ESPIONAJE
Diez "mercenarios asiáticos" asaltaron la embajada de Corea del Norte
La investigación del CNI y la Policía Nacional descubre que utilizaron sus pasaportes auténticos para entrar y salir de Madrid. Contratados por un "servicio secreto extranjero", la Audiencia Nacional investiga si quien se lo encargó fueron la CIA y el NIS, la agencia de Corea del Sur
Los diez hombres que asaltaron la embajada de Corea del Norte en Madrid el pasado 22 de febrero no fueron agentes secretos, pero sí eran mercenarios contratados por "un servicio secreto extranjero". Las investigaciones dirigidas por la Audiencia Nacional han revelado que los integrantes de ese comando, todos ellos de "rasgos asiáticos", llegaron en avión a España, se alojaron en un hotel de Madrid y salieron del país tras el asalto y el robo de ordenadores de la embajada norcoreanoa utilizando sus pasaportes y sus identidades reales en todo momento.
Fuentes de la investigación explicaron a EL PERIÓDICO que ese dato demuestra que los asaltantes no son miembros "en nómina" de los servicios secretos, sino que se trataría de "un operativo realizado por encargo". El cotejo de esas identidades es el que ha permitido apuntar los vínculos de dos de los asaltantes a la embajada con la CIA, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, un dato que fue desvelado por el diario El País.
EL NIS, LA CIA...
Otras fuentes añadieron la posible implicación en el encargo del operativo de agentes o "cuadros medios" del NIS, los servicios secretos de Corea del Sur, muy vinculados a la CIA desde la guerra que partió en dos países a la península coreana en los años cincuenta del siglo pasado. "No fue un operativo muy costoso de encargar para un servicio secreto: se busca a colaboradores de su confianza, se hace el pago por servicio y se añaden los gastos corrientes, que en este caso fueron pocos: billetes de avión, hoteles, estancia...", explica a EL PERIÓDICO una fuente de los servicios de inteligencia. Desde Estados Unidos, las más altas instancias de la CIA desmintieron a sus colegas españoles su participación en el asalto, que amenaza con originar un incidente diplomático por la "deslealtad" que habrían cometido al encargar esa operación "sin avisar", según las mismas fuentes. Los diez asaltantes no forman parte de la "nómina oficial" de la CIA, según los datos proporcionados a España.
Los asaltantes golpearon, ataron y colocaron bolsas en la cabeza a los ocho empleados que estaban en el interior de la embajada norcoreana, en el lujoso barrio de Aravaca. Uno de ellos, que se hacía llamar El Empresario, se llevó a otra habitación al encargado de negocios y máximo responsable de la sede diplomática desde que en septiembre de 2017 el gobierno español expulsó al entonces embajador Kim Hyok Chol en represalia por el lanzamiento de misiles y la sexta prueba con armas nucleares llevados a cabo por el régimen de Corea del Norte.
Después de casi dos horas de ese secuestro con rehenes, una mujer logró escapar y alertó a los vecinos con sus gritos. Estos llamaron a la Policía Nacional. Cuando una patrulla llegó a la embajada, un hombre asiático les entreabrió la puerta y les dijo que todo estaba bien. Poco después, dos coches oficiales salían del recinto a toda velocidad. La Policía Nacional los encontró posteriormente en diferentes puntos de Madrid, abandonados.
INFORMACIÓN NUCLEAR
La investigación apunta a que el asalto buscaba información sobre el ex embajador, que ha ganado peso en el régimen norcoreano y era el jefe de la delegación de su país que acompañaba al líder Kim Jong-un en la reunión con Donald Trump y otros representantes del gobierno de Estados Unidos que se celebraba cinco días después en Vietnam para tratar de llegar a un acuerdo sobre las armas nucleares.
Otra de las hipótesis con las que trabajaba la policía y el CNI fue la posibilidad de que hubiera sido un ataque autoprovocado por Corea del Norte. Aun hoy, ese país no ha presentado denuncia ante la justicia española por el asalto que ha sufrido y los investigadores tuvieron en cuenta el episodio vivido en la embajada de Corea del Norte en Italia. Allí, como en España, el embajador también había sido expulsado del país y al frente de la sede se había quedado un diplomático que ejercía de representante interino. El hombre, Jo Song Gil, desapareció de la embajada con su esposa el pasado mes de noviembre. Un diario surcoreano desveló que ambos habían desertado y pedido asilo político en Italia. Las pesquisas abiertas en la Audiencia Nacional apuntan a que los dos sucesos no tienen relación.