AGRICULTURA
La superpoblación de conejos duplica en tres años la superficie arrasada
El sector se reunirá por segunda vez a mediados de este mes con las administraciones para concretar un plan en las zonas más afectadas y luego ir ampliando al resto de terrenos
Castilla y León es la tercera Comunidad más afectada por los daños provocados por la superpoblación de conejos, con 9.672 hectáreas reclamadas en 2022, según los partes de siniestros registrados por Agroseguro, que pagó a los agricultores una indemnización total de 508.404 euros. No obstante, el sector calcula que son más de 30.000 las hectáreas arrasadas por lo que considera una “plaga” para sus cultivos.
Lo cierto es que desde antes de la pandemia casi se ha duplicado la superficie arrasada. En 2019 se contabilizaron 5.970 hectáreas, mientras que en 2020 se elevaron hasta las 7.542, y en 2021 descendió ligeramente, a las 7.145 hectáreas, para luego volver a incrementarse en 2022 hasta las 9.672, tal y como señalan las cifras de Agroseguro. Y aunque hay daños en las nueve provincias de Castilla y León, sobre todo en cultivos de cereal, Valladolid lidera la estadística, con 3.386 hectáreas.
Cabe señalar que el año pasado Agroseguro contabilizó daños por fauna cinegética en 31.487 hectáreas, la mitad (14.456 hectáreas) por los corzos, seguido de los conejos con las 9.672 hectáreas mencionadas. Esto provoca que en algunas zonas los productores se planteen no sembrar, si bien advierten que la nueva PAC les obliga a la rotación de cultivos: «Acabaremos por no cosechar porque no podemos asumir todos los gastos que conlleva la explotación para que se coman la producción los conejos», indica José María Rubio. Este agricultor de Ágreda constata una zona conocida como ‘El Cerro’, arrasada por estos animales.
Las organizaciones agrarias llevan años constatando esta “plaga”, sobre todo en años de sequía, que acaba con sus cultivos. Hace dos semanas el sector mantuvo una reunión con las administraciones para exigir medidas contundentes contra los conejos, porque aseguran que se trata de un problema cíclico.
Exigen a la Delegación del Gobierno en Castilla y León el cumplimiento en el mantenimiento de las infraestructuras, para evitar que críen en las cunetas de las autovías o autopistas, así como en el perímetro de seguridad de las líneas ferroviarias y de las vías de alta capacidad, porque luego se alimentan de los campos próximos. También le piden la limpieza de los cauces a la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), porque son otras zonas en potencia donde abren las madrigueras. Y a la Junta de Castilla y León, que obligue a los cotos a su caza.
Además, las organizaciones agrarias solicitan al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico que les permita utilizar determinados productos químicos de forma excepcional para su control en las zonas más afectadas a través de equipos especializados y que no ocasionan perjuicio a otras especies.
Para el presidente de Asaja Castilla y León, Donaciano Dujo, «la plaga de conejos lejos de mejorar y solucionarse, cada año va a peor, dado que se está expandiendo por todo el país». A su juicio, es un problema que existe a nivel nacional y cree que «el Gobierno central tendría que poner más interés en erradicar esta superpoblación, porque cada vez es más el perjuicio económico que se está echando sobre las espaldas de los agricultores mientras que las medidas son totalmente insuficientes para la magnitud que hay». Por ello, exige medidas de compensación a los titulares de los terrenos donde se han registrado los daños, pero también insiste en que la Junta tiene que agilizar la concesión de licencia para los permisos de caza.
«Llevamos tres años con esta plaga y es necesario que las administraciones se dediquen al descaste de conejos, ya que las empresas a las que se les adjudica el mantenimiento de las infraestructuras no lo asumen, y lo tiene que hacer gente de manera voluntaria y desinteresada», indica el coordinador regional de COAG Castilla y León, Lorenzo Rivera, quien asegura que “es un problema serio que hay que atajar cuanto antes por los importantes daños que está provocando a los agricultores”. Sobre todo porque es a finales de invierno y al comienzo de la primavera cuando empieza a hacer más daño.
Cabe recordar que la Comunidad de Castilla-La Mancha, la más afectada por la superpoblación de conejos con unos daños de 18.997 hectáreas según los expedientes de Agroseguro, emitió a principios de febrero una resolución por la que declaraba «la comarca de emergencia cinegética temporal por los daños causados por los conejos en 292 municipios», un documento que habilita a los territorios a adoptar medidas de control de las poblaciones de determinadas especies a través de la caza.
El texto habilita una serie de técnicas, como la caza con hurón o con escopeta, establece una serie de limitaciones tanto territoriales como de calendario y exime de solicitar permiso a la Administración para llevarlas a cabo. El control de conejos que incluye esta norma queda limitado a aquellas superficies agrícolas en las que exista una sobrepoblación y daños importantes a las explotaciones agrícolas causados por esta especie cinegética.
No obstante, desde la Delegación del Gobierno en Castilla y León aseguran que en Castilla y León no está declarado el conejo como plaga, aunque sí que reconocen la «superpoblación en determinadas zonas». Además, señalan que como especie cinegética que es debería sujetarse a un control de caza según el coto, que debe autorizar la Junta como administración competente en las zonas de alta presión de estos animales porque lo más importante, a su juicio, «es el control poblacional en los cotos de caza».
Sí que se ha comprometido la Delegación del Gobierno a agilizar la tramitación de todas las licencias de desastres en las infraestructuras viarias y ferroviarias, del mismo modo que solicitará al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico la excepcionalidad del uso de productos químicos en determinadas zonas como experiencia piloto.
Recuerdan que desde el año pasado todas las obras que acomete el Estado incluyen la colocación de mallas conejeras para evitar a futuro el asentamiento de esta especie. «Y en las infraestructuras que se vayan acondicionando, también se añadirán».
La Delegación del Gobierno emplazó al sector a una nueva reunión a mediados de este mes para plantear las medidas en las zonas que han determinado las organizaciones agrarias y luego ir ampliando en función de las necesidades.
Antes de que la sequía y el verano agraven el problema. Porque los conejos arrasan la flora salvaje y se adentran en las zonas de cultivo en busca de más comida. Las altas temperaturas pueden ser caldo de cultivo para que proliferen otro tipo de plagas y enfermedades ligadas a la sobrepoblación de conejos, derivando en una problemática de sanidad animal y humana.