Heraldo-Diario de Soria

MUNDO AGRARIO

El esquileo en Soria, un gasto que ya no se compensa con la venta de la lana

Los ganaderos deben pelar su rebaño por higiene de los animales, pero desde la pandemia el precio de la lana está  devaluado porque hay demasiado estocaje en los almacenes

Esquilado de ovejas en Soria. MARIO TEJEDOR (29)

Esquilado de ovejas en Soria. MARIO TEJEDOR (29)

Publicado por
IRENE LLORENTE YOLDI
Soria

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El precio del kilo de la lana llegó a alcanzar el euro justo antes de la pandemia, una cantidad que a los ganaderos de ovino les permitía compensar el coste del esquileo, pero la pandemia dio al traste con estas cifras y ahora apenas se vende a un céntimo. «Está regalada porque los almacenistas tienen mucho estocaje desde el coronavirus y no pueden darle salida porque no hay demanda, y menos aún desde que China ha paralizado las importaciones por los focos de viruela ovina de Castilla-La Mancha y Andalucía», señala Agustín Postigo.

Precisamente este ganadero llevó a cabo hace unos días las tareas de esquileo de sus 1.800 ovejas, una labor que lleva adelantando más de quince días desde hace varias campañas por la sequía y el calor registrado a estas alturas de los últimos años. No obstante, en esta ocasión ha sido uno de los más ‘madrugadores’, puesto que son muchos los que han decidido esperar a que suban un poco más las temperaturas que se llevan registrando desde hace varias semanas. 

Durante dos días y medio una cuadrilla de Uruguay, formada por cuatro esquiladores, estuvo en sus instalaciones trabajando, con más dificultad que otras campañas, debido a la sequía del invierno, según constata Postigo. Y es que «llevaban más tierra entre la lana, de modo que el esquileo se ha hecho peor y se ha prolongado algo más en el tiempo». Y por cada oveja, dos kilos de lana, a un céntimo el kilo, dos céntimos por animal. Complicado con estos precios compensar el gasto por animal de 1,25 euros.

Este ganadero soriano asegura que «antes con la venta de lana se sacaba el jornal y era un buen negocio, luego solo para salvar los gastos del esquileo y ahora ni eso». De hecho, antes del coronavirus se llegó a pagar casi un euro el kilo por la lana ‘normal’, y la merina, que es la más valorada, superó incluso los dos euros el kilo. 

Antonio Medrano, ganadero de Vinuesa, ha dejado para esta semana el esquileo de sus ovejas. En esta ocasión sólo las que están para parir y las paridas, unas 750, y dejará para un poco más adelante el resto, hasta 2.000 animales, porque «suben a la sierra y así el tiempo va avanzando». El trabajo lo acometerá él mismo, junto con otros cinco ganaderos de la zona. En total, unas 5.000 ovejas. «Tenemos que ahorrarnos este gasto añadido porque la lana está muy devaluada». 

Lleva muchos años vendiendo el género a una empresa de Ágreda, pero desde la pandemia el almacenista no consigue sacar el producto al no haber demanda, y menos aún de lana ‘de segunda’, de modo que confía en que esta vez también se lo lleve, porque de lo contrario se convertiría en una preocupación para desechar.

Roberto Pérez, ganadero de Renieblas, espera una cuadrilla de trabajadores uruguayos para esta semana. El tiempo de los últimos días le ha beneficiado que sus ovejas, unas 700, mantengan la lana, pero al mismo tiempo el esquileo es una necesidad para el ganado. «Se hace por el bien de los animales, porque lo necesitan, dado que por la lana no se obtiene nada; al contrario, es un coste que tenemos que asumir». Nada que ver con hace 30 años, cuando llevaba el ganado su abuelo. «Entonces sí podían sacar para pagar el esquileo e incluso algo más». En su caso, por ejemplo, recuerda que el año pasado pagó a 1,10 euros por oveja, con lo que la factura se elevó a los 800 euros. 

Dionisio Revilla Jiménez, ganadero de Ledrado, localidad pedánea de Las Aldehuelas, lleva casi 40 años esquilando ovejas. Ahora, a sus 62 años, ya sólo se ocupa de las suyas y de las de un amigo. Pero ha llegado a pelar más de 10.000 animales por temporada. Arrancaba en abril y no paraba hasta principios de julio. Un oficio que entonces era rentable. Tanto para el esquilador como para el ganadero, dado el valor de la lana, sobre todo de la raza merina. «Hace cuarenta o cincuenta años por lo que se sacaba de la venta de la lana se podía comprar un piso en Soria. Ahora no la quieren ni los almacenistas porque no tiene salida, y si te la recogen es por puro compromiso», se lamenta con nostalgia. 

«Y menos aún desde el coronavirus. Hace cinco años se llegó a pagar la lana merina a dos euros. Hoy, como mucho, a 30 céntimos. No da ni para pagar al esquilador». 

En la actualidad, los ganaderos hacen el trámite por higiene de los animales, de modo que contratan a cuadrillas que van a destajo. «El oficio en este país está desapareciendo». Hay empresas que se encargan de traer temporales de otros países, sobre todo de América del Sur, que van recorriendo todo el país. Las zonas más tempranas, por Extremadura. Y de ahí se trasladan a otras comunidades y provincias. A Soria, por su altitud y climatología, suelen venir al final de la campaña. De hecho, las que tenían previsto haber estado estos dias por la provincia han cambiado el rumbo por las lluvias de los últimos días y las bajas temperaturas y se han desplazado a Lérida para luego regresar a Soria.

 

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