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Oleaginosas

Las lluvias arreglan la siembra del girasol y el sector se anima

Los agricultores de la Comunidad han apostado finalmente por este cultivo, aprovechando las abundantes precipitaciones de mayo y junio y esperan mantener las cifras de superficie del año pasado

Girasoles en sus primeras etapas de crecimiento.MARIO TEJEDOR

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Soria

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Las abundantes lluvias de mayo y junio han cambiado el rumbo de la siembra del girasol y el sector finalmente se ha animado con este cultivo. A falta de conocer los datos oficiales una vez concluyó el plazo para presentar la PAC el pasado 30 de junio todo apunta a que se mantendrá la superficie en cifras similares a las del año pasado, que superaron las 387.000 hectáreas en toda la Comunidad debido a la situación de incertidumbre para el abastecimiento de productos que generó la guerra de Rusia contra Ucrania.

Lo cierto es que los agricultores esta campaña estaban poco motivados a la hora de sembrar el girasol. La primavera llegaba arrastrando una sequía sin precedentes y los costes de producción, en topes históricos. Buena parte del sector se cuestionó entonces si sembrar o no esta oleaginosa, cuyos precios además no estaban en sus mejores momentos, de modo que no resultaba nada interesante. Pero llegaron las precipitaciones, y lo hicieron con ganas, incluso en algunas zonas en exceso, lo que dio un giro para el girasol. Porque sembrar en seco era demasiado arriesgado, pese a ser un cultivo que exige poca agua, pero la irrupción de las lluvias y durante tanto tiempo seguido alentó a los agricultores.

En general, y teniendo en cuenta lo dispar que es la Comunidad, la nascencia en secano ha sido muy irregular, sobre todo comparando las primeras siembras con los girasoles más tardíos, en los que se confirma un mejor comportamiento y predominando la floración. Además, ya se aprecia el inicio de la maduración en las parcelas de girasol más tempranas.

No ayuda el mal sabor de boca de los resultados de la temporada pasada, ya que prometía al haberse incrementado la superficie un 54%, pasando de las 251.000 hectáreas de 2021 a las 387.000 sembradas el año pasado, pero los rendimientos se quedaron en 850 kilos por hectárea, por debajo de la media, que ronda entre los 1.000 y los 1.100 kilos por hectárea en secano.

El presidente de Asaja Castilla y León, Donaciano Dujo, considera que esta campaña se dan todos los casos posibles, porque «hay una irregularidad en su nascencia, y de ello depende buena parte de su producción». En este sentido, asegura que los girasoles que se sembraron en abril y mayo están muy desiguales dependiendo de dónde ha llovido. «En muchas zonas con abundancia de precipitaciones han tenido incluso que resembrar».

Y aunque hasta el momento desconoce los datos definitivos, cree que se aumentará la superficie. «Ya se incrementó en la temporada pasada de manera considerable, pero es que llevaba años cayendo. Creemos que se mantendrá en cifras del año pasado o incluso subirá».

Primero porque la sementera del cereal tuvo unos costes muy elevados y ya el sector se dejó buena parte de las tierras para el girasol. «Además, servía para cumplir el 5% de rotación que pedía la PAC, pero debido a la sequía esa obligación se ha suspendido y a última hora ha habido agricultores que lo han dejado en barbecho». No obstante, señala que los precios llegaron a alcanzar el año pasado los 650 euros la tonelada, pero ahora están muy por debajo y esta campaña no resultaba tan interesante.

El coordinador de UCCL, Jesús Manuel González Palacín, también coincide en que el sector se ha animado a sembrar al ser un cultivo que exige menos costes de producción, como los fertilizantes, que estaban disparados. A su juicio, «las lluvias le han venido hasta bien al girasol menos donde ha apedreado». Sí que constata que han retrasado alguna siembra y muchos agricultores han esperado a que lloviese para sembrar. En general, cree que «ha nacido bastante bien y el cultivo tiene un desarrollo muy bueno».

Sin embargo, el coordinador de COAG Castilla y León, Lorenzo Rivera, cree que la siembra de girasol en un año tan seco va a experimentar una merma en la superficie. «Es la Comunidad que más hectáreas tiene, pero este año se han retirado muchos agricultores». Incluso calcula una merma de un 30%, con respecto al año pasado. No obstante, como no había suficientes dotaciones de agua para el regadío muchos se han animado a sembrar girasol.

Sí que ve que “los que están nacidos llevan buen desarrollo por las lluvias y los días largos con calor que les viene muy bien”, sobre todo a los que se han sembrado más tarde, aunque estos se recolectarán con más retraso. Habla de producciones en secano de en torno a los 1.000 kilos por hectárea y un retraso en su maduración, ya que no se estabilizó el tiempo hasta el 20 de junio.