Heraldo-Diario de Soria
El tobogán --

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TRACA POLÍTICA fin de año. Todas las bengalas contra Vox como en las tragedias y en las comedias: para pegarse un tiro o para casarse en las Vegas. Uno escucha la SER, ve las televisiones del régimen, o escucha a Pedro Sánchez haciendo de Caudillo en su balance triunfal del viernes, y alucina en colores: Vox como telón de fondo, y el Valle de los Caídos. Qué pesadez, qué monotema, qué argumentario infumable, y qué desperdicio de más madera para el cacharro de los hermanos Marx.

Y qué mareo, Dios mío. Todo simplificado en Vox, en la pájara que tiene Rivera con ese gabacho de alquiler llamado Valls para blanquear a sociatas e independentistas con una carraca internacional, y en la empanada del PSOE que se ha montado en un inmenso tobogán que produce vértigo sólo pensarlo. Así que a los sufrientes nos ocurre como a la mujer charlatana: que de cualquier nidal hacemos pollada. Lógico, no queremos estar en el riel porque una vez dentro a ver cómo se apea uno sin pagar el impuesto de velocidad o de sucesiones.

La pregunta de la lotería del Niño: ¿ha metido Sánchez al PSOE en ese tobogán para darle un trastazo? Y yo qué sé. Pero que todo el partido va por la corredera para dárselo lo ve un ciego. Unos por el sueldo, otros por circunstancias inconfesables, algunos porque son más independistas y supremacistas que Torra, y en mi caso concreto porque soy militante consorte y a ver cómo entro yo en casa. O me subo al tobogán y me la pego, o duermo a la intemperie en el Puente Mayor de Valladolid.

El doctor Sánchez es el arquitecto de este tobogán supersónico. Al fundirse con Torra en 21 puntos de sutura –a los que Sánchez llama comas o «mirada amplia» para dar un meneo a la Constitución–, es peligrosísimo, pues equivale a pactar con un cocodrilo, por muy bien que le venga o mucha España que añada. Refranes hay en castellano que lo profetizan: dime con quién andas y te diré quién eres; quien da pan a perro ajeno, pierde pan y pierde perro. Si andas con cocodrilos, serás un cocodrilín y acabarás a mordiscos. Y si encima se llama Torra, pues acabarás como un perrrrro-torrrrra y siendo la vil metáfora de un suprrrrremacista con muchas errrrres.

Segunda pregunta super tobogánica: ¿a dónde conduce el tobogán que está armando Sánchez para España? ¿A un charco con más cocodrilos, o al precipicio de los senderos que, como dice el refrán castellano, tienen todos su atolladero? Aunque Sánchez quiere que la juerga dure hasta el 2020 –nos amenazó el viernes con ello–, los votantes de Mayo decidirán.

Exactamente igual que lo hicieron los andaluces en este diciembre: ¿qué hacemos con el tobogán del PSOE? ¿Nos montamos en él, esperamos a la sentencia de los ERES, o lo desmontamos mandándoles a la oposición? Un amigo mío del Puerto de Santa María, que les ha colocado justo ahí, me dijo ayer mismo con un alivio poco o nada clientelar: «oye, qué rico… qué rico poder ver Canal Sur sin pensar que estás inmerso en Tontilandia».

Técnicamente, no puedo opinar. Desde Castilla y León –tanto Canal Sur, como la TV3 catalana, y la Sexta– hay continuas interferencias. Así que no cabe más remedio que apagar la conexión, cambiar de canal, o quedarnos con ese remusguillo de Tontilandia con olor a tortilla y a mariscada de la Junta de Andalucía. Sin interferencias, la imagen y el mensaje se ven nitidísimos: la culpa de todo la tienen el Satán de Vox y el Belcebú franquista. O sea, un razonamiento típico de Tontilandia que agrandan los gritos el PSOE desde el tobogán: ¡que viene la extrema-extrema derecha!

Visto lo visto en Andalucía, hay dos razones tumbativas para preocuparse. Una, por si a la gente, de aquí a Mayo, le da por pensar quién les ha metido en ese tobogán. Y dos, por si se preguntan a conciencia a dónde desemboca el tobogán. En su lugar yo me prepararía para lo peor. El problema no es de ninguna derecha ni de ningún franquismo. El problema es la verdad. Y la verdad es contundente, amarga, y muy difícil de cambiar.

Las encuestas sobre municipales y autonómicas de los últimos días son letales para Sánchez. Cuanto más prisa se da Pedro en aprobar decretos leyes, en servir agua purísima de Sierra Nevada para las cenas que celebra Idoia Mendia con el terrorista Otegui, y en hacer reparaciones toboganescas con Torra, menos le sirve pues ya pocos le creen. De las grandes capitales en Castilla y León, según dicen, sólo se salvarían tres asistidas por Podemos.

Cuestión peliaguda. Alinearse con el Gobierno de Sánchez significa para muchos votantes, incluso socialistas, subirse a un tobogán que conduce a la nada. La campaña, que ha empezado con cinco meses de antelación, será de aúpa y a cara de perro. No tanto por Vox sí o no, sino por tobogán sí o ya está bien.

Lo dejó claro el viernes Sánchez: o yo con mi vértigo de independentistas y depredadores fiscales al rescate, o los demás. ¿Será Sánchez un topo de Vox? Al oír sus artes oratorias del viernes, Demóstenes se suicidó, y el temido resto despejó dudas respecto a Mayo: este tío cobra nómina de Vox. Feliz 2019 a todos.

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