Una trifulca en el PP provincial de Barcelona salpica a Albiol
El coordinador general insta a ratificar un nombramiento después de que Alberto Fernández Díaz y otros dirigentes protestaran por defectos de forma. Voces del partido atribuyen la bronca a los movimientos cara a los congresos autonómico y provincial
No acabaron como el rosario de la aurora porque no se liaron a farolazos, pero sí hubo tensión y palabras más altas que otras. La decisión del presidente provincial del PP en Barcelona, Alberto Villagrasa, de nombrar secretario general adjunto al exdiputado Antonio Gallego derivó en una fuerte trifulca en la junta directiva del 25 de noviembre que ha salpicado a Xavier García Albiol. Y no solo porque él estuvo presente mientras se producía la discusión. Ni siquiera porque tuvo ordenar que se ratifique la designación por defectos de forma tras la protesta del líder del partido en la capital catalana,Alberto Fernández Díaz, sino porque miembros del partido interpretan lo sucedido como un movimiento de filas cara a los congresos del PP catalán de la próxima primavera.
Villagrasa ratificará en el comité ejecutivo de este jueves a Gallego, que ya está ejerciendo de facto, pero remontémonos a la riña inicial. Aquel 'black friday', el presidente provincial convocó un comité ejecutivo al que asistieron una quincena de cargos populares. En esa reunión, que según varias fuentes duró menos de 10 minutos, Villagrasa anunció el nombramiento de Gallego y la validación de 80 nuevas afiliaciones. Pero la chispa saltó en la junta directiva que se celebró a continuación, en la que la asistencia aumentó a varias decenas de personas.
EL 'BALL DE BASTONS'
En ese segundo órgano empezaron los reproches. Varios dirigentes, entre ellos Fernández Díaz, que se incorporó en ese punto, criticaron que no se hubiera incluido en el orden del día el nombramiento de Gallego (que también llegó entonces). Recriminaron además a Villagrasa que le hubiera dado un cargo que no está en los estatutos, y más cuando faltan solo unos meses para el congreso del partido. Incluso hubo quienes afearon a Gallego que volviera a la política después de haber dejado su escaño en el Parlament un mes después de las elecciones del 27-S alegando estar enfermo. "Con las enfermedades no se juega", le espetaron.
Albiol, que también llegó en el segundo acto con la intención inicial de hacer un discurso político, vio cómo se caldeaba el ambiente y cómo Fernández Díaz impugnaba la designación. Mandaron buscar los estatutos del partido y, de acuerdo con ellos, basándose en que el nombramiento no estaba incluido en el orden del día, el coordinador general del PPC pidió ratificarlo en un nuevo comité. Pero la bronca no fue solo por eso. Aunque Albiol no lo viera todo porque llegó tarde y se fue antes de que acabara la hora y media de reunión, pudo constatar que los resquemores venían de lejos. También se reprochó a Villagrasa que no facilitara la lista de las nuevas afiliaciones, y hubo quienes denunciaron que, en lo que lleva de presidente provincial, hay 72 gestoras municipales elegidas a dedo, algunas de ellas con más de dos años de duración cuando el límite es de seis meses.
Preguntado por este diario, Villagrasa afirma que Gallego ocupa el mismo cargo que dejó Pere Calbó (ahora en el gabinete de la ministra Dolors Montserrat) y asegura que solo protestaron "dos personas" por un nombramiento que se había hecho "correctamente" y "aprobado por unanimidad". También subraya la "cantidad de felicitaciones" que tanto él como Gallego recibieron en las redes sociales.
EL TRASFONDO
Fuentes del partido ven en el nombramiento de Gallego la jugada de Villagrasa para hacer tándem con él y asegurarse la presidencia del PP provincial en el congreso del año que viene. Otras vislumbran una maniobra que va más allá de Barcelona. "Al menos por ahora no hay nadie que quiera disputarle la presidencia del PPC a Albiol en el próximo congreso, pero sí hay quienes se están moviendo para colocar a los suyos en la directiva autonómica. En las últimas semanas algunos han lanzado el nombre de cierto tertuliano [Nacho Martín Blanco], que no es ni militante cuando debería serlo para optar al cargo. No obstante, el sector afín a Montserrat lo usa para mantener a Gallego como tapado, debilitar a la vez a Albiol y presionarle para que acceda a poner al exdiputado en un puesto relevante de su cúpula", afirma un dirigente. Villagrasa prefiere no replicar a quienes le critican y se limita a decir: "Quizá a algunos les interesa que el PP provincial esté paralizado durante estos meses. Nosotros seremos muy activos".
Una voz distinta coincide con que el líder en el Parlament no tiene rival a fecha de hoy, pero admite que hay tensión y que el congreso del PP a nivel estatal de febrero puede mitigarla o dispararla. Dependerá del peso que tengan los populares catalanes en la nueva estructura y de cómo se mueva Albiol, "cuyo posicionamiento a favor de que Dolores de Cospedal siga de número dos no ha sentado nada bien a Soraya Sáenz de Santamaría", reflexiona.