí mismos para utilizar esa nueva tecnología.
Con un tejido industrial agroalimentario tan importante en Castilla y León, Martín Diana cree que es fundamental el apoyo institucional, como se realiza a través del C-Ideas. “La investigación I+D+i se hace más necesaria que nunca para innovar en los procesos productivos y en la forma de trabajar, y ése es nuestro objetivo, que las empresas de la Comunidad sean competitivas, más aún en el sector agrícola y ganadero, donde la transformación sufre grandes cambios y obliga a innovar”.