Campaña de girasol "irregular" y retrasada por las lluvias pero con precios "dignos"

Todavía hay alrededor de un 20% de toda la superficie sembrada de girasol en Castilla y León que está pendiente de cosechar, ya que las máquinas no han podido entrar en las parcelas debido a las abundantes lluvias del mes de octubre, que no sólo han anegado las tierras, sino que han tumbado buena parte de los girasoles con las mejores tortas, con lo que las previsiones de una buena campaña se han visto truncadas, dejando una temporada “mediocre”. En positivo, los precios dignos que sí que acompañan al girasol, aunque el sector espera que aún suban más, en la tónica general con lo que está ocurriendo en otros países.

El presidente de Asaja Castilla y León, Donaciano Dujo, reconoce que con carácter general la cosecha de girasol ha ido retrasada por las continuas lluvias de octubre, lo que a su vez está aplazando la sementera para la próxima campaña, pero sí que constata que en los últimos quince días se ha avanzado casi en su totalidad, a excepción de Burgos, Soria y Palencia, las provincias más tardías en las que todavía quedan muchas parcelas pendientes. Destaca una producción desigual, con girasoles que han tenido un comportamiento de entre 1.000 y 1.200 kilos por hectárea, y otros que se han quedado muy por debajo, y que no harán medias de 800 kilos por hectárea.

No obstante, destaca que el precio de las últimas semanas ha ido subiendo hasta los 410 y 430 euros por tonelada, si bien señala que tienen que aumentar más, como así se está registrando en otros países, donde se alcanzan los 500 euros la tonelada, constata Dujo.

Cree que el girasol se está convirtiendo en una buena alternativa a los cereales y más aún debido a los altísimos costes de producción de los cereales, como así lo demuestran las cifras de superficie en el país: “Somos la Comunidad que más siembra esta oleaginosa, pero aún se puede incrementar más si los precios acompañan; si no, ocurrirá como con los cereales, que dejarán de sembrarse”.

“Muy complicada” está resultando la cosecha en provincias como Zamora, así como en León Burgos y Soria, tal y como valora el coordinador de COAG Castilla y León, Lorenzo Rivera, condicionada por las lluvias, dado que los agricultores no pueden entrar en las fincas a terminar los trabajos, y el viento, que ha tirado buena parte del cultivo. Calcula que al norte del Duero quedará todavía un 20% por cosechar, gracias a que esta última semana al parar las precipitaciones, ha resultado “fundamental”. Así, cree que la temporada de girasol va a ser “muy irregular”, pese a la buena nascencia de parte del cultivo, y estima que se quedará en una media de entre 800 y 1.300 kilos por hectárea, pero que si no se puede terminar, ésta se bajará.

Para Aurelio González, secretario general de UPA Castilla y León, ha sido una campaña irregular en cuanto a resultados, aunque sí destaca unos precios “dignos” que están rondando los 410 euros por tonelada. “Al menos no pasa como con el cereal, que son ruinosos”, añade. Cree que por este motivo el girasol se va a convertir en un cultivo importante porque va a ser una buena alternativa al trigo o la cebada, y todavía más a raíz de los ecorregímenes de la Política Agraria Común (PAC). En este sentido, recuerda que la campaña pasada ya se incrementó considerablemente la superficie sembrada de girasol en Castilla y León, algo que también ha ocurrido esta temporada, por lo que vaticina que va a ser la tónica general en los próximos años.

Para valorar la campaña de una forma completa, Aurelio González emplaza a que termine Burgos, dado que es la provincia donde más girasol se ha sembrado, ya que se superan las 80.000 hectáreas.

Lamenta que los resultados en las zonas más adelantadas de Castilla y León, como Salamanca, la comarca de Arévalo, Zamora o el Bajo Duero, se han cumplido: “Han sido las más castigadas por la sequía este año y se han emitido muchos partes, dado que han dejado rendimientos que no son muy buenos, quedándose en los 800 kilos por hectárea en unas zonas que vienen siendo muy girasoleras”.

Jesús Manuel González Palacín, coordinador general de UCCL, también coincide en que los resultados en Castilla y León han sido muy inferiores a los esperados al inicio de la cosecha, porque finalmente se han registrado muchos partes por sequía, pero también por temporal y lluvia. De hecho, asegura que “estos vientos han tirado las mejores tortas, por lo que los rendimientos han bajado”. Así, a su juicio, señala que “de esperar una campaña bastante buena, se ha quedado en una mediocre”, con rendimientos medios que rondarán los 600 y los 700 kilos por hectárea.