Heraldo-Diario de Soria

MUNDO AGRARIO

El comerciante de Soria que ‘envía’ carne a todo el mundo

El soriano Pedro Julio Alcalde lleva más de 30 años dedicándose a la exportación cárnica desde un punto del planeta a otro y se ha convertido en uno de los referentes en el sector

Visitando un mercado tradicional en Accra, Ghana.HDS

Visitando un mercado tradicional en Accra, Ghana.HDS

Publicado por
IRENE LLORENTE YOLDI
Soria

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Lleva más de 30 años dedicándose a la exportación de carne desde España, pero también trabaja otros mercados como Polonia, Italia, Alemania, Serbia o Rumanía, y desde allí a todo el mundo. El soriano Pedro Julio Alcalde se ha convertido en uno de los referentes en el comercio cárnico a nivel internacional.

Su empresa, PJAG Markets, sobre todo se centra en el sector porcino y en el avícola, y vacuno y ovino para países árabes o judíos. Y vende entre 10 y 12 millones de productos al año, con una unidad mínima de envío de 25.000 kilos, a excepción de los países árabes, que en función de los clientes varía las cantidades de forma personalizada. Además desarrolla proyectos para comercialización de productos para otros países.

Empezó en el mercado nacional, pero enseguida se dio cuenta de que tenía poco recorrido y se inició en la República Checa en el año 1997. Después, se expandió por Rumanía, Bulgaria, Ucrania e incluso Rusia, donde estuvo desde 1998 hasta 2015. «Teníamos hasta una empresa satélite hasta que el gobierno ruso prohibió las importaciones con Europa y con España. Ya nunca hemos vuelto a entrar».

Entonces se introdujo en Asia y en África. Estuvo viviendo dos años en Angola para elaborar un proyecto para una empresa agroalimentaria española, y a partir de ahí firmó relaciones comerciales con Mozambique, los dos Congos, Gabón y Ghana. Ahora trabaja en un proyecto a dos años para la implantación de un producto en todo el cuerno de África: Gabón, Benin, Togo, Burkina, Costa de Marfil y Nigeria. Países con mucha población.

«Me he especializado en mercados difíciles, donde veo que hay posibilidades de desarrollo pero también hay estructuras gubernamentales complicadas y no va todo el mundo. El reto es la base de mi negocio», señala.

El pasado jueves participó en un foro de cooperación España-Ghana en Madrid, organizado por la Embajada de Ghana para ofrecer su experiencia sobre las relaciones comerciales entre ambos países.

Sus proveedores son empresas del sector cárnico directamente vinculadas con el mundo ganadero, a quienes compra en almacenes y se ocupa de su transporte hasta los países de destino, pero también colabora con aquéllas que quieren implantarse en algunas zonas.

El producto lo envía tanto en fresco envasado al vacío como congelado. Y en los diferentes cortes del animal y atendiendo a los ritos que demanda el cliente, como la certificación halal para los musulmanes o la kosher para los judíos.

«Cumplimos con todos los requisitos sanitarios tanto de los países de origen como de los de destino, con los sistemas de control de calidad internacionales IFS y BRC». Unos condicionantes que reconoce que con 30 años en el negocio ya no le parece una locura, pero que al principio desconcierta.

Aunque el domicilio fiscal lo tiene en Soria, PJAG Markets, de donde es y donde arrancó, confiesa que muy pronto se vio limitado por la escasez de infraestructuras. Empezó como ganadero de porcino y de vacuno en Almarza, siguiendo la estela de su padre, Eusebio Alcalde, que fue además uno de los fundadores de Copiso. Planteó en varias ocasiones un matadero aviar, con la idea de afianzar una estructura de granjas avícolas, dado el tirón que había de demanda de esta carne sobre todo entre los países árabes, pero lamenta el poco interés que hubo entonces en Soria.

Cree que lo que le falta a la provincia es haber aprovechado la producción de porcino para dejar el valor añadido con la implantación de los mataderos y de las fábricas chacineras en Soria, ya que son estas infraestructuras las que generan una buena cantidad de puestos de trabajo, y lamenta que en este sentido tampoco se contó con el apoyo de las administraciones, que, a su juicio, tendrían que haber impulsado estos negocios. «Al final los ganaderos se han convertido en empleados al servicio de las industrias».

Una de sus ‘marcas de la casa’ es el tocino ibérico. Pedro Julio fue el primer exportador de tocino ibérico a Rusia, hasta donde llegó a enviar 8 millones de kilos durante la época comercial con ese país.

Sigue contando con la oficina de Soria, pero reconoce que la de Madrid, junto al recinto ferial Ifema, es la que se lleva casi la totalidad del trabajo de atención al cliente al estar tan próximo también al aeropuerto.

En la actualidad gestiona la empresa junto con su hijo Gonzalo, más encargado de la innovación: «Yo aporto la experiencia y él, las nuevas ideas». Un combo perfecto para un negocio que requiere de unos esfuerzos previos muy grandes de captación de clientes. De hecho, es donde más tiempo invierte, ya que algunas operaciones le pueden llevar meses de continuos viajes hasta el país de destino para negociar. Y la primera visita que hay que hacer es a los mercadillos; es la única manera de entender lo que ese país necesita, porque hay que ver cómo piensan sus gentes. Además, eso hay que trasladarlo a su vez a toda la cadena, empezando por los productores y los ganaderos.

«Tienes que ser capaz de generar confianza y eso se consigue con la credibilidad. Tienen que verte la cara porque la base del negocio es la buena relación. Al final vendemos ilusión y te tienen que creer porque te están comprando lotes mínimos de 25.000 kilos. Pero tienes que cumplir con lo que vendes para luego garantizar el mejor producto y mantener la cartera. Porque en este mercado si haces algo mal lo sabe ya todo el mundo», señala este soriano.

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