Pastoreo entre placas solares
Los parques fotovoltaicos que Endesa está construyendo en Castilruiz y Matalebreras tienen 250 hectáreas ‘a disposición’ del rebaño de Pilar Amanda Hernández y Daniel del Rincón
Desde este verano el rebaño de Pilar Amanda Hernández y Daniel del Rincón pasta entre las placas de las dos plantas fotovoltaicas que Endesa, a través de su filial renovable Enel Green Power, está construyendo en las localidades de Castilruiz y Matalebreras, dentro del clúster de Trévago. Más de 250 hectáreas de pastos para las más de mil ovejas de la raza Roya Bilbilitana de estos dos ganaderos de Magaña. Y una vez entren en funcionamiento ambas instalaciones, la compañía energética quiere incorporar también actividad apícola y agrícola, con la siembra de cultivos tradicionales en la zona, como es la patata.
El responsable de Sostenibilidad para Soria de Endesa, Ramón Valle, explica que se trata de compatibilizar este proyecto con la ganadería a través de la hibridación de la producción de energía con el sector primario. Porque el concepto de agrivoltaica unifica la energía solar y la agricultura tiene como objetivo utilizar gran parte del terreno que ocupa una planta fotovoltaica para uso agrícola, la preservación de la biodiversidad y la creación de valor compartido con las comunidades locales.
Una iniciativa que es pionera en Soria, pero que la compañía ya ha implantado en otras zonas del país: dos en Aragón, una en Castilla-La Mancha, dos en Extremadura, una en Murcia y otra en Andalucía.
Las dos plantas de Endesa, denominadas Tierra de Ágreda y Eugenia, cuentan con una potencia total instalada de 78 MW, por lo que se estima que su producción anual sería de unos 147 GWh, lo que equivaldría al consumo de electricidad de 44.000 familias.
Ambas instalaciones fotovoltaicas se extienden por una superficie que supera las 250 hectáreas, de modo que el pastoreo se presenta como una posibilidad «muy sencilla». Estas labores de pastoreo permiten el desbroce de forma natural y la conservación de los valores en el entorno de las plantas fotovoltaicas. Además, al estar las zonas valladas les facilita mucho el trabajo a los ganaderos, porque los animales tienen más libertad de acción en un entorno del que no pueden desperdigarse. No obstante, Pilar Amanda y Daniel siguen estando físicamente con su rebaño a pesar de estar cercada la instalación, ya que el vallado «no está preparado para evitar que las ovejas se escapen por debajo».
Estos ganaderos tenían adjudicado el aprovechamiento de pastos en el término de Matalebreras y fue el personal de Enel quien se puso en contacto con ellos para saber si estaban interesados en participar en este proyecto. Y en cuanto dieron su conformidad pudieron empezar a realizar «un aprovechamiento efectivo del pasto de dichas instalaciones». En adelante «la idea es introducir los animales de manera controlada en función del aprovechamiento del pasto y el bienestar de los animales».
En la fase actual de las plantas, de ingeniería y construcción, el ganado entra a pastar, pero tiene que ‘convivir’ con los operarios y las máquinas de obra. En el momento en el que las instalaciones entren en marcha la entrada y salida de los animales será más flexible porque habrá menos movimiento interno.
Será entonces cuando Endesa introduzca colmenas. Para ello, va a contactar con un apicultor local con el objetivo de incorporar también esta actividad pecuaria. Y del mismo modo la compañía está trabajando para realizar una plantación de cultivos tradicionales. «Esta zona cuenta con dos empresas de transformación agrícola, dedicadas sobre todo a las patatas fritas, de modo que podemos compatibilizar también este cultivo en la planta, y además buscamos hacerlo en ecológico», añade Ramón Valle.
Y para cerrar el círculo, Endesa también está inmersa en aprovechar la lana como biofertilizante. Para ello, primero debe probar en varias parcelas de ensayo. «Se trata de un sector depreciado en estos momentos, y de esta manera podríamos darle un uso como abono para el campo, lo que sería beneficioso para el suelo, lo que a su vez repercutiría en las ovejas en forma de alimento».
Endesa ha sido pionera en la aplicación de este concepto en España y ha empezado a devolver el uso del suelo renovable al sector primario en sus plantas fotovoltaicas. En las instalaciones de la zona sur del país ha plantado cultivos como pimiento rojo, brócoli, alcachofa, tomillo, pitaya, salvia, orégano, romero, lavanda, cilantro, berenjena, coliflor o calabacín.
Para cada emplazamiento de sus plantas la compañía selecciona actividades específicas valorando factores como el ecosistema previo existente, el uso tradicional del suelo en cada lugar, el tipo de suelo, o la disponibilidad de recursos hídricos, todo ello condicionado por las condiciones climáticas. Cabe recordar que esta acción se enmarca en los proyectos e iniciativas de Creación de Valor Compartido (CSV) que la compañía desarrolla en los territorios donde está desplegando proyectos renovables, buscando siempre la integración territorial y el máximo valor socioeconómico para las comunidades locales donde se encuentran.
Para evaluar la viabilidad agronómica de las soluciones propuestas en cada planta un equipo de expertos de Endesa visitó la zona para recopilar toda la información necesaria para la correcta realización del proyecto, como las condiciones del sitio, recursos hídricos disponibles, agricultores cercanos interesados en el cultivo y en el pastoreo, información sobre cooperativas locales, cultivos tradicionales específicos, y demás agentes locales y sociales. «Pero no solo hay que tener en cuenta el tipo de cultivo, sino también hay que analizar el impacto que cualquiera de las actividades agrivoltaicas pueda tener en la operación y mantenimiento de una planta fotovoltaica porque nos han hecho algunas propuestas que no se compatibilizan bien».