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RUBÉN CARRAMIÑANA / PRESIDENTE DE COPISO

«Copiso abarca ya el 40% de la cuota agraria, pero las puertas están abiertas a más socios»

Carramiñana asume la presidencia en un momento de estabilidad, con el objetivo de seguir creciendo en producción porcina

Rubén Carramiñana, presidente de Copiso, en su finca de Viana de Duero. GONZALO MONTESEGURO

Publicado por
IRENE LLORENTE YOLDI
Soria

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Natural de Viana de Duero, donde tiene la mayor parte de su explotación agrícola, Rubén Carramiñana sucede a Francisco Javier Blanco en la presidencia de Copiso, la empresa de mayor facturación de la provincia de Soria, con casi 300 millones en 2022 y de la que él es socio cooperativista desde 2008. Afronta el cargo “con ilusión y responsabilidad”, pero también con la confianza de la experiencia adquirida durante los diez años que lleva como secretario del Consejo Rector en la que ha ido asimilando el funcionamiento interno de la cooperativa.

Pregunta.– Llega a Copiso en un momento de estabilidad y tranquilidad, después de diez años de crecimiento expansivo en los que se ha duplicado la facturación, ¿cuáles son los retos en los próximos cuatro años?

Respuesta.– Además de mantener la estabilidad, por supuesto, que hemos conseguido en todo este tiempo, nuestros retos pasan por estudiar cualquier proyecto que se nos presente y que podamos acometer en cuanto al sector agroalimentario en la provincia para poder seguir creciendo. Como cuando se planteó la creación de Icpor Soria cuando entré como secretario en el Consejo Rector hace ya diez años, y que demuestra que ha sido todo el desarrollo que hemos tenido. Pero ahora nos falta dar un pequeño paso más adelante para cerrar el ciclo de la transformación agroalimentaria. No hay nada concretado, pero estamos hablando con empresas e industriales para intentar atender sus demandas y necesidades y que nos puedan acompañar en el proceso. 

P.– ¿Hay cabida para un matadero en Soria del porcino?

R.– De momento no se plantea, precisamente por el problema para encontrar en Soria el elevado número de empleados que requiere una instalación de estas magnitudes. Lo cierto es que la falta de personal complica la llegada de proyectos dimensionados. Pero igual hay que dar pasos más pequeños, cosas más factibles que requieran menos puestos de trabajo, que en vez de necesitar 200 empleos requieras 20. 

P.– La guerra de Ucrania dejó en el aire la ampliación de la fábrica de piensos de Copiso en el polígono industrial de Valcorba. ¿Se plantea retomar el proyecto este año?

R.– Seguimos igual porque los costes siguen elevados. Los proyectos de creación de nuevos ganaderos están parados y no podemos avanzar sin nuevas explotaciones para atender. La fábrica está con los cimientos y la solera preparados, pero nada más. Y ahora esperaremos a que nos concedan la condición de entidad asociativa a nivel nacional para acometer la obra. No tenemos una fecha concreta al respecto; modificamos los estatutos en la asamblea general y estamos esperando que nos contesten.

P.– Este año ya ha superado el millón de cerdos producidos y son más de 384.000 las toneladas de pienso al año que fabrica Copiso ¿Hasta dónde espera crecer la cooperativa? 

R.– Han entrado en funcionamiento las tres granjas de cerdas madres de Copiso. Y podemos seguir creciendo hasta donde demande el mercado en cuanto a producción porcina. Estamos constituyendo sociedades con industriales que demandan qué cantidad de producto necesitan. Tenemos capacidad en la provincia de Soria para seguir produciendo cerdos, con una densidad muy baja por kilómetro cuadrado en comparación con otras provincias. Por eso, seguimos creciendo en la medida en la que la Administración dé vía libre a nuevas granjas, siempre y cuando cumplamos con toda la legislación vigente.

El objetivo es llegar a los 1.300.000 cerdos. Si no es este año será al que viene, y luego dependerá de las autorizaciones de creación de nuevas explotaciones. Tenemos desde hace tiempo varias granjas en integración de particulares que trabajan para Copiso con expedientes abiertos y de las que no sabemos nada y están pendientes.

En pienso, más o menos con la capacidad que tiene la fábrica de Valcorba, que ahora mismo no está a tope, llegaríamos a los 280 millones de kilos que para esa cantidad de cerdos es suficiente; la fábrica nueva está pensada para estar preparados para el día que llegue el ‘boom’ de los nuevos proyectos. 

P.– ¿A pesar de que China ha frenado la importación de porcino?

R.– Aunque China demanda menos carne de porcino, Europa está reduciendo la producción, de modo que el sector sigue teniendo una trascendencia fundamental. Nosotros nos limitamos a cumplir las normas medioambientales. Pero si limitan la producción subirán los precios.

P.– ¿En los diez años que lleva como secretario del Consejo Rector cómo ha visto la evolución de Copiso? 

R.– Me animé  a ser secretario cuando me presentaron el proyecto de crecimiento. Lo vi tan impresionante y tan ilusionante que dije que sí quería formar parte de esto. Han pasado estos diez años y se ha visto cómo ha sido un éxito y todo lo que ha crecido la cooperativa.

P.– ¿Qué es lo que va a ‘copiar’ de su antecesor?

R.– Más que copiar es seguir con la trayectoria continuista con los proyectos que ya tenemos en marcha. Y luego, estudiar día a día lo que pueda surgir y avanzar en alguno nuevo. Una línea continuista de lo que venimos haciendo. Por eso llevo diez años aportando mi granito de arena. 

P.– ¿Con 1.300 socios hay cabida para más? 

R.– Es un número importante, porque con estos socios Copiso abarca el 40% de la producción agraria de la provincia. Pero las puertas están abiertas para todos. De hecho, en los últimos años se está aumentando el número de socios con la incorporación de bastantes jóvenes, sobre todo desde que Copiso es entidad asociativa a nivel regional. Vemos que muchos sorianos se incorporan porque al entregar su producción en Copiso tiene un valor añadido que no lo encuentran en ningún lado. 

P.– ¿En tiempos de crisis es todavía más importante el cooperativismo para que el agricultor y ganadero de Soria se dé cuenta de que tiene que estar unido?

R.– Sabe que una cooperativa como ésta se preocupa de que todo lo que necesita y que no le falte de nada. Nunca se va a quedar desabastecido porque Copiso maneja unos volúmenes de compra muy grandes y nunca hay problemas de suministro. Y luego al vender la producción tiene garantizado el cobro y eso es muy importante para el socio porque es una tranquilidad. Si vas a un almacenista privado depende de si a él le pagan o no. 

P.– También se ocupa Copiso de la fertilización a la carta... ¿Qué  queda en cuanto a insumos?

R.– Creamos una planta blending en Almazán hace dos años que nos ha venido ni pintada para poder hacer mezclas y garantizar el suministro. Si no hubiera sido imposible. ¡Ni que la hubiéramos pensado por una crisis de suministro como la que luego llegó con la guerra de Rusia y Ucrania.

En cuanto al resto de suministros nos queda la fertilización con purines. Estamos con un proyecto de I+D+i de fertilización orgánica, Fertisos, de la mano del Itacyl para estudiar qué cantidad genera de purín exactamente un animal de porcino y saber qué nutrientes aporta al suelo y actualizar las tablas que están establecidas desde hace treinta años. Queremos demostrar que se puede hacer una fertilización sostenible con el purín y ahorrarla en fertilización mineral. Más aún a los precios que ha estado este año, con el nitrato a 1.000 euros la tonelada. Así, todo el que tenga una granja cerca con balsa podría ahorrarse este coste.